
Nunca falta alguien que sobre
Todo empezó a fines de 1999 en Seattle, pero, en realidad, Marcos y sus zapatistas ya habían arrojado la primera piedra Separado va todo junto. Todo junto va separado. Y hágase el caos: todos juntos van separados contra la globalización, valiéndose de teléfonos móviles, de correos electrónicos y de sitios de Internet para fijar el punto de encuentro. En un McDonald’s. Que, después del Big Mac y de la Coca-Coca, será prudentemente apedreado. ¿Todos juntos, o separados, protestan contra la electricidad bajo la misma lámpara, entonces? Momento. En Génova, mientras los líderes de los siete países con mayores productos brutos internos del mundo más Rusia (el Grupo de los Ocho) invierten el fin de semana en vacunas contra crisis tan diversas como Medio Oriente, la Argentina, Macedonia, la pobreza, el sida y la importancia de la rueda en la industria automotriz, golpean la puerta las protestas contra la globalización. Que comenzaron en Seattle, el 30 de noviembre de 1999, y que continuaron, sin fin, en Bangkok, Washington, Praga, Davos, Gotemburgo, Barcelona y Salzburgo. Desdibujadas en (leer más)