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Lejos de rectificarse después de encender la mecha en Madrid, el presidente argentino, Javier Milei, se jactó de haberse mofado de su par de España, Pedro Sánchez, parte de la “calaña de gente atornillada al poder”, y de su esposa, Begoña Gómez, tachada de “corrupta”. Sin medias tintas, Milei arremetió contra ellos durante un acto del partido de ultraderecha Vox. En la tribuna aplaudían a rabiar el anfitrión, Santiago Abascal; la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni; el de Hungría, Viktor Orbán, y la líder de la Agrupación Nacional de Francia, Marine Le Pen. Cartón lleno si hubieran estado Donald Trump y Jair Bolsonaro.
El stand up de Milei en España coincidió con las vísperas de los cruciales comicios para el Parlamento Europeo, que se celebrarán del 6 al 9 de junio en los 27 países miembros. ¿Casualidad? Dato no menor si se tiene en cuenta que, según las encuestas, los partidos de ultraderecha con su discurso contra la inmigración mejorarán su resultado de 2019 y tendrán incidencia en la elección de la presidencia de la Comisión Europea. El fin, parecido al de Milei con su postura sobre el Estado argentino: dinamitar a la Unión Europea desde sus entrañas. ¿Un kirchnerismo de derechas? Algo así, con el resentimiento como bandera.
La crisis de Argentina y España tiene entonces una encarnadura más fuerte que el virtual cabreo entre sus presidentes
En un contexto no desdeñable, así como la cruzada de Sánchez, codo a codo con Irlanda, Malta y Eslovenia, por reconocer al Estado Palestino a contramano de Israel, vital en la agenda externa de Milei. En minoría, Argentina, Israel, Estados Unidos, República Checa, Hungría, Micronesia, Nauru, Palau y Papúa Nueva Guinea votaron en contra de la membresía de Palestina en la ONU durante la Asamblea General de ese organismo. Queda la decisión para el Consejo de Seguridad, con el veto asegurado de Estados Unidos. La crisis de Argentina y España tiene entonces una encarnadura más fuerte que el virtual cabreo entre sus presidentes.
La injerencia en los asuntos internos de otros países pasó a ser habitual. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, se inscribió entre los primeros en la defensa de Sánchez después de los ataques “bárbaros” Milei. Petro, al igual que ahora Sánchez, llamó a consultas a su embajador en Buenos Aires el 26 de enero después de haber sido tildado por Milei en una entrevista televisiva de “comunista asesino que está hundiendo” a su país. Las relaciones bilaterales volvieron a la normalidad el 19 de abril tras una reunión en Bogotá entre el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, y su homóloga argentina, Diana Mondino.
Uno a uno, los presidentes que apoyaron a Sergio Massa fueron ácidamente denostados por Milei
Uno a uno, los presidentes que apoyaron públicamente a Sergio Massa, ministro de Economía del expresidente Alberto Fernández en las elecciones argentinas de 2023, fueron ácidamente denostados por Milei. Casos Luiz Inácio Lula da Silva y Andrés Manuel López Obrador, baluartes, a su vez, del socialismo que detesta el actual presidente argentino, más allá de que soslaye la investidura como si siguiera en campaña. Manos Limpias, agrupación que denunció a la esposa de Sánchez por haber usado su posición para influir en acuerdos empresariales, desestimó la denuncia, así como la fiscalía española.
Milei insistió. Ni Alberto Núñez Feijóo, presidente del opositor Partido Popular, se atrevió a hablar de corrupción a secas. La tormenta diplomática creció por la sugerencia del ministro español de Transporte, Óscar Puente, durante una mesa redonda organizada por el PSOE en Salamanca, sobre la posibilidad de que Milei haya “ingerido sustancias”. En castellano, drogas. Una insinuación respondida por el gobierno argentino con una ristra de reproches sobre el manejo de Sánchez de su propio gobierno, socavando la integridad del país con tratos con los separatistas de Cataluña.
Verdad pudo no haberle faltado de tratarse de un analista. No correspondía a un presidente extranjero. Menos aún antes de un viaje a España sin actividades oficiales costeado por las arcas públicas para presentar su nuevo libro, El camino del libertario, y reunirse con empresarios españoles que luego iban a criticarlo. El anfitrión debió cubrir los gastos de seguridad. Corren por cuenta de la monarquía, en todo caso. No defendida por Sánchez como a su esposa mientras el rey Felipe VI era tildado de “vago”, “corrupto”, “ladrón” e “impresentable” por Nicolás Maduro, Daniel Ortega y otros alfiles de la democracia latinoamericana. Un dislate. Total.
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https://www.continental.com.ar/programas/bravo-continental/-no-se-puede-hacer-diplomacia-en-campana–ni-campana-cuando-uno-es-presidente-_a664b96921e0980184c511aaf
https://reporteasia.com/opinion/2024/05/22/milei-sigue-haciendo-amigos/