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Economía

Perdona nuestras deudas

Más que haber evitado una guerra y haber ganado la paz, Juan Pablo II trazó desde el fin del mundo su política exterior Era un actor teatral de discreta trayectoria en Polonia hasta que aceptó otro papel en el Vaticano: ser actor político. Había intentado asumir el reto su antecesor, Juan Pablo I: durante su entronización, el 3 de septiembre de 1978, el cardenal chileno Raúl Silva Henríquez se precipitó frente a él; le pidió, arrodillado, que mediara en el conflicto inminente entre su país y la Argentina por el canal de Beagle. Debió vulnerar el protocolo para ello. Lo acompañaban en la delicada misión los cardenales argentinos Raúl Primatesta y Juan Carlos Aramburu, portadores de una carta que nunca llegó al destinatario. Más allá, en otro rincón de la plaza de San Pedro, estaba Jorge Rafael Videla. Treinta y tres días después de su elección, Juan Pablo I murió entre rumores de venenos. No volvió todo a foja cero, pero tampoco quedó claro si había surtido efecto su exhortación a los episcopados de ambos (leer más)

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Política

Segundo mandamiento: no desconfiarás de mí

La alta participación de los iraquíes en las elecciones sirvió para que Bush elevara la apuesta por la democracia en Medio Oriente Prudente nunca ha sido. Menos iba a serlo ahora, reconciliado en parte con el espejo y, sobre todo, con aquellos que no toleraron sus arrebatos después de la guerra en Afganistán. En Irak, George W. Bush recreó uno de los estigmas de Vietnam: “Tenemos que destruir la villa para poder salvarla”, de modo de “ganar los corazones y las mentes”. ¿Era el deseo de los iraquíes, por más valentía que hayan demostrado con su elevada participación en las primeras elecciones después de la era Saddam Hussein? Querían deshacerse de él, desde luego, pero ignoraban el precio. Es decir, la transición de una dictadura a un lío. De ese lío no sólo pretenden salir ellos, incómodos con la ocupación extranjera y con la irrupción terrorista, sino, más que nadie, los norteamericanos. Pero Bush, entonado con la reelección en casa y con la elección fuera de ella, ha seguido adelante con sus planes: extender la (leer más)

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Política

Cómo deshacerme de ti

Ahora Bush debe resolver si aplica la misma medicina que en Irak En los debates previos a las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, el malogrado candidato demócrata, John Kerry, atinó a reflotar el multilateralismo, pero, presionado por hipótesis y evidencias de conflicto en un mundo cada vez más inseguro, no vaciló en suscribir la doctrina Bush: ante la duda, atacamos primero y preguntamos después. Lo hicieron en Irak sin fundamento alguno: no había armas de destrucción masiva, más allá de las tropelías de Saddam Hussein y de sus desplantes frecuentes a los inspectores de las Naciones Unidas. ¿Lo harán en Irán y en Corea del Norte, los otros vértices del eje del mal? Tras la captura de Saddam, el gobierno de Mohamed Khatami se ha visto en la misma encrucijada que domina la política exterior de Irán desde la ruptura de las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos en 1979 por la toma de su embajada en nombre de la revolución del ayatollah Khomeini: critica al Gran Satán, como suele llamarlo en sus discursos, (leer más)

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Política

Como te mueras, te mato

Por una vez, la Unión Europea ha hablado con el tono de los Estados Unidos sobre un asunto de su área de influencia En Europa, ¿reina la apatía? Reina la euroapatía, según José Luis Rodríguez Zapatero y Silvio Berlusconi. Curiosa conclusión, o definición, con la cual, en cierto modo, rubricaron en una reunión realizada en Cuenca el mote despectivo de la vieja Europa que el jefe del Pentágono, Donald Rumsfeld, atribuyó a Francia y Alemania por su rechazo a enviar tropas a Irak. Curiosa conclusión, o replanteo, en un momento en el que la Europa ampliada, no la vieja ni la nueva, Europa a secas, puso en evidencia su malestar por el desarrollo irregular, y el resultado incierto, de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del domingo 21 de noviembre en Ucrania. En nombre de la presidencia de la Unión Europea, el ministro holandés de Relaciones Exteriores, Bernard Bot, dijo que no aceptaba el resultado. Por una vez, entonces, el bloque actuó como tal e impidió que los Estados Unidos tomaran la delantera en (leer más)

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Política

Jugo de tomate frío

Un abrupto giro en la campaña ha entonado al candidato demócrata En septiembre, después del fiasco de la convención demócrata en Boston, John Kerry estaba enfadado. Muy enfadado, en realidad. La campaña, centrada en Irak, se había estancado en Vietnam. Enfocada, más que todo, en sus medallas de héroe, puesta en duda su validez por una banda de ex militares hostiles llamados a sí mismos Los Veteranos de la Verdad. Debía hacer algo. Y pronto, dedujo su principal asesora, Mary Beth Cahill. Convocó entonces a Thomas Vallely, viejo camarada de armas. Le confió la responsabilidad de replicar las críticas de George W. Bush, más allá de que durante aquella guerra el actual presidente hubiera obtenido un permiso para no moverse de Texas. Es decir, para permanecer en la reserva. A salvo, pues. Con jugo de tomate frío, el marido de «Doña Ketchup» procuró perjudicar la convención republicana. Mientras aún caían los globos en el Madison Square Garden, Kerry presidía un mitin de medianoche en Clark County, Ohio, en donde Al Gore había obtenido una exigua (leer más)

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Política

Te llevo bajo mi piel

El procurador general de México lleva un microchip inyectado en el brazo, reflejo del valor que ha cobrado la seguridad En The Truman Show, Truman Burbank (Jim Carrey) vive en un gigantesco set de filmación; no puede escapar de las cámaras. ¿Ficción? Fricción, en realidad: el procurador general de México, Rafael Macedo de la Concha, lleva implantado en el brazo un microchip del tamaño de un grano de arroz por el cual vive, también, en un gigantesco set de filmación; el implacable control satelital escrudiña sus movimientos a sol y sombra. El microchip, llamado chip antisecuestro, alberga sus fotos, sus huellas digitales y otros datos personales. Con él, cual santo y seña, puede ingresar como Pancho por su casa en el Centro Nacional de Información para la Procuraduría General de la República (PGR), archivo del delito en México, evitando otro tipo de cerrojos. Es decir, alguien sabe en todo momento dónde está Macedo de la Concha, blanco frecuente de amenazas de narcotraficantes por su cargo de fiscal general. Conclusión: ganó seguridad, pero perdió privacidad y, (leer más)

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Política

Atrapa la bola, John

Como están las cosas, si Kerry resulta elegido presidente, podrá cambiar la retórica y el estilo, no la política En el círculo íntimo de George W. Bush, cada aparición de Al-Qaeda, sea por un atentado, sea por una amenaza, refuerza la hipótesis original: es mejor combatir a nuestros enemigos en Bagdad que en Baltimore. Total, agrego, los funerales son ajenos, así como las derrotas (caso José María Aznar) o los contratiempos (caso Tony Blair). Mientras tanto, Michael Moore puede ganar millones con su «Fahrenheit 9/11», Bill Clinton (John Kerry, digo) puede exaltar a los convencionales demócratas y Saddam Hussein puede escribir veinte poemas de amor y una canción desesperada. En ese círculo, obstinado en forjar la imagen severa del presidente de la guerra, no cuentan los atentados contra las autoridades interinas de Irak ni las amenazas contra un aliado como Silvio Berlusconi. Cuentan, más que todo, los planes frente a un eventual relevo del gobierno de los Estados Unidos; el próximo presidente, si no es Bush, podrá cambiar la retórica, no la política. Estará atado (leer más)

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Política

Tengo tantos enemigos que no los puedo contar

Bush elogió hace más de un año la ampliación de la OTAN, pero, según diplomáticos europeos, extendió mucho el mapa A fines de marzo de 2003, la Casa Blanca solicitó al Capitolio 74.500 millones de dólares adicionales para la guerra contra Irak. Parte de esos fondos iba a ser destinada a la lucha contra el terrorismo en los 48 países enrolados en la coalición. Entre ellos, Eslovenia. ¿Eslovenia? Su primer ministro, Anton Rop, estalló como pólvora: George W. Bush había confundido a su país con Eslovaquia. No era la primera vez: cuatro años antes, como gobernador de Texas, había recibido en su rancho de Crawford al canciller de Eslovenia; después dijo que había estado con el canciller de Eslovaquia. Hasta Silvio Berlusconi, supuestamente más familiarizado con ambos países por mera cercanía, presentó a Rop como el primer ministro de Eslovaquia en una conferencia de prensa realizada en diciembre de 2003 en Roma. En los actos oficiales de terceros no es raro que, a veces, se ejecute el himno nacional de uno en lugar del otro. (leer más)

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Política

Luz, cámara, provocación

La fuerza militar de EE.UU., la mayor desde los tiempos de Roma, no puede sola contra el otro poder: la opinión pública Como broche de las protestas populares en Europa contra la guerra inminente, en febrero de 2003, The New York Times concluyó que en el mundo había dos superpotencias: los Estados Unidos y la opinión pública. Desde Roma no existía una hegemonía militar como la norteamericana, cuyo presupuesto araña la mitad de los gastos en ese rubro de todo el planeta. Tampoco existía noción del impacto que podía tener el afán aparente de manipular información sensible en un momento delicado: el Partido Popular de Aznar pagó la cuenta más cara de su historia por haber atribuido en un principio los atentados en Madrid a ETA mientras, al mismo tiempo, Londres y Bruselas señalaban a Al-Qaeda. En la guerra contra Irak, los Estados Unidos rubricaron el nuevo orden mundial, concebido de apuro, por la voladura de las Torres Gemelas, sobre la base de una primacía sin ánimo imperialista: la fórmula toco y me voy, digamos, (leer más)

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Política

Taco y media suela

El retiro de las tropas de Irak responde a los deseos de los españoles, pero también responde a los del terrorismo Hubo un tiempo en el que había tiempo. Tiempo para asimilar nuevas realidades. Nuevos paradigmas, sobre todo. Como la caída del Muro de Berlín, el 9 de noviembre de 1989. Desde entonces, o desde la disolución de la Unión Soviética, en 1991, transcurrió la llamada década boba. Hasta el 11 de septiembre de 2001, más allá de conflictos, guerras, violencia, corrupción, mentiras e injusticias, la premisa era la metáfora de Francis Yukuyama: el fin de la historia. Es decir, la expansión global de la democracia política y de la libertad económica. Había tiempo, en ese tiempo, para asimilar neologismos absurdos como limpiezas étnicas, bombardeos higiénicos y daños colaterales. No imperaba todavía una jihad, o una guerra santa, en la cual, dos guerras preventivas después de la voladura de las Torres Gemelas, el margen de maniobra frente al terrorismo iba a hacerse estrecho, cual callejón hacia el suburbio de la duda. Tan estrecho iba a (leer más)

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Política

Yo me bajo en Atocha

Antes de los atentados, la seguridad era el bien más caro y más perecedero del mundo; ahora, parece inalcanzable De tanto olfatear sin suerte armas químicas y biológicas en Irak nos olvidamos de otras, las convencionales, vilmente disimuladas en mochilas corrientes antes de detonar en las entrañas de trenes repletos de gente de a pie. Nos olvidamos de los arsenales nucleares que proliferan en países aliados, no enrolados en el eje del mal, cuyos líderes dan frecuentes palmadas en los hombros de George W. Bush. Y nos olvidamos de los secretos que el científico paquistaní Abdul Qadeer Khan, padre de la bomba atómica islámica, supo transmitir a gobiernos poco confiables, como Irán, Libia y Corea del Norte. Nos olvidamos del 11 de septiembre de 2001, como si el calendario se hubiera detenido sólo en los Estados Unidos por capricho de Bush. Nos olvidamos de los traumas del día después, empezando por el miedo y la inseguridad. Y nos olvidamos de la mayor amenaza del planeta, Saddam Hussein, por la cual, a falta de un Osama (leer más)

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Política

Que se casen primero y se enamoren después

Powell dejó en claro que en los conflictos en los que talla Washington prima, casi siempre, la misma fórmula de resolución Nada nuevo ha dicho el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en su primer mensaje de 2004. En ello radica la novedad: en que, contrariamente a lo que suponían algunos ingenuos, la política exterior de George W. Bush no se moverá de su eje, el poder duro (versión Joseph Nye), en tanto, agotado el poder blando, o las tácticas frecuentes de persuasión, los otros no se avengan a adoptar la agenda de los Estados Unidos. Marcada, desde 2001, por una cita impostergable: la lucha contra el terrorismo. El imperio se resiste a ser imperialista, pero, a su vez, actúa como imperio. ¿Qué significa esto? Que ejerce la diplomacia con más astucia y fortaleza que en otros tiempos, dejando en claro de entrada su visión unipolar, pero, al mismo tiempo, no desacredita la visión multipolar de los otros. La deja ser hasta que, agotado el poder blando, o la paciencia quizás, alguno de sus escuderos, (leer más)

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Economía

Es la economía, muchachos

Países como Francia y Alemania han sido las principales fuentes de financiación de los enemigos de los Estados Unidos Es la economía, estúpido. ¿Volvió Bill Clinton? Calma, republicanos: George W. Bush no ha incurrido en el llamado haiku de George Stephanopoulos para la campaña demócrata de 1992, pero tampoco ha soslayado esa fórmula desde que empezaron los tironeos con la vieja Europa por el destino de Saddam Hussein: en el primer trimestre de 2003, los bancos franceses eran los principales prestamistas de Irak, Irán y Cuba, y los bancos alemanes eran, a su vez, los principales prestamistas de Corea del Norte, Libia y Siria. Ergo, de los enemigos de los Estados Unidos. Del eje del mal y compañía, en definitiva. De ahí, más allá de la discusión entablada en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por la legalidad de la guerra, la renuencia del gobierno norteamericano a convalidar los reparos de Jacques Chirac y de Gerhard Schrsder ante una amenaza que, como muchos, no creían urgente. Y de ahí, una vez capturado Saddam, (leer más)

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Política

Razones de fuerza mayor

Las elecciones de noviembre de 2004 y las bajas en la posguerra llevan a Bush a prometer más autonomía a los iraquíes Nunca ha habido una guerra buena ni una paz mala. E Irak no iba a ser la excepción. Después de más de 30 muertos como consecuencia de otro atentado suicida, esta vez contra el cuartel general de los carabinieri a oídos de George W. Bush llegaron los replanteos de gobiernos que, en su afán de mitigar la presión interna por una causa que desde sus comienzos no tuvo consenso popular, se han planteado la posibilidad de demorar el envío de tropas a las honduras de la incertidumbre en las cuales han derivado las pinceladas iniciales de una victoria segura. El aumento de la violencia excede los límites de Irak: la banda Al Qaeda se atribuyó el atentado que provocó, el domingo, 17 muertos y varios heridos en un barrio residencial de Riad, Arabia Saudita. El ataque artero contra la base italiana en Nasiriya, con el modus operandi propio de la intifada (un camión (leer más)

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Política

Hasta la vista, Davis

El triunfo de Schwarzenegger implica, en principio, un espaldarazo para Bush en un Estado adverso para su partido Antes de que Ronald Reagan, clase B, fuera Ronald Reagan, clase A, y de que Bill Clinton fuera Bill Clinton, o el mejor de su clase, según uno de sus biógrafos, Marilyn Monroe había sido amante del tío de la mujer de Arnold Schwarzenegger. De JFK, una marca registrada. Por el costado demócrata latía el costado republicano de Schwarzenegger, anhelando recorrer la huella del cowboy que supo ser gobernador de California, primero, y presidente de los Estados Unidos, después, más allá de haber incurrido con sus relaciones impropias, traducidas en denuncias por acoso sexual, en la inconducta del gobernador de Arkansas que supo ser, también, presidente de los Estados Unidos. En abril de 2001, Schwarzenegger se reunió con Karl Rove. El cerebro político de George W. Bush, sospechoso ahora de haber ventilado información secreta sobre la guerra contra Irak, no reparó en los bíceps de su interlocutor ni en la taquilla de sus películas, sino en sus (leer más)