Política

La derrota de los gobiernos

La toma de posesión de Javier Milei en Argentina tras su victoria en el balotaje forma parte de un ciclo. El de las derrotas de los partidos de gobierno en Iberoamérica. Con una excepción: Paraguay, donde el inoxidable Partido Colorado revalidó títulos más allá de que el nuevo presidente, Santiago Peña, no haya sido bendecido por su antecesor, Mario Abdo Benítez. En total, según Latinometrics, el 73% de los oficialismos mordió el polvo en la última década, marcada en su tramo final por la pandemia del malhumor, la guerra de Rusia contra Ucrania y economías que no respondieron a las expectativas de la ciudadanía. La epidemia de sinsabores excluye a regímenes que se codean con el rancio epitafio del autoritarismo, como la Cuba de Miguel Díaz-Canel, la Venezuela de Nicolás Maduro y la Nicaragua de Daniel Ortega. Tres modelos del mismo cuño, más allá de que celebren elecciones. Periódicas y amañadas, inclusive en la isla. El caso peculiar resulta ser Brasil, gobernado de 2003 a 2010 por Luiz Inácio Lula da Silva, luego por Dilma (leer más)

Sociedad

Alarmante baja de la libertad de prensa

El promedio de libertad de prensa y de expresión en América descendió a su escalón más bajo en los últimos cuatro años, reveló la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en su 79ª Asamblea General, realizada en la ciudad de México. Los 22 países auscultados experimentaron por primera vez un descenso por debajo de los 50 puntos en el Índice Chapultepec, medición anual de variables de libertad de prensa y expresión. La región obtuvo su peor calificación desde la primera edición, en 2020: 47,84 puntos sobre 100 posibles. Un llamado de alerta, como indica el informe elaborado por la SIP en alianza con la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), de Caracas, con expertos en libertad de prensa y expresión, metodología y estadística. En un año fueron asesinados tres periodistas en México, dos en Guatemala, uno en Colombia y otro en Haití. Siete, en total. Entre las razones del declive figuran en el informe las frecuentes amenazas a la vida y la seguridad de los periodistas, semillas de la autocensura, así como los arrestos, los secuestros y (leer más)

Política

Presidentes, hijos y entrenados

A menudo los hijos se nos parecen, canta Serrat, pero no siempre nos dan satisfacciones. El primer presidente de izquierda de la historia de Colombia, Gustavo Petro, cumplió su primer año de gobierno envuelto en un escándalo que involucra a su hijo mayor, Nicolás Petro Burgos, el único que ha seguido sus pasos políticos. Petro Burgos, diputado de la Asamblea Departamental del Atlántico, el más rico del Caribe, está en prisión domiciliaria después de haber sido detenido por enriquecimiento ilícito y lavado de activos. La trama involucra a su exesposa, Day Vásquez, también arrestada, y a narcotraficantes. No se trata de un caso excepcional. Como no todo se resuelve en familia, el presidente Petro enfrenta las sospechas de la Fiscalía General de Colombia sobre el financiamiento ilegal de la campaña de 2022. Está en duda si utilizó dinero de procedencia dudosa y si se excedió en los gastos permitidos. Antes del arresto de su hijo, Armando Benedetti, exjefe de su campaña, exembajador en Venezuela y expresidente del Senado, había insinuado en audios que cobraron estado (leer más)

Sociedad

La mano dura en Iberoamérica

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, encarna con su lucha sin cuartel contra las pandillas aquello que, en el ideario popular, representaba el dictador chileno Augusto Pinochet en 1973. Pasó medio siglo. La mano dura, más allá de los excesos, se ha convertido en una moneda de cambio en Iberoamérica. Dos de cada diez jóvenes de 16 a 25 años que no vivieron los años de plomo están de acuerdo y un 13 por ciento de los mayores de 61 años también. Son porcentajes bajos, pero ambas generaciones se dan la mano en la encuesta anual de Latinobarómetro, que ausculta el pulso de la región desde 1995. Bukele, en el gobierno desde 2019, anunció en julio que pretende ser reelegido en 2024. No puede. En teoría. La letra constitucional de su país solo permite la reelección no consecutiva. Dice el informe: “La gran diferencia con la ola de recesión democrática de los años sesenta del siglo XX es que no hay militares. Esta vez, todos los dictadores son primero civiles elegidos en comicios libres (leer más)

Sociedad

El colectivo LGBT+ aboga por la inclusión

Más de la mitad de los argentinos, brasileños, colombianos y mexicanos piensa en mayor o menor medida que la comunidad LGBT+ debería tener más representación en la política, según una encuesta de la fundación global Luminate realizada por el Instituto Ipsos. El trabajo, sobre la base de 4.400 consultas en los cuatro países, responde a la premisa de “garantizar que las personas históricamente subrepresentadas tengan acceso a la información, a los derechos y al poder para influenciar las decisiones que impactan en la sociedad”. La difusión del sondeo coincide con el Mes del Orgullo LGBT+. Coincide, a su vez, con un momento muy particular de las democracias de la región, entreveradas en polarizaciones y extremismos que avasallan los derechos humanos. La exclusión afecta a las mujeres, los negros y otros grupos demográficos. En el caso de la comunidad LGBT+, si bien ha habido progresos últimamente en cuanto a su aceptación con fallos favorables en los tribunales y normas dictadas por los congresos, sus miembros suelen ser víctimas de violencia simbólica y física. «El 63% concuerda (leer más)

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El culebrón colombiano

La granada estalló en las manos al presidente de Colombia, Gustavo Petro. Su exjefe de campaña, Armando Benedetti, exembajador en Venezuela, insinúa en unos audios que han cobrado estado público que dineros de origen dudoso pavimentaron el camino de Petro hacia la Casa de Nariño. “Puede que pase, como siempre pasa en Colombia, que nunca sepamos en realidad… Que las investigaciones nunca lleguen a puerto. Lo que sí hemos visto es un golpe a la legitimidad presidencial y hay que estar pendientes en octubre, en las elecciones regionales, de quiénes ganan”, concluye Juan Carlos Rincón, editor de Opinión del periódico El Espectador, de Bogotá,y director de La Pulla, en el programa Cuatro de Hora, de CADAL TV. El varapalo para el primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia dificulta en el Congreso la aprobación de proyectos ambiciosos de Petro, como la ley de paz total, la reforma tributaria y el Plan Nacional de Desarrollo. Es un culebrón de desenlace incierto. Benedetti, ex presidente del Senado que encontró cobijo de presidencias disímiles como las (leer más)

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Las expectativas que despierta Petro

Que Colombia tenga por primera vez en su historia un presidente de izquierda y una vicepresidenta negra quizá no sea tan significativo como los cambios que Julián Martínez, periodista colombiano exiliado en Buenos Aires a raíz de la persecución de los servicios de inteligencia de su país, espera que puedan introducir desde la Casa de Nariño. “Por primera vez en Colombia llegan al poder personas que se parecen a la sociedad”, dice Martínez en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. Martínez, fundador del medio digital La Nueva Prensa son su colega Gonzalo Guillén en 2018, confía en que el gobierno de Gustavo Petro y Francia Márquez ponga una bisagra después de más de un siglo de alternancia entre conservadores y liberales y de dos décadas de predominio político del expresidente y exsenador Álvaro Uribe. En cifras, “6.402 defensores de derechos humanos, campesinos y jóvenes fueron ejecutados, revictimizados y disfrazados de guerrilleros por el ejército” “Durante el gobierno de Uribe, los servicios de inteligencia se usaron para perseguir, interceptar, espiar y hacer inteligencia política”, (leer más)

Política

Colombia gira a la izquierda

Eran las cinco y media de la tarde del domingo. El presidente de Colombia, Iván Duque, llamó por teléfono a Gustavo Petro para felicitarlo por la victoria frente al histriónico Rodolfo Hernández y ponerse a disposición para una transición armónica. Final de juego o cambio de época. La izquierda arribará a la Casa de Nariño el 7 de agosto por primera vez en la historia después de derrotar, en la primera vuelta, al candidato del establishment, Federico Gutiérrez, alias Fico, con la primera vicepresidenta negra en los 136 años de la república, Francia Márquez. Fue el tercer intento de Petro, derrotado por Duque en 2018 y por Juan Manuel Santos en 2010. El Pacto Histórico, afín al Foro de San Pablo, liquida dos décadas de dominio del expresidente Álvaro Uribe, por primera vez ausente con aviso en la política colombiana. El ajustado resultado de la segunda vuelta, con una participación del 58 por ciento, tres puntos más que el 29 de mayo, deja al país en la misma polarización que rige desde las protestas de (leer más)

Actualidad

Cara de Petro o cruz de Hernández

Los colombianos cortan clavos en la segunda vuelta de las presidenciales. Son elecciones atípicas en un país caracterizado por la alternancia entre liberales y conservadores que, en tiempos disruptivos, ven desde la tercera bandeja, arriba, el duelo entre un senador de izquierda que fue guerrillero del Movimiento 19 de Abril (M-19) y un extravagante empresario de la construcción que, después de haber sido alcalde de Bucaramanga, desplazó al candidato de la elite, Federico Gutiérrez, alias Fico. Fue el colapso de los delfines. En las vísperas, el candidato por la Liga de Gobernantes Anticorrupción, Rodolfo Hernández, puso peros a la decisión del Tribunal Superior de Bogotá de convocar a un debate con su adversario por el Pacto Histórico, Gustavo Petro. Hernández, el ingeniero a secas para los suyos, adujo faltas de respuesta a una solicitud de aclaración sobre las condiciones del debate remitida al Tribunal Superior un día antes. También protestó por las imprecisiones de Petro sobre los pormenores del debate en sí. Si Petro propone renovar la economía a través de una gran expansión de (leer más)

Política

El colapso de los delfines

Era previsible que Gustavo Petro ganara el primer turno de las presidenciales de Colombia. No le alcanzó para sortear la segunda vuelta, prevista para el 19 de junio. El resultado confirma la amplia ventaja en los sondeos previos. La novedad: la izquierda nunca estuvo tan cerca de la Casa de Nariño. La sorpresa: enfrente no estará un candidato de los delfines, como llaman los colombianos a los representantes del establishment, sino, contra todos los pronósticos, Rodolfo Hernández, exalcalde de Bucaramanga, capital del departamento de Santander. Un millonario populista que no se ruboriza con el mote de “Trump tropical”. El senador Petro, economista, exguerrillero del Movimiento 19 de Abril (M-19) y candidato presidencial en 2010 y 2018, carga con un estigma. El de crear una sucursal del chavismo en un país atribulado. Las guerras civiles en el siglo XIX, una breve dictadura militar en el XX (la de Gustavo Rojas Pinilla entre 1953 y 1957), el conflicto cerrado con el controvertido acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en 2016 y una (leer más)

Sociedad

La política de los centennials

Que no les incumba la política ni se identifiquen con los políticos no significa que vivan en la Nube de Oort. Los centennials, franja de entre 16 y 24 años de edad, están más preocupados por cuestiones concretas como el cambio climático o los derechos de los animales que por las roscas del poder o el canto de sirena de las campañas. Apoyan la democracia, pero se sienten insatisfechos. No están solos. Zigzaguean entonces entre la apatía (escepticismo sobre las instituciones y baja participación e interés en la política) y la antipatía (apoyo activo a movimientos liberales hostiles a las instituciones pluralistas). Esa tendencia creció en los últimos años merced al surgimiento de una ola populista global de expresiones de izquierda y de derecha, según el informe Juventudes y Democracia en América Latina, de la organización filantrópica Luminate. Continúa en ascenso en Argentina, Brasil, Colombia y México. La apatía pasa a ser antipatía en sociedades en las cuales prima la exclusión social como sistema. Más en varones que en mujeres. El remedio: transmitirles el aporte (leer más)

Actualidad

La democracia pandémica

¿Es culpa de los representantes o de los representados? En esa encerrona está la democracia latinoamericana. Los síntomas de malestar de 2019, con estallidos sociales en diversas latitudes, se vieron agravados por las erráticas gestiones gubernamentales de la pandemia. Cuando tocan elecciones, la ciudadanía tilda de incompetentes a los políticos. Y los políticos, frente a un eventual resultado adverso, sospechan de algún grado de irracionalidad en la ciudadanía. La excusa de los derrotados: casi todos los gobiernos mordieron el polvo en este larguísimo año y tres cuartos de confinamientos, mascarillas y vacunas. ¿Casi todos? No tantos como parece. La oposición más poderosa convive en el seno de las coaliciones, formadas, a veces, por partidos que no comulgan entre sí. Lo cual complica las cosas. Primero hacia dentro: cómo armonizar el discurso. Después hacia fuera: cómo convencer a un electorado no cautivo, presa de las zozobras económicas y, en términos políticos y psicológicos, quemado. Literalmente, quemado. Las elecciones, postergadas en algunos países por la crisis sanitaria, no despiertan el entusiasmo deseado, sino apenas una tímida esperanza (leer más)

Economía

¿Listos para trabajar cuatro días por semana?

En un mundo en el cual la informalidad representa más del 70 por ciento del empleo y un tercio del Producto Bruto Interno (PBI) de los países emergentes, Islandia se apunta un éxito relativo. El de la reducción de la jornada de trabajo. De trabajo formal. Un experimento realizado entre 2015 y 2019 en el ayuntamiento de la capital, Reikiavik, y en el gobierno nacional sin disminución del salario. En una isla de poco más de 350.000 habitantes, nueve veces menos que la ciudad de Buenos Aires, el ensayo tuvo su lógica: acortar el trabajo a cuatro días por semana para repartirlo entre los trabajadores disponibles. La tasa de desempleo de Islandia, de todos modos, alcanza el 7,3 por ciento. Los participantes del estudio del laboratorio de ideas británico Autonomy y de la Asociación Islandesa por una Democracia Sostenible, algo así como el uno por ciento de la población económicamente activa, pasaron de una semana de 40 horas de trabajo a una de 35 o 36. Entre 2019 y 2021, el 86 por ciento de (leer más)

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Rumor y consecuencia

En un cuento titulado Algo muy grave va a suceder en este pueblo, Gabriel García Márquez dice que una señora mayor les confiesa durante el desayuno a sus hijos, un varón de 17 años y una niña de 14, que ha amanecido con un presentimiento. Cosas de vieja, le dicen entre risas. La toman por loca. Poco a poco, el rumor crece y se convierte en realidad. En tiempos de fake news, posverdad e infodemia, “toda comunicación es un rumor”, concluye el abogado y periodista Horacio Minotti en su libro La verdad sobrevalorada: manual de control y manejo de rumores, publicado por La Crujía. Un rumor facilitado por el fanatismo en sociedades polarizadas. Tan polarizadas como la de García Márquez, la colombiana, envuelta en protestas masivas desde el 28 de abril por una reforma tributaria, propuesta y desechada por el presidente Iván Duque, como explica el periodista colombiano Juan Santa Cruz desde Bogotá. O como la argentina, donde se ha politizado hasta la campaña de vacunación contra el coronavirus como si fuera la campaña electoral (leer más)

Sociedad

Tarjeta roja para los jóvenes

A veces, el orden de los factores puede alterar el producto. Y el producto, acaso el resultado, termina siendo devastador: ocho de cada 10 argentinos menores de 25 años ven el futuro con preocupación, miedo y desconfianza, razón por la cual no dudarían en emigrar si tuvieran ocasión, según el relevamiento ¿Qué piensan los jóvenes en la Argentina?, de la consultora Taquion. Tarjeta roja para los jóvenes en un país de inmigrantes que comenzó a ser un imán para los extranjeros en 1880 y, casi un siglo y medio después, irradia kriptonita a sus descendientes. Ese país, en el cual se creó y se recreó la saga de Amores inmigrantes, recopilados por la periodista Diana Arias, la mayoría de los empadronados de la llamada  Generación Millennial “ve que las oportunidades de desarrollo y trabajo se esfuman” y que el futuro “tiene más puntos negativos que positivos”. La frustración parece ser hereditaria. Anida hace desde añares en los mayores. La pandemia vino a agravar la situación: hizo caer los ingresos de más de la mitad de (leer más)