Sorpresas te reserva la vida
Con sus botas negras, Vicente Fox pasa de ranchero, ejecutivo y empresario a presidente de un país en proceso de cambio CIUDAD DE MÉXICO.– En medio de la campaña electoral, el Partido Acción Nacional (PAN) hizo cortorcircuito con la agrupación Amigos de Fox. Por una sencilla razón: tenía más adherentes la agrupación que afiliados el partido. ¡Chispas! Era intolerable que Vicente Fox, el candidato, fuera una marca registrada, cual producto de una estructura paralela, y que se valiera de las estrategias del marketing, no de los métodos tradicionales, con tal de sumar voluntades. Voluntades foxistas, no necesariamente panistas. Lo nuevo asustaba. Sobre todo, por la posibilidad de que Fox, en caso de perder las elecciones presidenciales del 2 de julio, se quedara con buena parte del PAN, desvirtuando las raíces conservadoras con las cuales nació en 1939 como oposición del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Pelea diferente, en aquel entonces, contra el presidente Lázaro Cárdenas, padre de la nacionalización de los ferrocarriles; padre, a su vez, de Cuauhtémoc Cárdenas, fundador del Partido de la Revolución Democrática (leer más)