Sociedad

Tokio 2020, Japón 2021

El ex primer ministro japonés Shinzo Abe puso toda la carne en el asador para ganar la plaza. Tokio terminó siendo la sede de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de 2020 que, a causa de la pandemia, se realizan sin público ni entusiasmo en 2021. ¿Qué había detrás de ese ímpetu? La necesidad de cederle la posta a su sucesor, Yoshihide Suga, de modo de reencarrilar a la tercera economía del planeta. Cuando ardió la llama olímpica, el 24 de julio, los mismos japoneses creyeron que se trataba de una artimaña política en medio del renovado estado de emergencia a plazo fijo hasta el 22 de agosto. El cuarto en 16 meses. Suga quiso mostrar que su país ha sido capaz de superar las peores tragedias de la era contemporánea. En especial, el devastador terremoto y tsunami de 2011 que provocó el desastre nuclear de Fukushima, con más de 20.000 muertos. El ánimo festivo que había previsto Abe se ve empañado por las burbujas, los protocolos y las restricciones frente a la incertidumbre de los (leer más)

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Libertad a gritos

Las protestas masivas en Cuba tienen en común con otras en América latina reclamos por la desigualad, la inflación y otras urgencias aceleradas por la pandemia, pero, gran diferencia, exigen un bien aún más preciado: la libertad. Pudo haber otras, sofocadas por la mano dura de Fidel y Raúl Castro. Esta vez, con un dictador poco carismático y, en cierto modo, desconocido hasta por los llamados revolucionarios, Miguel Díaz-Canel. El desapego por los derechos humanos de Argentina y México, tanto frente a la dictadura cubana como frente a los atropellos de los regímenes de Venezuela y Nicaragua, deja el desnudo la afinidad ideológica en desmedro de los padecimientos de esos pueblos, según Gabriel Salvia, director general del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal). “La política exterior argentina volvió a principios obsoletos e hipócritas”, dice Salvia. Si Díaz-Canel se encomienda a las estructuras de poder del Partido Comunista, el único admitido en la isla, el Mercosur queda a merced del proteccionismo del gobierno de Alberto Fernández frente a la necesidad de (leer más)

Economía

¿Listos para trabajar cuatro días por semana?

En un mundo en el cual la informalidad representa más del 70 por ciento del empleo y un tercio del Producto Bruto Interno (PBI) de los países emergentes, Islandia se apunta un éxito relativo. El de la reducción de la jornada de trabajo. De trabajo formal. Un experimento realizado entre 2015 y 2019 en el ayuntamiento de la capital, Reikiavik, y en el gobierno nacional sin disminución del salario. En una isla de poco más de 350.000 habitantes, nueve veces menos que la ciudad de Buenos Aires, el ensayo tuvo su lógica: acortar el trabajo a cuatro días por semana para repartirlo entre los trabajadores disponibles. La tasa de desempleo de Islandia, de todos modos, alcanza el 7,3 por ciento. Los participantes del estudio del laboratorio de ideas británico Autonomy y de la Asociación Islandesa por una Democracia Sostenible, algo así como el uno por ciento de la población económicamente activa, pasaron de una semana de 40 horas de trabajo a una de 35 o 36. Entre 2019 y 2021, el 86 por ciento de (leer más)

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El desapego de los derechos humanos

El apoyo de Argentina a la troika de las tiranías, Cuba, Nicaragua y Venezuela, no sólo deja entrever la afinidad ideológica, quizá como modelo de los atropellos en la provincia de Formosa denunciados por la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, sino también la injerencia de Rusia y China, soportes económicos de esos regímenes. “Nos falta diálogo”, evalúa Jorge Faurie, exministro de Relaciones Exteriores y precandidato a diputado nacional, porque “Argentina no quiere vínculos con el mundo”. La política exterior argentina, agrega, “no tiene capacidad de adaptación a un mundo que está cambiando”. El gobierno de Alberto Fernández declama la supuesta defensa de los derechos humanos sin intromisión en los asuntos internos de otros países. De ese pilar, el de los derechos humanos, se apropió la coalición de gobierno como si sus dirigentes y sus militantes hubieran sentado en el banquillo a las juntas militares. Mérito de Raúl Alfonsín, en todo caso. No de Néstor Kirchner por haber descolgado el cuadro de Jorge Rafael Videla en el Colegio Militar de (leer más)

Política

El cortocircuito de Cuba

El señor que llamó a la resistencia de los leales al régimen no había nacido cuando Fidel y Raúl Castro se apoderaron de Cuba. Ese señor, Miguel Díaz-Canel, tercer apéndice de una dictadura tan añeja como la contradicción, convocó a los suyos, “los revolucionarios”, a recuperar algo que creen que les pertenece: la calle. Nada peor para la izquierda que perder ese bastión. La calle, precisamente, estalló en San Antonio de los Baños, cerca de La Habana, por la falta de luz y, cual cortocircuito, hizo detonar la ira que electrizó a toda la isla por la crisis económica y sanitaria y la ausencia de un bien aún más preciado: la libertad. Patria y vida, en desmedro del eslogan oficial Patria o muerte, pasó a ser la consigna de miles de cubanos sometidos no sólo a la oscuridad a raíz de los cortes anunciados desde el 21 de junio por la Unión Eléctrica de La Habana debido el deterioro de las centrales termoeléctricas, sino también a la desprotección frente a la pandemia. La suspensión del (leer más)

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El inevitable tercer pinchazo

La doctora Marta Cohen, patóloga pediátrica argentina que dicta clases como profesora honoraria de la Universidad de Sheffield, en el Reino Unido, vio con temor la relativa normalidad en las tribunas y en los bares durante la Eurocopa de fútbol: “En cada ciudad en la que se ha jugado han aumentado los casos de la variante Delta”, observa. Y afirma que será inexorable una tercera dosis de la vacuna. Quizá, agrega, “diez meses después de la segunda”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) quiso quitarles hierro a las estigmatizaciones de ciudades y de países en las denominaciones de las variantes del coronavirus. Para evitarlas y para no utilizar nombres científicos difíciles de retener y de diferenciar apeló al alfabeto griego. La variante británica, B.1.17, pasó a ser Alfa. La sudafricana, B.1.351, Beta. La brasileña, P.1, Gama. Y la india, B.1.617.2, Delta. ¿Incorporaremos la B.1.427/B.1.429, Épsilon, aparecida en Estados Unidos y diseminada en 34 países, y la C.37, Lambda, originaria del Perú? Cohen, galardonada con el título de oficial de la Orden del Imperio Británico, (leer más)

Actualidad

El magnicidio de Haití

Huracanes, emergencia sanitaria, crisis política, protestas, represión, corrupción, violencia, secuestros, pobreza y, cual último martillazo, el magnicidio del presidente. Jovenel Moïse, de 53 años, no vio el amanecer en su residencia de Puerto Príncipe. Lo mataron a tiros unos sujetos que, según el primer ministro, Claude Joseph, “hablaban en inglés y en español” en un país cuyos idiomas oficiales son el francés y el creóle (criollo haitiano). Otro porrazo para Haití, no repuesto del devastador terremoto de 2010, que mató a 316.000 personas y demolió medio millón de viviendas, ni de las convulsas elecciones de 2015. Eran el broche de la presidencia del cantante de carnaval Michel Martelly. Moïse, apodado El Hombre Banana por ser un empresario de ese sector, triunfó en esas elecciones. Resultaron impugnadas. Ganó de nuevo en 2016 bajo sospechas de fraude. La tensión se apoderó de las calles dos años después, con muertos, saqueos y destrozos, por las denuncias de malversación de 3.800 millones de dólares de Petrocaribe. Un pozo ciego creado en 2005 por el presidente venezolano Hugo Chávez para (leer más)

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Hidrovía no rima con soberanía

¿Rima Hidrovía con soberanía? Parece que no. La economía argentina está estancada desde 2012, según el economista Jorge Colina, presidente del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa). La pandemia empeoró aún más la situación. Desde el comienzo, lo único que ha aumentado, además de los precios y los impuestos, ha sido el empleo por cuenta propia. ¿Por qué? Porque, como explica Colina, el trabajo en blanco es caro en Argentina: “Cuesta un 50 por ciento más que el salario de bolsillo por las cargas sociales”. En tiempos convulsos, la economía pega en el bolsillo, pero también afecta la mente. “Estamos solos”, dice el doctor Enrique De Rosa, médico psiquiatra y psicoterapeuta. Huérfanos de contención de parte las autoridades. La pandemia “es como una humedad insidiosa que va penetrando las bases de una estructura que termina derrumbándose”, agrega. Y, mientras tanto, como si fuera la solución de todos los problemas, el gobierno de Alberto Fernández decreta la estatización de la denominada Hidrovía Paraná-Paraguay, vía navegable de 3.500 kilómetros por la que pasa el 80 por (leer más)