Política

Todo tiempo pasado parece mejor

Decía un periodista español que los programas de la ultraderecha populista son a la política lo que las croquetas de una madre son a la cocina. Titulaba su artículo con letra de tango: “Votar con el alma aferrada a un dulce recuerdo”. Y afirmaba que aquel recuerdo, “de una manera sencilla, nos devuelve a un pasado feliz y simple”, en el que “no había tantos problemas”. Como la canción Take me back, de Van Morrison: “Oh, recuerdo, cuando la vida tenía más sentido”. Éramos chicos o, quizá, no habíamos nacido. A la distancia, todo tiempo pasado parece mejor. ¿Lo fue, en realidad? La política que recordamos, vedada por dictaduras militares en algunos países como los del Cono Sur, era bipartidista. Portugal seguía atado a ese esquema desde la Revolución de los Claveles, en 1974, hasta las elecciones del 10 de marzo. El ascenso de Chega! (¡Basta!) quebró la rutina. En apenas dos años, el partido ultraderechista fundado en 2019 por André Ventura, primo hermano de Vox, en España, cuadruplicó sus escaños en la Asamblea de (leer más)

Catalejo

Las manos de Milei

Cada vez que me toca entrevistar a mandatarios y exmandatarios me reservo una pregunta final: “Seré curioso, ¿qué lleva en los bolsillos?”. No me importa. Solo quiero saber cuán conectados están con los suyos. Lo expongo en el libro El Poder en el Bolsillo: intimidades y manías de los que gobiernan. Son más de 50 testimonios en primera persona y de primera mano. ¿Dinero? Nunca pagan. ¿Tarjetas bancarias? No necesitan ¿Documentos de identidad? Nadie osaría pedírselos. ¿Llaves? Las puertas se abren mágicamente frente a sus narices. ¿Gafas? Siempre habrá alguien dispuesto a alcanzárselas, así como un pañuelo o una pastilla de menta. ¿Licencia de conducir? Asunto del chofer. La mayoría no lleva nada. Presidentes, primeros ministros y otros pocos son los únicos seres del planeta que, como reyes y mendigos, pueden ir por la vida con los bolsillos y los bolsos vacíos. O casi. En ello reside el poder: en cargar cada vez menos cosas o simplemente nada sin temor a no tener a mano aquello que precisen en cualquier momento y lugar. Con el (leer más)

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La crisis venció al miedo

Del voto bronca se pasó al voto miedo y, del voto miedo, al voto contra el miedo. En tres instancias, las primarias, las generales y el balotaje, Javier Milei rompió el sistema en Argentina. El del clientelismo político, más allá de la motosierra y de su discurso extremista, emparentado con los de Donald Trump, Jair Bolsonaro y el partido español Vox. Y más allá, también, del aberrante uso de fondos públicos durante la campaña de su rival, Sergio Massa, ministro de Economía y presidente de facto ante la ausencia de Alberto Fernández, para un solo fin: infundir miedo. “La campaña de terror contra Milei no funcionó porque la situación socioeconómica es tan grave que los argentinos pedían cambios y porque el peronismo no es creíble como fuerza democrática”, resume Loris Zanatta, doctor e investigador de Historia e Instituciones de América Latina del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Bolonia, en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. «Es muy antidemocrático decir que si gana el adversario peligra la democracia” En (leer más)

Actualidad

Cambio de época en Argentina

En Argentina, dos más dos no suman cuatro, observaba antes del balotaje Orestes Enrique Díaz Rodríguez, profesor investigador en Ciencia Política de la Universidad de Guadalajara, México. Basaba esa anomalía empírica, como la definió, tanto en la adhesión de la excandidata presidencial Patricia Bullrich, la gran derrotada en las generales, al candidato libertario Javier Milei, la gran sorpresa desde las primarias, como en el repunte del ministro de Economía, Sergio Massa, en un país quebrado por la inflación y las penurias sociales. Ganó Milei y, en cierto modo, rompió el sistema. En ese entramado, Milei colgó la motosierra de la campaña y abrazó a Bullrich, tildada de “montonera tira bombas”. Massa sustituyó de facto a un presidente prácticamente ausente e irrelevante, Alberto Fernández, desahuciado por propios y extraños con una reprobación exorbitante. Detrás de Bullrich, a su vez, estuvo el expresidente Mauricio Macri, el gran ganador del duelo, por más que haya encendido la mecha para dinamitar su propio espacio, Juntos por el Cambio, en beneficio de Milei. Detrás de Massa estuvo la vicepresidenta Cristina (leer más)

Política

Investidura contra natura

A veces, los acuerdos entre las cúpulas levantan ampollas en la ciudadanía. El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, camino a su nueva investidura, conformó a los suyos. No todos de acuerdo en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) con el método aplicado para torcer un resultado electoral adverso. El de la repetición apresurada de las elecciones, el 23 de julio, después de la debacle de la izquierda, el 28 de mayo. Sánchez perdió frente al candidato por el conservador Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, pero, para quedarse en la Moncloa, recurrió a seis partidos pequeños (entre ellos, EH Bildu, la izquierda soberanista vasca, heredera de la banda terrorista ETA) y a un prófugo de la justicia de su país. Un mal trago para parte de los socialistas, renuentes a pactar con el partido Junts de Carles Puigdemont, el prófugo en cuestión, y con su rival, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), después del referéndum ilegal con el cual se propusieron declarar el divorcio de España. ¿Qué les ofreció Sánchez a cambio de sortear nuevas elecciones (leer más)

Política

Más inmigración, más ultraderecha

La población de Alemania creció un 1,3 por ciento en 2022. No porque se haya disparado la tasa de natalidad, sino por el ingreso de refugiados ucranianos a raíz de la invasión de Rusia. Arribaron 1,12 millones de personas, según la Oficina Federal de Estadística. Especialmente, a ciudades importantes como Berlín y Hamburgo. En una proporción similar ascendió en las encuestas la adhesión hacia Alternativa por Alemania (AfD), el primer partido de ultraderecha que ingresó en el Parlamento Europeo desde la Segunda Guerra Mundial. Fue en 2017. Seis años después, AfD trepa en los sondeos hasta disputarle el liderazgo a los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz en alianza con Alianza 90/Los Verdes y el Partido Democrático Libre. La coalición semáforo, como la llaman, por los colores de cada partido. En 2022, un tribunal alemán dictó que AfD, partidaria de dinamitar la Unión Europea desde sus propias tripas, era una amenaza para la democracia. El Instituto de Derechos Humanos de Alemania se mostró afín a prohibirla por su afán de «eliminar el orden básico democrático libre» (leer más)

Actualidad

Las agujas giran hacia la derecha

Algunos se tomaban la cabeza con las manos. Otros no salían de su asombro. El presidente del gobierno de España, Pedro Sánchez, no quiso ser un pato rengo y decidió adelantar al 23 de julio las elecciones generales, previstas para diciembre, en respuesta a la aplastante victoria del Partido Popular (PP) o la debacle de la izquierda en las municipales y autonómicas del 28 de mayo. Una decisión drástica del secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y candidato presidencial frente a la apuesta de su par del PP, el senador Alberto Núñez Feijóo, de nacionalizar los comicios. Perdió y, por esa razón, echó mano de la potestad presidencial de disolver las Cortes Generales y convocar elecciones en una fecha insólita. Coincide con el comienzo de la presidencia española del Consejo Europeo, desde el 1 de julio,y con las vacaciones de sus compatriotas. En España nunca se celebraron comicios en verano, excepto los del 26 de junio de 1996. El mensaje parece claro: si el PSOE no retiene la Moncloa, su poder de fuego (leer más)

Política

El divorcio de las naciones

Si las fronteras son las cicatrices de la historia sobre los mapas, las separaciones territoriales por cuestiones políticas, económicas o raciales reflejan diferencias irreconciliables. Un camino sin retorno que, en países polarizados, pueden llevar a la estupidez de recrear guerras civiles. En Estados Unidos, la representante republicana Marjorie Taylor Greene, enrolada en la derecha radical alentada por el expresidente Donald Trump, propuso un divorcio nacional, textuales palabras, entre Estados rojos (republicanos) y azules (demócratas). Delirante, pero real. Una cosa es el Brexit, del cual muchos británicos se sienten decepcionados, y otra, muy distinta, es el separatismo dentro de los países, como el que se plantea Cataluña de España o Escocia del Reino Unido. La iniciativa de la representante Taylor Greene tiene poco sentido en un país que, a pesar de sus discrepancias internas, marca el pulso del planeta para bien o para mal. La división coyuntural, latente en las cloacas de las redes sociales de medio mundo con improperios contra aquel que no piensa igual, ¿llevaría a los rojos a mudarse de los Estados azules (leer más)

Política

La inmunidad de los líderes

Los cierres de fronteras por el coronavirus están haciendo más estragos en Europa que el Brexit, pero todo tiene un límite. Hasta los eslóganes políticos en un año electoral. La puja entre Donald Trump y una compañía alemana de biotecnología para apropiarse de las vacunas y los agentes antivirales contra el COVID-19, de modo de utilizarlos primero en Estados Unidos, revela mezquindad en tiempos de incertidumbre y solidaridad. Reacciones encontradas frente a la dimensión desconocida. La de los líderes. En la controversia se vio envuelta la canciller Angela Merkel. La empresa, CureVac, refirmó su compromiso con Alemania. Merkel vaticinó que entre el 60 y el 70 por ciento de la población alemana podría contagiarse. Paquetes de ayuda provenientes de China inundaron Europa, empezando por Italia. Tarde, el primer ministro Giuseppe Conte admitió errores, así como su par británico, Boris Johnson. No hubo coordinación frente a la magnitud de la pandemia. “Cuantas más personas se contaminen ahora, un mayor porcentaje del país desarrollará inmunidad para una potencial segunda oleada de la epidemia en el otoño o (leer más)

Política

La España de Pedro y Pablo

MADRID – Pedro y Pablo desconfían de sí mismos. Y Pedro, más que Pablo, tuvo su bautismo de fuego en política exterior. No recibió en La Moncloa al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado de su país por el gobierno de España y la Unión Europea. En enero de 2019, Pedro llamó “tirano” a Nicolás Maduro. Un año después, acaso para no desentonar con Pablo, cambió de opinión. Dejó la bienvenida de Guaidó en manos de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya. No en su despacho, sino en la Casa de América. Terreno neutral. La frialdad del primer gobierno de coalición de España desde la muerte de Franco frente a la crisis venezolana preocupa más a la tropa del presidente Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), que a la del vicepresidente segundo Pablo Iglesias, de Unidas Podemos, aliado del régimen. En otro episodio rocambolesco, en forma casi simultánea con la visita de Guaidó, el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, se reunió en el aeropuerto (leer más)

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Nuevo frente en la guerra comercial

La detención en Canadá de Meng Wanzhou, vicepresidenta e hija del fundador de la multinacional de tecnología china Huawei, ha sumado tensión a la difícil relación entre Estados Unidos y China. El arresto se produjo el mismo día que Donald Trump y Xi Jinping sellaban en Buenos Aires, tras la cumbre del G20, una tregua de 90 días en su guerra comercial El gobierno de Xi ha exigido la liberación inmediata de Meng, acusada por Estados Unidos de saltarse las sanciones contra Irán. Al parecer, la supuesta heredera del imperio Huawei participó de una trama para vender al mercado iraní productos fabricados en Estados Unidos. Huawei supone una amenaza para Estados Unidos por sus presuntos vínculos con el gobierno chino y los servicios de inteligencia. La guerra comercial con China cobra de este modo otro matiz: la lucha por el control del desarrollo tecnológico en el planeta. Además Las violentas manifestaciones en París y otras ciudades de Francia por el aumento del precio del combustible han llevado al presidente EmmanuelMacron a dar marcha atrás, de modo de (leer más)

Política

España estrena ultraderecha

Las elecciones autonómicas tocaban en marzo de 2019. La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, decidió adelantarlas. Creía que eran un trámite. Uno más. Las encuestas daban por descontada la enésima victoria del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) en el territorio que gobierna desde hace 36 años. Ganó Díaz, pero el batacazo de Vox provocó un tembladeral en la socialdemocracia, en caída libre en casi toda Europa. Por primera vez un partido de ultraderecha, primo hermano de la Agrupación Nacional (antes Frente Nacional francés) de Marine Le Pen, ingresa en un parlamento autonómico español. La excepcionalidad era extraña en un continente en el cual campea el miedo a la amenaza externa. El miedo a los inmigrantes. Vox pasó de cero a doce diputados en Andalucía. Contribuyeron a su escalada el desempleo, la precariedad laboral, la sensación de arrebato de puestos de trabajo por parte de extranjeros y las sospechas de corrupción del PSOE, en el gobierno nacional después de la moción de censura que tumbó a Mariano Rajoy e impuso al presidente Pedro (leer más)