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Texas sabe de guerras. Libró la crucial contra México entre 1835 y 1836 tras la cual declaró su independencia. Su actual gobernador, Greg Abbott, republicano, no solo apunta contra México, sino también contra el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, demócrata. No está solo: 25 de los 50 Estados, todos en manos republicanas, respaldaron su decisión de neutralizar la inmigración ilegal. ¿Cómo? Abbott ordenó a la Guardia Nacional de Texas que aislara a la Patrulla Fronteriza en un parque municipal a orillas del río Bravo, la frontera fluvial entre Estados Unidos y México.
Fuerzas estatales contra federales. Una pugna entre poderes. Algo no visto desde la Guerra Civil, así como el otro frente de batalla: el Capitolio. La mayoría republicana del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes dio luz verde para un virtual juicio político contra el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, exfiscal federal, por negarse “intencional y sistemáticamente” a aplicar las leyes de inmigración. Una rareza: sería el primer impeachment contra un funcionario, no contra el presidente como suele suceder, en un siglo y medio.
De ser aprobado por los representantes, con mayoría de número republicana, el Senado, dominado por los demócratas, rechazaría los cargos contra Mayorkas. Imposible para los republicanos reunir los dos tercios requeridos en ese ámbito. Todo vale, igualmente, para imponer ese capítulo, el de la inmigración ilegal, en el temario de la campaña presidencial aprovechando el cabreo de la sociedad. Síntoma parecido al de los europeos, empezando por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, empeñada en convencer a los otros 26 miembros del bloque sobre la necesidad de endurecer los controles. Carta franca para la ultraderecha.
Lo de Texas no implica una secesión, lo cual requeriría una inverosímil enmienda constitucional. Se trata de una relectura de la potestad estatal de proteger sus fronteras si el gobernador nota una abdicación de las fuerzas federales. Abbott, aupado por el expresidente y potencial candidato republicano Donald Trump, plantó la bandera. En 2021 lanzó la Operación Estrella Solitaria en respuesta al aumento de la inmigración y el tráfico de personas y de drogas. El símbolo resulta ser un alambre de púas a lo ancho del río en el Shelby Park, de Eagle Pass, así como el refuerzo de las patrullas fronterizas.
La llamada barrera flotante creó más disputa dentro de Estados Unidos que con México, el trampolín de los inmigrantes
Biden recibió de la Corte Suprema el guiño para quitar el alambre de púas, pero Abbott adujo que los agentes federales destruían propiedades estatales en su afán de removerlo. La llamada barrera flotante creó más disputa dentro de Estados Unidos que con México, el trampolín de los inmigrantes. Una batalla judicial con inocultables matices políticos en un año electoral. Biden, desde la Casa Blanca, y Trump, con 91 cargos de delitos graves en cuatro causas penales, se aprestan a dirimir el duelo en noviembre.
La tensión entre Texas y Washington lejos está de aliviar la crisis real. La migratoria. Biden, representado por el secretario de Estado, Antony Blinken, y el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, acordaron en un comunicado conjunto “interrumpir el tráfico de personas, la trata y las redes criminales, y seguir trabajando para promover vías de movilidad humana legales”. Papel mojado con miles de cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos, entre otros, agolpados frente a los pasos fronterizos después de una travesía peligrosa impregnada de corrupción.
Con el final de la política migratoria basada en el Título 42, que permitía a las autoridades norteamericanas impedir el ingreso de migrantes por razones sanitarias, la frontera sur se hizo más porosa. La medida, aplicada por Trump y derogada por Biden, apuntaba especialmente a frenar las solicitudes de asilo. Solo en 2023, 520.085 personas, en su mayoría de Venezuela, Ecuador, Haití y China, atravesaron el Tapón de Darién, la intransitable selva que une a Colombia con Panamá, para arribar a Estados Unidos. Los coyotes (guías) llegan a cobrarles hasta 40.000 dólares por falsos amparos para evitar ser deportados.
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