Catalejo

Hablar a gritos

Una docente increpó con vehemencia a un alumno. Fue un arranque de ira a favor de la vicepresidenta Cristina Kirchner y en contra del expresidente Mauricio Macri en una escuela secundaria de Ciudad Evita, partido bonaerense de La Matanza. La sancionaron. El presidente Alberto Fernández creyó oportuno defenderla en su condición de profesor de la Universidad de Buenos Aires: “Que haya tenido el debate es formidable, porque invita a pensar». ¿A pensar o a taladrar el cerebro de aquel que piensa diferente, como si hablar a gritos fuera una fórmula eficaz para hacerlo cambiar de parecer? A pensar, en todo caso, invita el libro Hablar con los demás, de Máximo Paz, publicado por La Crujía. En el aula no hubo un debate, sino una arenga. En tiempos de efervescencia política en Argentina, con una campaña mediocre para las elecciones de medio término, no pocos candidatos suponen que resulta efectivo alzar la voz y tener la última palabra. Los políticos no viven en una burbuja. Son el reflejo de una sociedad polarizada que antes de los (leer más)

Política

Cuatro años menos

No fue una elección, sino un referéndum. Un referéndum sobre Donald Trump en una sociedad dividida, cercada por la pandemia e inquieta por la economía. La revista The National Interest se preguntaba en su portada de septiembre: “Who’s worse? (¿Quién es peor?)”. Resultó ser Trump, pero, fino detalle, obtuvo seis millones de votos más que en 2016. El presidente electo, Joe Biden, pasó a ser el candidato más votado de la historia, con 73,7 millones de votos. Lo menos pensado: superó a Barack Obama, de quien fue ladero durante dos mandatos, acaso por el momento excepcional en el cual se desarrollaron las elecciones. La imagen de Estados Unidos roza sus mínimos históricos, según el Pew Research Center. Cuatro años más o four more years era lo habitual para un presidente en ejercicio. Después de la Segunda Guerra Mundial, sólo Jimmy Carter y George Bush (padre) no reincidieron. Perdieron frente a Ronald Reagan y Bill Clinton, respectivamente. La excepción: Gerald Ford, sucesor de Richard Nixon, obligado a renunciar por el caso Watergate. Trump sucumbió con su (leer más)

Política

La carta en la manga de Trump

La rapidez de Donald Trump en nombrar a la sucesora de la difunta jueza Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema sin respetar el duelo ni su último deseo, que su asiento fuera ocupado por el ganador de las presidenciales, tenía una razón. Una razón electoral. La mayoría republicana del Senado confirmó en una votación exprés a la candidata de Trump, Amy Coney Barrett. La tercera durante su gestión después de los nombramientos de Neil Gorsuch en 2017 y Brett Kavanaugh en 2018. ¿Por qué el apuro? En ese ámbito de nueve miembros, dominado por seis jueces conservadores, Trump prometió dirimir el resultado de las elecciones. Elecciones reñidas, más allá de la ventaja en las encuestas sobre el voto popular de su rival demócrata, Joe Biden. En la madrugada del día después, Trump se declaró ganador mientras Biden, con más delegados para el Colegio Electoral en forma provisional, tachaba su actitud de “indignante, sin precedente e incorrecta”. La amenaza de Trump cerraba el círculo: “Iremos a la Corte Suprema, queremos que pare la votación”. La (leer más)

Política

Voto, luego debato

Dio en el clavo el consultor político norteamericano Alex Conant cuando preguntó: “¿Cómo te preparas para enfrentar a alguien que no se prepara?”. Era el dilema del candidato presidencial demócrata, Joe Biden, ante Donald Trump. En los debates de Estados Unidos previos a las elecciones del 3 de noviembre, Biden retó a un rival que, después de varias temporadas en el programa televisivo The Apprentice y tres años y monedas en la Casa Blanca, no necesitaba entrenarse para torearlo frente a las cámaras en plan de sacarlo de sus casillas. Sobre todo, en el primero de los dos debates. Un bochorno. El segundo, que iba a ser el tercero de no haberse suspendido por el positivo de Trump en COVID-19, resultó ser más prolijo con los recaudos del caso, pero tuvo un componente extra. La normalidad dentro de la nueva anormalidad. Doce días antes de la fecha clave, más de 48 millones de personas habían votado en forma presencial y por correo, según The United States Elections Project. Una movilización elocuente de la ciudadanía que (leer más)

Política

¿Qué cambia en Estados Unidos?

¿Qué cambia en la campaña de Estados Unidos con el positivo por coronavirus de Donald Trump y de su mujer, Melania? Todo. O casi todo. La sorpresa de octubre, como llaman en la jerga política a un hecho capaz de torcer las posibilidades de un candidato y de acrecentar las del otro en el mes previo a las presidenciales, pone patas arriba la táctica de Trump. Desde febrero quiso restarle importancia al COVID-19 a pesar de gobernar el país más golpeado del planeta, con 208.000 muertes y 7,3 millones contagios. Si el final de la pandemia está cerca, como anunció después del debate con su rival demócrata, Joe Biden, el comienzo de una nueva etapa está aún más cerca. Esta nueva etapa mina el intento de Trump de alejar el foco de la gestión de la crisis sanitaria y su impacto en la economía, más allá de su tardía condena de los supremacistas blancos, después de haberlos defendido durante el bochornoso debate con Biden, y de su sospecha de fraude si no resulta reelegido. La (leer más)

Política

Lincoln en el espejo de Trump

Otro tiempo en el mismo lugar. En agosto de 1864, el presidente Abraham Lincoln, enrolado en el Partido Republicano como Donald Trump, llevaba todas las de perder. Planeaba, resignado, una transición ordenada sin imaginarse que iba ser la cara del billete de cinco dólares. El favorito era el candidato demócrata, George McClellan, general en el cual confiaban los norteamericanos para alcanzar una paz negociada de la Guerra de Secesión, en curso hasta 1865. En 156 años, salvando las distancias, las circunstancias son similares: una crisis (la pandemia, modelo 2020), nuevas tecnologías (Twitter, antes el telégrafo) y un replanteo del sistema electoral. Mientras Trump no tuvo éxito ni entre los suyos con su propuesta de posponer las presidenciales del 3 de noviembre para evitar un supuesto fraude, Lincoln se preparaba para admitir la derrota. Escenarios parecidos, reacciones diferentes. McClellan, ex general en jefe de los ejércitos de Estados Unidos, pretendía a los ojos de Lincoln casi lo mismo que el candidato demócrata, Joe Biden, a los ojos de Trump: disolver la nación. Lincoln, en contraste con (leer más)

Política

El rap de la campaña

En la campaña de Estados Unidos vale todo. Hasta el lanzamiento de la candidatura presidencial de un rapero famoso, Kanye West, impedido de figurar en las boletas de varios distritos y de quebrar la polarización entre Donald Trump y su rival demócrata, Joe Biden. Lo de West responde más a una estrategia promocional que a su vocación política. Pagó 35.000 dólares para inscribirse en Oklahoma, Estado que aporta apenas siete de los 538 votos en el Colegio Electoral, Hizo una inversión, digamos, mientras divulgaba por Twitter un nuevo álbum de canciones. Como las elecciones son indirectas, el voto popular cuenta poco. En Charleston, Carolina del Sur, el cantante negro, de 43 años, presentó en sociedad el Birthday Party en compañía de su esposa, Kim Kardashian, otra celebridad. Kayne llevaba un chaleco antibalas con la palabra seguridad en el pecho, de modo de capitalizar la ira por el asesinato de George Floyd, y el número 2020 grabado en su cabeza. Prometió en su discurso una compensación de un millón de dólares para quienes tuvieran un bebé (leer más)

Actualidad

Observatorio de Política Internacional de la Universidad de Palermo

Conocer por qué son importantes las elecciones parlamentarias en Europa; qué sucede en estos momentos con la campaña electoral de Estados Unidos de cara a los comicios del próximo año; cuál es la situación política que atraviesan países como Israel, en momentos álgidos de la crisis de Medio Oriente; qué claves ofrece el escenario latinoamericano con las elecciones de Argentina, Uruguay y Bolivia; cómo influyen eventos y fenómenos contemporáneos como la retracción de la economía mundial debido al auge proteccionista o el crecimiento de movimientos populistas-conservadores. Estos son algunos de los temas de interés que obligan a poner foco en la cobertura de los acontecimientos más importante a escala global y que impulsaron a la creación del Observatorio de Política Internacional de la Universidad de Palermo. Dirigido por el periodista Marcelo Cantelmi, profesor de la materia Periodismo Internacional o Historia de Conflictos de la carrera de Periodismo, y editor jefe de la sección Política Internacional del diario Clarín, este espacio -que se lanzó en la Facultad de Ciencias Sociales presenta el ambicioso objetivo de analizar los (leer más)

Política

Trump no pudo con la historia

Donald Trump no pudo con Donald Trump. En su primera prueba electoral después de haber ganado la presidencia en 2016, los republicanos mantuvieron la mayoría de número en el Senado, pero perdieron el control de la Cámara de Representantes. Un riesgo para Trump, expuesto a la posibilidad de que los demócratas inicien investigaciones y exijan comparecencias por cualquiera de sus desatinos: desde sus dudosas declaraciones impositivas, los negocios familiares y su affaire con la actriz porno Stormy Daniels hasta la obstrucción de la justicia en la pesquisa sobre el vínculo entre su campaña y Rusia, a cargo del fiscal Robert Mueller. Un eventual impeachment queda lejos: requeriría el apoyo de dos tercios del Senado. El reequilibrio de fuerzas refleja la polarización de la sociedad. Pocas veces tan marcada. Las grandes ciudades votaron por los demócratas y las regiones rurales se inclinaron por los republicanos. O, en realidad, por preservar el lema America First de Trump. La economía marcha viento en popa, pero no influyó tanto como otros factores. En el Congreso habrá más mujeres y (leer más)

Política

El malestar de Europa

Seis de cada diez italianos apoyaron en las elecciones del domingo 4 a expresiones excluyentes o antisistema. Pudo ser un síntoma del malestar con Europa, más allá de que no haya sido el eje de la campaña. O pudo ser un síntoma de algo más preocupante y reiterado allende sus fronteras: el malestar con la inmigración y, por esa razón, la resurrección del nacionalismo. El mensaje, como en otros países, se resume en una sola palabra: frustración. En esa deriva cayeron Hungría, Polonia, República Checa, Grecia y Austria, ignorando, tal vez, que es más sensato encender una luz que maldecir las tinieblas. Italia pasó a ser ahora el primer país europeo en el cual las fuerzas anti establishment alcanzan la mayoría absoluta. “La etiqueta populismo se aplica a veces de manera vaga, pero podemos usarla para definir movimientos que se presentan como una reacción contra el establishment corrupto y rechazan la integración internacional”, observa Alberto Mingardi, director general del Istituto Bruno Leoni. El título del artículo, publicado por el CATO Institute, lo sintetiza todo: El cementerio (leer más)

Otras voces

Rusia: resultado previsible, consecuencias imprevisibles

Según todas las previsiones, el resultado de la elección presidencial del 18 de marzo próximo no será nada sorprendente y no servirá más que para legitimar nuevamente el mandato presidencial de Vladímir Putin. Sin embargo, esta previsible victoria, obtenida gracias a una presión masiva sobre el electorado y al control riguroso de la esfera política por parte del Kremlin, revelará la profunda crisis del modelo de democracia tutelada. Durante el actual tercer mandato de Putin se ha demostrado de forma clara que su régimen está basado fundamenmtalmente en su personalidad, al mismo tiempo que se ha puesto de manifiesto el que sus elementos democráticos no son más que pura fachada. En estos últimos años, la retórica de Rusia como fortaleza asediada, unida frente a los enemigos exteriores en torno a un líder nacional, ha hecho que las elecciones se hayan convertido, en casi todos los niveles, es plebiscitos destinados a confirmar la fe del electorado en su país y su fidelidad al gobierno. La participación, un problema La crisis económica en curso, el declive de los ingresos de la (leer más)

Otras voces

Elecciones en Italia: de la retórica anti-inmigración a la violencia

Por Francesco Pasetti | CIDOB En su último informe, Amnistía Internacional ha denunciado el clima de odio, racismo y xenofobia reflejado en el discurso de los partidos políticos italianos. La campaña  se ha centrado en gran parte en el tema de la inmigración. La seguridad y la llamada crisis de los refugiados han sido los temas principales. El argumentario político italiano no difiere mucho del que se oye en otros países al acercarse las elecciones: la urgencia de cerrar las fronteras para protegerse de la invasión, las dudas sobre la posibilidad de integrarlos a todos y la necesidad de mayor control y seguridad como garantía para evitar una supuesta fractura social. A pesar de ciertas variaciones, que van desde la llamada en defensa de la “raza blanca” por parte de la extrema derecha a las posiciones securitarias del centro-izquierda, los principales partidos italianos comparten una actitud de miedo y un discurso de aversión a la inmigración. Los datos desmienten tanto alarmismo: el estudio del Migration Policy Centre, entre otros,  demuestra la contribución de los extranjeros a la economía y (leer más)

Otras voces

Cuando Jesús multiplica los votos

El Espectador Era un total desconocido, uno de los 13 candidatos que aspiraban a gobernar Costa Rica, pero que de acuerdo con encuestas y analistas, no tenía la menor oportunidad frente a los candidatos de los partidos tradicionales. Fabricio Alvarado, predicador y cantante evangélico, sin embargo, obtuvo el 24,8 % de los votos y se convierte en el favorito para ganar la Presidencia de Costa Rica. ¿Cómo? La fórmula parece infalible: Dios, familia y rechazo a los homosexuales. Hasta finales de diciembre del año pasado, Fabricio Alvarado (del partido evangélico Restauración Nacional) tenía apenas el 3 % de favorabilidad. Pero un fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos –que determinó que las parejas homosexuales deben contar con los mismos derechos de matrimonio que una pareja heterosexual– prendió la campaña. Y Fabricio Alvarado capitalizó el voto al asegurar que, de ganar las elecciones, desconocería el fallo de la Corte. También dijo estar en contra del aborto, la “ideología de género” y la promoción de programas de educación sexual en adolescentes. “De la mano de Dios (leer más)

Política

Trump, Hillary, verdad y consecuencia

Por Jorge Elías Hay preguntas que, según el ex primer ministro conservador David Cameron, “ni los políticos deberían responder”. Tenía razón. Su antecesor, Gordon Brown, laborista, no reparó en diferencias ideológicas al convenir en que “nadie tiene el derecho” de formularlas. También tenía razón. Estuvo de acuerdo el ex viceprimer ministro Nick Clegg, liberal demócrata: “Quienes cuantifican el sexo no lo disfrutan lo suficiente”. En la evasiva ante la inquietud periodística coincidían a tres bandas los políticos británicos, menos propensos al destape que los norteamericanos. Los secretos de alcoba, por regla general, pueden estropear una campaña electoral, no una gestión gubernamental. Dan fe Bill Clinton y John F. Kennedy. ¿Qué ocurre cuando asuntos de esa estofa se cuelan en la alta política, como ocurrió durante la primera media hora del segundo debate presidencial entre Donald Trump y Hillary Clinton? Lo otro, acaso lo importante, queda reducido a cenizas, como en el primer debate. Trump debió explicar esta vez la grabación difundida en las vísperas en la cual alardeaba de besar y meter mano en sus (leer más)

Política

¿Y si gana Trump?

Donald Trump es algo así como un error del sistema o, en otros términos, de la globalización. El movimiento de malhumorados que encarna no nació ayer, en contra de las políticas de Barack Obama, sino anteayer, cuando cayó el Muro de Berlín, se desintegró la Unión Soviética y terminó la Guerra Fría (la real, la de dos arsenales nucleares apuntándose mutuamente). Entonces, el mundo duplicó su fuerza laboral. China abrió una hendija y, de pronto, una enorme masa de trabajadores se incorporó a la actividad privada. Lo mismo ocurrió en Europa Oriental. Hacia 2000 irrumpió en el escenario internacional Vladimir Putin, empeñado en restaurar el poder ruso. Trump promete ahora restaurar la grandeza de los Estados Unidos. Ambos comparten una visión autoritaria del poder. El capitalismo creyó encontrar la panacea en la globalización. La encontró, en realidad. Nunca tan pocos ganaron tanto ni tantos ganaron tan poco. La desigualdad ensanchó la difusa línea divisoria entre ricos y pobres, concentrados en una clase media tan inclusiva que le permitió al obrero de un país emergente equipararse (leer más)