Cultura

El amanecer de Aurora

A los 14 años, Aurora Mardiganian vivía tranquilamente con los suyos en Cemisgezek, territorio otomano. Era una familia próspera. Transcurría 1915. Había comenzado aquello que, para el historiador Eric Hobsbawm, pasó a ser el primer intento moderno de eliminar a todo un pueblo. El genocidio armenio fue perpetrado entre ese año y 1923 por los Jóvenes Turcos, militares de nueva formación de la Academia de la Guerra del Imperio Otomano que estaban enrolados en el llamado Comité de Unidad y Progreso. Apoyaron a Alemania en la Primera Guerra Mundial. Los armenios eran tildados de saboteadores por su respaldo a Rusia. En ese contexto, indescifrable para una adolescente como Aurora (Arshaluys, el nombre real), su padre desoyó el consejo de un pastor kurdo sobre la inminente masacre que iba terminar con la vida de entre un millón y medio y dos millones de civiles armenios. Lo mataron, así como al resto de su familia, sometida a vejaciones que desnudaron el costado más infame de la condición humana. Ella nunca se sobrepuso al dolor de haber visto (leer más)

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Las intimidades del poder

Antes de la brutal incursión de Hamas en Israel, el 7 de octubre de 2023, el gobierno de Joe Biden no quería malgastar su capital político en Medio Oriente. Era más redituable, en vísperas de un año electoral, insistir en moler a Rusia por la guerra contra Ucrania y repeler la intención de China de implantar un nuevo orden mundial codo a codo con Vladimir Putin. El rival republicano de Biden, ahora de Kamala Harris, Donald Trump, no dejó de estar en contacto con Putin, inclusive después de abandonar la Casa Blanca. También supo mantener su sintonía fina con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, más cómodo con él que con Biden. Estalló la guerra de Israel contra Hamas en la Franja de Gaza y, un día después, contra Hezbollah en el sur de Líbano, así como contra los hutíes en Yemen y, más recientemente, contra Irán en forma directa. Aquello que se temía pasó a ser realidad. Israel e Irán llevan muchos años embarcados en una conflagración. Lejos del nacionalismo y a favor (leer más)

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El padre de El Gran Hermano

I Tronó temprano el teléfono, despabilándolo, en la estación de policía de Moulmein, allá lejos, en la baja Birmania, antigua colonia británica. Transcurría la década del veinte. Él era un oficial de subdivisión recién llegado de Londres. Tanteó el auricular. “¡Un elefante está devastando la feria!”, reconoció en el grito la voz de un subinspector birmano. Los elefantes eran empleados en las plantaciones de teca para desplazar troncos. Siempre existía el riesgo de que alguno se descarriara y provocara destrozos. Algo usual para un nativo, no para un novato como él. Tomó su Winchester 44, rifle demasiado pequeño para vérselas con un animal tan grande, y montó en su caballo. La mañana era húmeda y sofocante, como cualquier mañana de la estación de lluvias. En el camino, interrumpido infinidad de veces por birmanos alterados, iba enterándose de las fechorías del elefante. Que había hecho añicos una choza de bambú, había matado a una vaca, había invadido un puesto de frutas, había dado vuelta un carro municipal… Su cornac (domador) era el único capaz de detenerlo, pero (leer más)

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La bandera de la patria mía

Cada 20 de junio se celebra en Argentina el Día de la Bandera. ¿Lo es? Tal día, en 1820, murió casi en soledad Manuel Belgrano. Que no fue su creador, en realidad. La celeste y blanca, como suele llamársela, era “blanca y azul-celeste». Lo dispuso el Primer Triunvirato en 1812 por instancias de su secretario, Bernardino Rivadavia. Ese gobierno tenía como premisa preservar la precaria liberación de las tropas realistas desde la Revolución de Mayo, en 1810, para el rey Fernando VII, preso por Napoleón. En ese momento, bajo el asedio de los españoles, Belgrano recibió la orden de llevar a los patricios a Rosario. Como señala Lucas Botta en su libro Alta en el cielo, historia de la bandera argentina, publicado por Planeta, Belgrano pidió “declarar la escarapela nacional que debemos usar para que no se equivoque con la de nuestros enemigos y no haya ocasiones que puedan sernos de perjuicio”. En respuesta, el Primer Triunvirato emitió un oficio. Dice: “…reconozca y use la escarapela nacional de las Provincias Unidas del Río de la (leer más)

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Un país, dos almas

La guerra cultural en Estados Unidos no comenzó con Donald Trump. Era una cuenta pendiente, algo así como un cartucho de dinamita que esperaba que alguien encendiera la mecha. Según Jorge Argüello, “un redentor de la gente común, víctima de una élite política corrupta instalada en el pantano de Washington” que se ofreciera “como un gladiador dispuesto a batirse con las peores amenazas. Todo barnizado por consignas nacionalistas y posiciones ultraconservadoras”. El indicado era un outsider aceptado por la maquinaria republicana que “le prometía ampliar la base electoral sin abandonar la radicalización ideológica”. Era Trump, señala Argüello, dos veces embajador argentino en Estados Unidos, representante permanente ante la ONU y embajador en Portugal y Cabo Verde, entre otros cargos, en su libro Las dos almas de Estados Unidos. Viaje al corazón de una sociedad fracturada. El presidente de la Fundación Embajada Abierta pone el acento sobre el pasado reciente. Que guarda relación con el futuro inminente: el revival en noviembre del duelo entre Trump y Joe Biden, catapultado el 6 de enero de 2021 por (leer más)

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De carne somos

“Para este país la carne es todo: es alimento, es política, es economía y es encuentro”, concluye el historiador Felipe Pigna en su nuevo libro, Carne, una pasión argentina, publicado por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA). Una recopilación formidable desde la introducción del ganado bovino por Pedro de Mendoza en su frustrada fundación de Buenos Aires en 1536 y su incorporación en la dieta ciudadana en 1580, cuando Juan de Garay funda definitivamente la metrópoli, hasta el fin de semana pasado, cuando algún argentino habrá echado leña, carbón o ambos a la vez en la parrilla para degustar el plato nacional por excelencia. Cuenta Pigna que el general José de San Martín llevó toneladas de carne vacuna en forma de charqui y centenares de ganado en pie para alimentar a sus tropas en su campaña libertadora, que comenzó con el cruce de los Andes. Una hazaña que iba a incrementar en forma considerable el capital de estancieros como los Dorrego, los Rosas, los Terrero, los Anchorena y los Urquiza. La (leer más)

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Cápsulas para entender la guerra

En las últimas dos décadas, los atentados del 11 de septiembre de 2001, la crisis financiera de 2008, la anexión rusa de la península de Crimea en 2014 y la maldita pandemia de 2020 marcaron el pulso de la política mundial. Sobre llovido, la guerra contra Ucrania “posiblemente sentó las bases, al menos por lo que resta de esta década, de una descomposición internacional con perspectiva incierta”, concluye Alberto Hutschenreuter en su nuevo libro, El descenso de la política mundial en el siglo XXI, publicado por Editorial Almaluz. Hutschenreuter, doctor en Relaciones Internacionales, despliega en 351 páginas aquello que llama “cápsulas estratégicas y geopolíticas para sobrellevar la incertidumbre”. Lo de cápsulas, supongo, tiene que ver con su devoción por el café, que también convierte en estratégico cada vez que se sienta a la mesa de un bar y despliega sus vastos conocimientos. Un placer escucharlo y, en esta ocasión, leer aquello que el ajetreo periodístico muchas veces, por razones de fuerza mayor, resume en la coyuntura. En su libro, Hutschenreuter observa que vivimos en un (leer más)

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El hombre que salvó al mundo

Después de algunas vacilaciones, Juan Meyer decide abandonar sus prácticas médicas con el doctor Salvador Mazza, célebre por sus contribuciones contra el Mal de Chagas en el norte de Argentina, y abrazar una causa. La causa contra el avance de las tropas nazis en la órbita soviética durante la Segunda Guerra Mundial. Una cruzada personal, en realidad, en la cual, sin abandonar su profesión, pasa a ser el jefe de una unidad de partisanos en el frente soviético desplegado en Bielorrusia con compañeros de varias nacionalidades. La ficción y la realidad van de la mano en la novela La redención del camarada Petrov, de Eduardo Sguiglia. Sguiglia, rosarino, autor de cuentos, ensayos y seis novelas laureadas, recrea esta vez una negligencia. El teniente coronel Stanislav Petrov, fallecido a los 77 años de edad en 2017, estaba a cargo de las computadoras de un centro de advertencia temprana de la Unión Soviética. Una mañana, la del 26 de septiembre de 1983, recibió una alerta: Estados Unidos había lanzado misiles contra su país. Creyó que era falsa (leer más)

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En defensa de la identidad croata

Desde tiempos remotos, Croacia pasó a ser un mural del cristianismo, como la llamó el papa León X en 1519, pero alberga numerosas órdenes religiosas a las cuales pertenen científicos, artistas y profesores que conformaron, entre infinitas dificultades, la identidad del pueblo croata entre episodios valerosos y vergonzosos que hilvanaron reyes y dinastías en tiempos de paz y de guerra. En esa gesta tuvieron gran protagonismo las mujeres, no siempre reconocidas. Si bien Croacia parece ser un país joven por su reciente independencia de Serbia en 1991 y los trámites posteriores para el ingreso en la ONU, la Unión Europea y la OTAN, la historia de su pueblo se remonta a tiempos inmemoriales. Los croatas fueron los primeros eslavos en adoptar la religión cristiana hace 14 siglos, como le gustaba recordar al papa Juan Pablo II y como lo cuenta Carmen Verlichak Vrljicak, periodista, licenciada en letras y miembro de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación, en el primer tomo de la saga Croacia. Desde el Principio, publicado por la Editorial (leer más)

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Cuba en primera persona

Las protestas masivas del 11 de julio de 2021 marcaron un parteaguas en la historia de Cuba. No porque haya sido depuesta la dictadura castrista, encarnada ahora en Miguel Díaz-Canel, sino porque la sociedad se rebeló con la consigna Patria y Vida, en desmedro de la vetusta Patria o Muerte, contra las penurias económicas y la falta de libertades. La isla sigue siendo el manchón de un continente que, con sus bemoles, abrazó la democracia como sistema político, más allá de los excesos cometidos por los regímenes de Venezuela y de Nicaragua. Pedro von Eyken, segundo de la Embajada argentina en Cuba y jefe de la misión comercial entre 2006 y 2009, resultó ser Testigo de una revolución traicionada, como titula su libro, publicado por la Editorial Dunken. En él cuenta los pormenores de un fracaso. El de las promesas incumplidas por Fidel Castro, por su hermano Raúl y por Díaz-Canel. Centra su análisis en la economía sin desmerecer, aclara, la penosa situación de los derechos humanos, agravada en 2022 por la imposición de un (leer más)

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Una ambigüedad inquietante

La decisión de Vladimir Putin de reconocer la independencia de las provincias ucranianas de Donetsk y Luhansk y de lanzar al rato su mentada operación militar especial contra Ucrania siguió un patrón. El de “desnazificar” a un país con un presidente judío. Absurdo, pero real, excusa de la propaganda de guerra. El descalabro no comenzó en 2022, sino en 2014, cuando Putin ordenó a los suyos ocupar y anexar la península de Crimea. O mucho antes, en realidad, cual réplica de la táctica de Rusia en las últimas dos décadas para mantener su influencia en los dominios de la antigua Unión Soviética. El resentimiento de Putin encuentra un eje en la “ampliación de la OTAN hacia el sur de Europa central”, de modo de rodear a Rusia y uno de sus aliados, Serbia, como expone Alberto Hutschenreuter, doctor en Relaciones Internacionales, en el libro Ni guerra ni paz, publicado por la Editorial Almaluz. Se trata de una “anomalía estratégica” y de “un factor de inestabilidad continental”, señala Hutschenreuter “La expansión, agrega Hutschenreuter, conferenciante de la (leer más)

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Diferentes, no indiferentes

El mundo es cada vez más pequeño. Tan pequeño que, a veces, pensamos que cabe en la palma de la mano. En este mundo pequeño, la globalización ha derrapado en la antiglobalización y, a su vez, brotan como hongos los nacionalismos, causantes de las peores tragedias del siglo XX. Dos países pueden tener rasgos comunes, como Colombia, donde nació Clara Riveros, y Marruecos, donde invirtió varios años de investigación en busca de denominadores comunes con su terruño y con América latina. Los encontró en un contexto de cambio o, acaso, de transición. El final de la historia, mentado en los noventa, terminó siendo el detonante de otra historia. La actual. En este texto y en este contexto, Clara Riveros observa las dos orillas con ojo crítico. El ojo experto de la politóloga y analista que no se queda con la primera impresión. Que va más allá mientras ausculta una realidad diferente, la de Marruecos, a la cual no es indiferente. Eso de la cooperación Sur-Sur entre dos países que antes eran expulsores de personas por (leer más)

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Las mil y una noches de Borges

SMARA, Sahara Occidental – Días antes de morir a los 86 años en Ginebra, Suiza, el escritor argentino Jorge Luis Borges tomó clases de idioma árabe. Unas pocas. Más por curiosidad que por necesidad. La curiosidad, precisamente, llevó a Borges a adentrarse en mundos distantes, aparentemente inalcanzables, a causa de una pasión. La pasión por la lectura. Frente a cualquier circunstancia, fuera polémica o no, Borges proponía una nueva lectura. La lectura, volcada en la escritura, era algo así como la munición de su vida y de sus textos. De esos textos que, por ser universales, trascienden fronteras caprichosas, como la de Oriente y Occidente. Jorge Francisco Isidoro Luis Borges Acevedo nació el 24 de agosto de 1899 en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Era Borges a secas, hijo de Jorge Guillermo Borges, abogado y profesor de psicología con ambiciones literarias, y de Leonor Acevedo Suárez, uruguaya, traductora. Borges era más que un escritor universal. Era un escritor cosmopolita que, por circunstancias de su época, se vio privado del premio Nobel de Literatura, no (leer más)

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El último apaga la luz

Epimeteo, el primer hombre de la mitología griega en desmedro del Adán bíblico, comete dos imprudencias: casarse con Pandora, la primera mujer creada por Hefestos, y abrir la famosa caja de la que salen todos los males de la humanidad. En ella queda, cual último orejón del tarro, la esperanza. Desde entonces, lo último, cuya novia, La última, lleva por título un tango de Julio Camilioni (no confundir con La última curda, de Cátulo Castillo), merece el mismo trato que la esperanza, virtud de virtudes habitualmente relegada. Abundan datos sobre el primero que hace tal o cual cosa, pero poco y nada se sabe del último que, quizás en peores condiciones, harto de tal cosa o tal otra, hace por última vez tal o cual cosa. El que apaga la luz. ¿Qué sería de los historiadores si tuvieran que poner de relieve las primeras palabras de Edipo («Ma-má», seguramente) o de Freud («Li-bi-do», tal vez) en lugar de las últimas? Ni el legado del sargento Cabral («Muero contento, hemos batido al enemigo») habría perdurado. El (leer más)

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La otra cara de la Luna

Giacomo Casanova se describe a sí mismo como galante, caballeroso y amante fabuloso de 132 mujeres. Le lleva nueve años recordarlas, recordarse y recordarlo todo en sus memorias. Las escribe entre 1789 y 1798. Las termina, sin terminarlas del todo, en Dux (Duchcov, República Checa), a los 73 años de edad, en vísperas de su muerte. En ellas, el viajero romántico, hedonista gentil y ciudadano del mundo, traductor de la Ilíada y presunto coautor del libreto de Don Giovanni, exalta la gracia de las españolas, que «son muy hermosas” y “arden en deseos y siempre están dispuestas a favorecer algún enredo para engañar a todos los seres que las rodean a fin de espiar sus intrigas». Da, también, la primicia de su homosexualidad. El nombre Casanova pasó a ser marca registrada y garantizada de conquista de mujeres. No viene al caso divinizarlo ni juzgarlo por sus inclinaciones sexuales, reservadas a la intimidad. En el imaginario popular, casanova con minúscula es sinónimo de seductor. Hasta tiene definición propia en el Diccionario de la Real Academia Española: (leer más)