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Política

Tira pa’lante que empujan atrás

La fórmula del hecho consumado que aplica Obama en Honduras decepciona a Lula Brasil está harto de ser el país del futuro. Lo dice siempre Luiz Inacio Lula da Silva y, convencido, completa la inserción internacional iniciada por Fernando Henrique Cardoso en los noventa. Más allá de las diferencias entre ambos, la hoja de ruta trazada por uno fija el derrotero del otro. La certidumbre política y la consolidación económica del país ayudan. Como ayudan, a su vez, el carisma y la lágrima fácil del actual presidente, cuya naturalidad suele ser traicionera. Lula no compite en dislates con George W. Bush, pero, entre otras pifias, ha confundido al “compañero Menem” con Néstor Kirchner y ha propuesto “un brindis por la felicidad” al presidente de Siria, Bashar al-Assad, a pesar de la abstinencia al alcohol de los árabes. De las situaciones embarazosas ha zafado con humor y cintura. ¿Es un error, también, la cálida recepción ofrecida a Mahmoud Ahmadinejad y la defensa del derecho de Irán a desarrollar su programa nuclear, en tanto tenga fines civiles, (leer más)

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Sociedad

Defensa de la alegría

Gane quien gane en Uruguay, el legado de Tabaré Vázquez no parece correr riesgo Ese sábado de marzo de 2007, José “Pepe” Mujica vacila un instante. De pie, frente a él, en la estancia presidencial de Anchorena, George W. Bush farfulla en penoso castellano mientras extiende la mano: “Le agradezco mucho que esté aquí. Yo sé que usted tiene una larga historia de luchador social”. El entonces ministro de Ganadería de Uruguay, en las antípodas de su par de Economía, Danilo Astori, le retribuye el saludo. Después, mientras camina a solas con el invitado de Tabaré Vázquez, hasta se permite rebatirle en broma que no tiene “historia”, sino “historieta”. Y se marcha a la chacra de Rincón del Cerro. Termina el día en el tractor, trabajando y pensando. Pensando mucho. Desde la otra orilla del Río de la Plata, Hugo Chávez celebra la cercanía de Bush con un caluroso “gringo, go home” y, cual resaca del discurso que ha pronunciado en las Naciones Unidas, grita: “Ya no huele a azufre, sino a cadáver”. No está (leer más)

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Política

Causa y defecto

La cumbre de la Unasur demostró cuán devaluada está la palabra de los presidentes Desde aquel frío domingo en París con la foto en alto de Ingrid Betancourt, aún rehén de las FARC, Cristina Kirchner parece más propensa a juzgar a Álvaro Uribe por sus actos que a condenar la cruz de masacres, desplazados y demás miserias derivadas del yugo del narcotráfico en Colombia. En ese momento, en una multitudinaria marcha con Carla Bruni y funcionarios franceses, la presidenta argentina pide a su par colombiano, entonces de malas con Nicolas Sarkozy, que facilite el canje humanitario de rehenes por guerrilleros presos. Es abril de 2008. En el último día de 2007, Néstor Kirchner ha regresado malhumorado de la selva colombiana tras el fracaso de la Operación Emmanuel, montada por Hugo Chávez. Emmanuel es el hijo de Clara Rojas, secuestrada con Ingrid en 2002. Ha nacido en cautiverio. En coincidencia con la misión, Uribe revela que el niño se encuentra en un hogar sustituto de Bogotá. El resultado del desplazamiento desde Caracas de los llamados comisionados (leer más)

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Política

Las bases de la hipocresía

El imperialismo no es tan malo como parece: favorece los planes de Chávez y Uribe Casi una década ha tenido América del Sur para proponer una alternativa regional que sustituya al odioso Plan Colombia. En agosto de 2000, el acuerdo firmado en Cartagena de Indias por Andrés Pastrana y Bill Clinton alborota tanto al vecindario como, nueve años después, el permiso concedido por Álvaro Uribe a Barack Obama para destinar tropas a siete bases militares colombianas. Entonces, como ahora, se realiza un cónclave de presidentes, la I Cumbre de la Comunidad Sudamericana de Naciones; lo organiza Fernando Henrique Cardoso en Brasilia. Entonces, como ahora, Hugo Chávez procura infundir miedo con el fantasma del imperialismo. Tras cavilar un instante, Barack Obama suelta: “Eso es hipocresía”. Está en México, en la cumbre de América del Norte, con el anfitrión, Felipe Calderón, y el primer ministro de Canadá, Stephen Harper. Coincide con ellos en el doble rasero “de los que piden a los Estados Unidos que dejen en paz a la región y ahora dicen que ignoramos a (leer más)

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Política

Bodas de sangre

ETA y las FARC están aisladas y debilitadas, pero comparten complejos intereses En 1988, Venezuela compra cohetes antitanque a Suecia. Suecia no entiende cómo van a engrosar el arsenal de las FARC. Las FARC, diezmadas por la muerte de sus cabecillas, están tan aisladas y debilitadas como ETA. ETA acusa el impacto del desmantelamiento de su cúpula política y su estructura militar, pero recuerda su medio siglo de repulsiva existencia con dos atentados consecutivos en España. España, a pesar del veto de los Estados Unidos para comercializar armas con copyright norteamericano, aumenta en 2007 las ventas a Hugo Chávez, cercano a las FARC. El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, sorprendido con el festival caribeño de expropiaciones de compañías extranjeras y mordazas a la prensa, envía a la capital del socialismo del siglo XXI al canciller Miguel Ángel Moratinos para “crear una relación sólida y estratégica” con Chávez. Chávez, inmerso en su burbuja bolivariana, se ufana del control estatal de los medios de producción: “El que no tenga un Vergatario (teléfono móvil) es un cero (leer más)

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Política

Yo o el abismo

¿Por qué ciertos presidentes, como Zelaya, tienen tanta necesidad de ser reelegidos? De imprescindibles están llenos algunos cementerios. De imprescindibles, también, están hartos algunos pueblos. ¿Qué presidente no se siente en algún momento, o desde el primer día, superior al resto de los mortales? El exceso de confianza obra en su contra. Lo hace vivir ensimismado. Desde César, dictador perpetuo por decisión propia, la megalomanía afecta al que, como Tales de Mileto, cae en un pozo por mirar las estrellas. Lo rescata «una sirvienta tracia, jocosa y bonita», según Platón; le explica que, por no bajar la cabeza, perdió la noción de lo que estaba «ante su nariz y sus pies». Perdió la noción de la realidad. Los griegos llamaban hybris a la desmesura, al exceso de confianza en uno mismo. El héroe que la sufría comenzaba a comportarse como un dios. Tenía la sensación de poseer dones especiales hasta que, temeroso de engaños y complots, tropezaba con sus errores y caía en un pozo. Les sucede a menudo en América latina a los presidentes (leer más)

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Economía

Una tragedia griega

El desempleo, la inestabilidad y la inseguridad causan más pavor que el terrorismo Los primeros brotes de la hecatombe económica mundial coincidieron en diciembre con revueltas en Grecia por la muerte de un adolescente a manos de la policía. Ante la ceguera del Estado, la sordera de los políticos y la mudez de la sociedad, los estudiantes secundarios y universitarios declararon una guerra, durante varios días, contra el gatillo fácil. Declararon una guerra contra la impunidad y la ausencia de futuro, en realidad. De conseguir empleo, muchos ganarán poco. Ese signo de ingratitud se ve agravado por la recesión: en todo el mundo, 50 millones de personas habrán perdido sus empleos a fin de año, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). La mayoría pertenece a la clase media. Lejos de las protestas contra la globalización, como en Seattle, Davos y otras ciudades, o contra la exclusión de los hijos de los inmigrantes, como en los arrabales de París, los futuros seiscientoseuristas griegos, símiles de los mileuristas españoles, se alzaron contra un Estado incapaz de (leer más)

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Política

La piedra en el zapato

Los periodistas no son fiscales ni ejecutores de los sujetos que la mayoría rechaza Lo llamó “perro” y probó puntería. Cual lanzador de las Grandes Ligas de Béisbol, Muntadar al-Zeidi procuró hacer justicia por mano propia. Con los tiros malogrados de sus zapatos contra George W. Bush quiso expresar, en un rapto de ira, la impotencia de su pueblo por la ocupación de Irak. Lo arrestaron de inmediato. Abogados de toda laya se ofrecieron para defenderlo. Lo molieron a palos en una celda del palacio de la presidencia. Lo procesaron por “insultar públicamente al presidente de los Estados Unidos”. Le pidió disculpas al primer ministro de su país, Nuri al-Maliki, de modo de rebajar la pena. Ya había cobrado notoriedad: de reportero ignoto del canal satelital  Al Baghdadia pasó a ser estrella de CNN y YouTube. ¿Era su objetivo ser hasta el inspirador de un videojuego de hechura británica llamado “sock and awe (calcetín y sobrecogimiento)”, ironía de la consigna “shock and awe (conmoción y sobrecogimiento)” empleada por los Estados Unidos para tumbar a Saddam (leer más)

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Política

El descubrimiento de América

Los Estados Unidos buscarán recuperar el terreno perdido a manos de Rusia y China Contó Antonio Pigafetta, miembro de la tripulación de Magallanes en su primer viaje alrededor del mundo, que en América meridional había visto seres exóticos; entre ellos, cerdos con el ombligo en el lomo y pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho y otros sin lengua cuyos picos parecían cucharas. Contó también el navegante florentino que, hacia 1520, el primer nativo que encontraron en la Patagonia, “tan alto que con la cabeza apenas le llegábamos a la cintura”, iba vestido con la piel de un animal con cabeza y orejas de mula; cuerpo de camello; piernas de ciervo, y cola y relincho de caballo. “El comandante en jefe mandó darle de comer y beber y, entre otras chucherías, le hizo traer un gran espejo de acero –continúa Pigafetta–. El gigante, que no tenía la menor idea de este mueble, y que sin duda por primera vez veía su figura, retrocedió tan espantado que echó por tierra a cuatro (leer más)

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Sociedad

El dinero no hace la felicidad

La gente de los países con mayor crecimiento no es la más satisfecha con su vida Está confirmado: el dinero no hace la felicidad. En países con un ritmo de crecimiento acelerado en los últimos años, como Trinidad y Tobago, Chile, Perú, Ecuador y la República Dominicana, la gente se siente menos satisfecha que en otros con poco o ningún crecimiento, como El Salvador, Paraguay y Guatemala, según revela un estudio realizado en la región por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Confiesan sentirse satisfechos los ciudadanos de Costa Rica, Panamá, México y Venezuela en una profusa lista, cerrada por los ecuatorianos, los nicaragüenses, los dominicanos y los haitianos, en la cual, curiosamente, los argentinos superan en ese aspecto a los chilenos y los uruguayos. Es la paradoja del crecimiento infeliz: “Entre más rápido crece un país, más rápido crecen las expectativas de consumo y de estatus económico y social”. Y es, también, la paradoja de las aspiraciones: la ausencia de aspiraciones, así como las bajas expectativas depositadas en los gobiernos, “debilitan las demandas de (leer más)

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Política

Si algo puede ir mal, irá mal

Mientras unos festejan y otros deploran el desenlace de la crisis, ésta sigue siendo de pronóstico reservado “Es el fin del capitalismo”, concluyó Mahmoud Ahmadinejad. Lo celebró Hugo Chávez: “Está crujiendo esa arquitectura financiera que consideró al mundo un casino”. Les dio letra, desde las antípodas, Nicolas Sarkozy: “La autorregulación para resolver todos los problemas se terminó; le laissez faire, c’est fini”. De ser el fin del capitalismo, los mandatarios de Irán, Venezuela, Francia y otros, así como los candidatos presidenciales norteamericanos, deberían poner en remojo sus barbas, sus convicciones y sus propósitos. Ninguno de ellos, avisados de la crisis, contempla en sus presupuestos un Estado fuerte en desmedro de un mercado débil, por más que el colapso de Wall Street clausure un ciclo histórico. Desde los regímenes comunistas, como el chino, el norcoreano y el cubano, hasta los teocráticos, como el iraní, preservan espacios para el mercado. Gobiernos de otra naturaleza, como el norteamericano y la mayoría de los europeos, latinoamericanos y asiáticos, preservan espacios para el Estado. Sin una acción conjunta de ambos, (leer más)

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Política

Con el corazón en la coca

El abrupto corte de la relación con EE.UU. deja a Bolivia a merced de Chávez En la región del Chapare, base operativa de Evo Morales, el eslogan de la campaña de 2005 era casi una excusa que prendía con vigor: coca no es cocaína. Tanto los miembros de la Federación del Trópico de Cochabamba (nombre de fantasía del sindicato de productores de coca) como los militantes del ahora oficialista Movimiento al Socialismo vitoreaban con los puños alto las alabanzas a “la hoja sagrada” y las acechanzas contra “los yanquis”. Todos compartían esa postura, excepto los militares bolivianos. Sus ingresos estaban subordinados a los fondos destinados por los Estados Unidos a la erradicación del cultivo de la materia prima de la cocaína. En casi tres años, esa situación no cambió. Desde su asunción como presidente, en 2006, Morales aceptó, por un lado, el flujo de dinero norteamericano, del orden de los 30 millones de dólares anuales, y rechazó, por el otro, las intromisiones en aquello que los bolivianos consideran intocable por ser parte de su cultura. (leer más)

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Política

El cruce de los Andes

En ocasión del referéndum boliviano, Morales recreó el fantasma del imperio Preguntó el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Robert Gates: “¿Qué podemos hacer para colaborar con el Consejo de Defensa de América del Sur?”. Respondió su par brasileño, el ministro Nelson Jobim: “Nada, mantenerse a distancia”. La réplica no sacudió con la fuerza de un vendaval los ventanales del Pentágono, donde se desarrollaba la reunión, pero a punto estuvo de darle un soponcio al anfitrión. No era usual que un país latinoamericano, aunque fuera un coloso como Brasil, rechazara con tanta firmeza una oferta norteamericana. Enterado del diálogo, Hugo Chávez no vaciló en celebrarlo como un home run  (ama el béisbol) y en contarlo como si se tratara de una proeza similar al cruce de los Andes: “Es eso: déjennos quietos –exclamó–. Y hay que decirlo en todos los aspectos: en lo político, en lo económico y en lo social”. Lo asoció de inmediato con el plan de Bolívar de crear una alianza militar en la región, como él mismo propuso para el (leer más)

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Política

La comezón del octavo año

América latina puede hacer mucho más por sí misma que Obama o McCain En su octavo y último discurso sobre el Estado de la Unión, George W. Bush insinuó un renovado interés en América latina. Pareció resarcirse de una promesa incumplida. En 2001, cual prioridad en su agenda externa, vislumbraba “el siglo de las Américas”. Si era sincero, más allá de su reticencia a involucrarse en crisis ajenas, la voladura de las Torres Gemelas alteró sus planes. Ni algo tan caro para su gobierno como la reforma migratoria pudo concretar. Su legado, desfigurado por Irak y Guantánamo, quedó resumido en un par de gestos de desconfianza: la construcción del muro frente a México y la reposición de la IV Flota del Comando Sur. En casi ocho años, América latina no recobró preeminencia en los Estados Unidos. La perdió aún más. Hasta 2005, Bush insistió en el Area de Libre de Comercio de las Américas (ALCA). Fracasó. Obstinado, el eje de su política se centró en acuerdos bilaterales o regionales de ese tipo. Los demócratas, más (leer más)

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Política

Barajar y dar de nuevo

La cruda realidad: el mundo gasta casi 190 veces más en armas que en comida Si el planeta interrumpiera por un año el gasto militar, cada uno de sus 6600 millones de habitantes podría recibir, o ahorrarse, unos 200 dólares. Es una utopía, pero no estaría mal. Sólo en 2007, los gobiernos desembolsaron en armas 1,27 billones de dólares. Ese monto astronómico, equivalente al 2,5 por ciento del producto bruto interno mundial, supone 190 veces más que la ayuda mendigada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) a la comunidad internacional: 6750 millones de dólares para paliar la hambruna de 854 millones de personas. África es el continente más pobre; América, el más desigual. ¿Es más urgente aliviar la pobreza o aplacar la desigualdad? El alivio de la pobreza en China y la India no aplacó la desigualdad. En los Estados Unidos, la clase media todavía no recuperó el ingreso real que tenía antes de la recesión de 1991. Los ejecutivos top de las 500 compañías inscriptas en (leer más)