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Sociedad

El dinero no hace la felicidad

La gente de los países con mayor crecimiento no es la más satisfecha con su vida Está confirmado: el dinero no hace la felicidad. En países con un ritmo de crecimiento acelerado en los últimos años, como Trinidad y Tobago, Chile, Perú, Ecuador y la República Dominicana, la gente se siente menos satisfecha que en otros con poco o ningún crecimiento, como El Salvador, Paraguay y Guatemala, según revela un estudio realizado en la región por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Confiesan sentirse satisfechos los ciudadanos de Costa Rica, Panamá, México y Venezuela en una profusa lista, cerrada por los ecuatorianos, los nicaragüenses, los dominicanos y los haitianos, en la cual, curiosamente, los argentinos superan en ese aspecto a los chilenos y los uruguayos. Es la paradoja del crecimiento infeliz: “Entre más rápido crece un país, más rápido crecen las expectativas de consumo y de estatus económico y social”. Y es, también, la paradoja de las aspiraciones: la ausencia de aspiraciones, así como las bajas expectativas depositadas en los gobiernos, “debilitan las demandas de (leer más)

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Política

Un misil en el placard

Sin haber aplacado la euforia de la victoria, Obama recibió el primer aviso de Irán Era presumible que, superadas las elecciones de los Estados Unidos, Mahmoud Ahmadinejad saludara el resultado; en su caso, con misiles en lugar de fuegos artificiales. Era presumible, también, que la sucursal de Al-Qaeda en Irak y el régimen talibán en Afganistán azuzaran a Barack Obama y George W. Bush con un súbito y brutal incremento de los atentados suicidas, de modo de no cejar en su intento de mostrar fortaleza en coyunturas desoladoras. Era presumible, a su vez, que ese triángulo, con vértices en Irán, Irak y Afganistán, procurara capitalizar la agenda del gobierno norteamericano electo, supeditada a la crisis económica y financiera global en la cuenta regresiva del actual gobierno. En su ocaso, Bush se arrepintió de haber dicho que quería “vivo o muerto” a Osama ben Laden y de haberse apresurado a festejar con el cartel de “misión cumplida” en la espalda, en una visita al portaaviones Abraham Lincoln, en mayo de 2003, el desenlace de la guerra (leer más)

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Política

Cambio y fuera

No sólo se impuso Obama, sino también una nueva forma de hacer política LOS ANGELES.– En las primarias de 2004, el precandidato demócrata Howard Dean notó que podía hacer campaña y recaudar fondos por Internet. Perdió frente a John Kerry, pero dejó su estela. En las presidenciales, el estratego republicano Karl Rove echó mano del mismo recurso para movilizar a la base cristiana que facilitó la reelección de George W. Bush. En apenas cuatro años, Barack Obama perfeccionó el sistema en su duelo contra Hillary Clinton y terminó de pulirlo contra John McCain: difundió planes, anunció actos, reclutó voluntarios y embolsó millones de dólares gracias a módicos aportes de votantes primerizos que se familiarizaron con el eslogan Yes, we can gracias a You Tube, MySpace, Facebook y otros sitios sociales. Consolidó de ese modo una vía efectiva para llegar a la gente sin prescindir de los medios tradicionales. La expansión del fenómeno Obama, no sólo en los Estados Unidos, mucho tuvo que ver con su carisma, su poder de convocatoria, su afinada oratoria y su (leer más)

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Política

Operación triunfo

En el mundo, cuatro de cada cinco ciudadanos votarían por Barack Obama SHANGHAI.– En Silicon Valley crearon un videojuego que, como martilla la promoción, “se adelantó a su tiempo”. Se llama Crysis y es, según Yahoo!, “uno de los más importantes, esperados y anhelados en el mundillo de los videojuegos”. También era esperada, aunque no anhelada, la otra crisis, la real. Era esperada, pero no tan pronto. Barack Obama y John McCain no tenían previsto vérselas con ella en el final de la campaña ni sentirse obligados a cabildear contra sus principios por la sanción del plan de rescate de los bancos en aprietos. Estaban preparados para discrepar sobre Irak, Afganistán, la salud, la educación y la economía en general, no sobre la crisis en particular. Menos aún para defender un proyecto de George W. Bush. La crisis no es como Crysis. En el videojuego, un soldado del Comando Delta, Jake Dunn, se propone liberar a científicos secuestrados en una isla por crueles militares norcoreanos que responden a las órdenes del temerario general Kyong. Superada (leer más)