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Política

El cruce de los Andes

En ocasión del referéndum boliviano, Morales recreó el fantasma del imperio Preguntó el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Robert Gates: “¿Qué podemos hacer para colaborar con el Consejo de Defensa de América del Sur?”. Respondió su par brasileño, el ministro Nelson Jobim: “Nada, mantenerse a distancia”. La réplica no sacudió con la fuerza de un vendaval los ventanales del Pentágono, donde se desarrollaba la reunión, pero a punto estuvo de darle un soponcio al anfitrión. No era usual que un país latinoamericano, aunque fuera un coloso como Brasil, rechazara con tanta firmeza una oferta norteamericana. Enterado del diálogo, Hugo Chávez no vaciló en celebrarlo como un home run  (ama el béisbol) y en contarlo como si se tratara de una proeza similar al cruce de los Andes: “Es eso: déjennos quietos –exclamó–. Y hay que decirlo en todos los aspectos: en lo político, en lo económico y en lo social”. Lo asoció de inmediato con el plan de Bolívar de crear una alianza militar en la región, como él mismo propuso para el (leer más)

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Política

Adiós a las barbas

En una nueva embestida contra las FARC, Uribe pide la cooperación de Europa En 2002, las FARC estaban en su esplendor: tenían unos 20.000 combatientes y copiosos ingresos de orígenes turbios. Ese año capicúa, uno después de la voladura de las Torres Gemelas, Álvaro Uribe estrenó la presidencia bajo el asedio de atentados contra su vida. Ese año bisagra, uno antes de la guerra contra Irak, los Estados Unidos y la Unión Europea incluyeron la guerrilla más antigua del continente en sus listas de organizaciones terroristas. Ese año decisivo, el Capitolio aprobó una ley por la cual la ayuda militar norteamericana a Colombia comprendía, en una “campaña unificada”, la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo. Seis años después, poco antes del rescate de los 15 rehenes de las FARC entre los cuales se encontraban la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y los contratistas norteamericanos Keith Stansell, Marc Gonsalves y Thomas Howes, los mandos medios de la guerrilla perdieron contacto con sus superiores: las fuerzas especiales norteamericanas interfirieron las comunicaciones. Había surtido efecto la controvertida (leer más)

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Política

El chico de la tapa

Un dato de la época: el humorismo influye, en ocasiones, más que el periodismo Obama no simpatiza con su casi tocayo Osama ni reza en memoria de su homónimo Hussein (Saddam para los enemigos), pero lidia desde 2006 con la cruz de una imagen embarazosa. La captó una cámara indiscreta en una visita a Kenya. Lucía como un nacionalista islámico, con túnica y turbante. Creó dudas. Debió disiparlas de inmediato: el típico atuendo somalí, usual en el terruño de su padre, no significa que profese o haya profesado la religión musulmana. La ingrata coincidencia con la tirria hacia sus devotos en los Estados Unidos pudo haber puesto en riesgo su carrera política. En poder del sitio Drudge Report, famoso por haber destapado el romance de Bill Clinton con Monica Lewinsky, la foto galopó a la velocidad de la luz por Internet. Barack Hussein Obama, ahora candidato presidencial demócrata, se vio obligado a confirmar con creces su fe en Jesucristo y a impugnar con énfasis a sus detractores. Entre ellos, el representante republicano Steve King descargó (leer más)

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Política

La comezón del octavo año

América latina puede hacer mucho más por sí misma que Obama o McCain En su octavo y último discurso sobre el Estado de la Unión, George W. Bush insinuó un renovado interés en América latina. Pareció resarcirse de una promesa incumplida. En 2001, cual prioridad en su agenda externa, vislumbraba “el siglo de las Américas”. Si era sincero, más allá de su reticencia a involucrarse en crisis ajenas, la voladura de las Torres Gemelas alteró sus planes. Ni algo tan caro para su gobierno como la reforma migratoria pudo concretar. Su legado, desfigurado por Irak y Guantánamo, quedó resumido en un par de gestos de desconfianza: la construcción del muro frente a México y la reposición de la IV Flota del Comando Sur. En casi ocho años, América latina no recobró preeminencia en los Estados Unidos. La perdió aún más. Hasta 2005, Bush insistió en el Area de Libre de Comercio de las Américas (ALCA). Fracasó. Obstinado, el eje de su política se centró en acuerdos bilaterales o regionales de ese tipo. Los demócratas, más (leer más)

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Política

El sabor del reencuentro

El país de Ingrid tiene un raro hábito: figurar entre los más felices del mundo Le preguntaron a Bernard Shaw si realmente creía que el Espíritu Santo había redactado la Biblia. “No sólo la Biblia, sino todos los libros que vale la pena releer”, respondió. La anécdota, narrada en 1963 por Borges en el auditorio de la Universidad de Antioquia, equivale a la versión del presidente de Colombia, Álvaro Uribe, casualmente ex gobernador de Antioquia, sobre el rescate de Ingrid Betancourt: “El operativo tuvo la luz del Espíritu Santo y la protección de nuestro Señor y de la Virgen en todas sus expresiones”. Tantas invocaciones divinas son habituales en la tierra de Juan Valdez. En algo han de creer los colombianos para ser los más felices del mundo a pesar de las circunstancias. En algo han de creer para estar al tope de la World Database of Happiness (base de datos mundial de la felicidad), de la Universidad Erasmus de Rotterdam, Holanda, y para mantenerse en el tercer lugar del índice de países más felices (leer más)

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Política

Barajar y dar de nuevo

La cruda realidad: el mundo gasta casi 190 veces más en armas que en comida Si el planeta interrumpiera por un año el gasto militar, cada uno de sus 6600 millones de habitantes podría recibir, o ahorrarse, unos 200 dólares. Es una utopía, pero no estaría mal. Sólo en 2007, los gobiernos desembolsaron en armas 1,27 billones de dólares. Ese monto astronómico, equivalente al 2,5 por ciento del producto bruto interno mundial, supone 190 veces más que la ayuda mendigada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) a la comunidad internacional: 6750 millones de dólares para paliar la hambruna de 854 millones de personas. África es el continente más pobre; América, el más desigual. ¿Es más urgente aliviar la pobreza o aplacar la desigualdad? El alivio de la pobreza en China y la India no aplacó la desigualdad. En los Estados Unidos, la clase media todavía no recuperó el ingreso real que tenía antes de la recesión de 1991. Los ejecutivos top de las 500 compañías inscriptas en (leer más)

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Política

Fe de erratas

En apenas cinco meses, Chávez cambió abruptamente su visión de las FARC Chávez tuvo una virtud: unió a Colombia. La unió con sus insultos contra Álvaro Uribe, uno de los presidentes con mayores índices de imagen positiva de la historia. La unió con su papel de comedido, más que de componedor, en el conflicto desatado con el presidente de Ecuador, Rafael Correa, por la muerte en su territorio del jefe real de las FARC, Raúl Reyes. La unió, también, con su incendiaria mención en los registros de las computadoras portátiles del difunto como virtual mecenas de la banda que mantiene secuestrada a Ingrid Betancourt y una legión de gente. Chávez tuvo otra virtud: degradó a las FARC. Las degradó con sus flirteos con Reyes y otros cabecillas mientras ponía en ridículo a sus laderos (entre ellos, el ex presidente argentino Néstor Kirchner) en la excursión por la selva colombiana en la cual debían ser liberadas Consuelo González de Perdomo, Clara Rojas y su hijo Emmanuel; como el pequeño, nacido en cautiverio, había sido entregado con (leer más)

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Política

The end

Obama, con su histórica nominación, logró vencer los prejuicios por su juventud En los difíciles años sesenta, Richard Nixon estrenó contra John F. Kennedy el eslogan con el cual Hillary Clinton quiso incomodar en las recientes primarias demócratas a Barack Obama: “La experiencia cuenta”. Y vaya si cuenta. Clave, y decisivo, resultó el aviso televisivo en el cual, mientras los niños dormían, sonaba el teléfono de la Casa Blanca a las tres de la madrugada; quedó claro que ella era la mejor cualificada para atenderlo y responder en el acto ante una crisis internacional. La experiencia de Hillary no influyó entre los más jóvenes; muchos votaron por primera vez en estas primarias y, más allá de la raza, el sexo, la religión y la ocupación, votaron por Obama. En su campaña, las pequeñas contribuciones por Internet, de cinco o diez dólares, terminaron siendo vitales. Los Clinton, mimados por las fortunas que alentaron en los dorados años noventa su progresismo moderado, creyeron que iba a ser más fácil recaudar dinero a lo grande. Así les fue: (leer más)

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Política

Leones por corderos

Sin cuidar las formas, Berlusconi y Sarkozy azuzan el racismo contra los ilegales Durante la campaña electoral, más preocupado por la incorporación de Ronaldhino al Milan que por los desvelos de los mileuristas (aquellos que ganan mil euros por mes), Silvio Berlusconi prometió dureza contra la inmigración clandestina. Cumplió con creces: está en vías de convertirla en un delito en medio de brotes de racismo contra los gitanos rumanos asentados en Roma, Nápoles y Milán. En otro tiempo, la Unión Europea hubiera procurado aplacar sus ínfulas. En otro tiempo, no en coincidencia con su intención de contener a la mano de obra extranjera. De odioso, el asunto pasó a ser crucial. Nicolas Sarkozy no hubiera ganado las presidenciales de Francia si no mostraba firmeza contra la inmigración clandestina. En él, sus compatriotas intuyeron un súper presidente; descubrieron, al poco tiempo, que era demasiado llamarlo súper y presidente a la vez. En apenas un año se divorció de Cecilia Ciganer, se casó con Carla Bruni y batió récords de impopularidad. Pudo ser para hacer promedio con (leer más)

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Política

Soy leyenda

A Obama le sientan bien los guantes de candidato, pero Hillary no tira la toalla En estos años, los Estados Unidos perdieron la reputación. Perdieron, también, la ilusión. Les deben a las reñidas primarias demócratas haber restaurado la política como motor de cambio. No por ser la vistosa contienda entre un afroamericano y una mujer, rarezas en la Casa Blanca, sino por haber alentado una visión optimista  frente a verdades tapadas, como la pobreza al desnudo en Nueva Orleáns después de ser arrasada por el huracán Katrina, y verdades dolorosas, como el deterioro de la imagen del país a raíz de Irak, Afganistán, Guantánamo, Abu Ghraib y todos los antónimos de los valores que, bien o mal, siempre honraron los norteamericanos. Durante el gobierno de Bush, signado por el esplendor neocon en respuesta a la voladura de las Torres Gemelas, cambió el mundo y cambió, en forma silenciosa, la esencia del poder. Lo comprobó Hillary Clinton. La tenía fácil. Le sobraba dinero, recaudado por su marido. Y le sobraba experiencia, acumulada desde su Mayo del (leer más)

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Economía

País rico, país pobre

En el mejor momento económico, América latina enfrenta agudas crisis políticas Es un buen momento: la democracia se consolida, la economía crece, la inversión sube, la pobreza baja, la desigualdad no avanza, el precio de los commodities (materias primas) aumenta y los derechos humanos gozan de respeto. Es un buen momento para América latina y, sin embargo, esos progresos, y algunos más, se ven empañados por repentinos conflictos diplomáticos, agudos problemas sociales e inoportunas polarizaciones políticas. En lo externo, si no es por la inaudita crisis entre la Argentina y Uruguay por la pastera de Fray Bentos, estalla el pleito entre Colombia y Ecuador por las FARC o Hugo Chávez prepara, apunta y rompe relaciones con alguno de sus pares. En lo interno, si no es por la derrota no asumida de Andrés Manuel López Obrador en las presidenciales de México, estalla el pleito entre los Kirchner y el campo o Evo Morales prepara, apunta y denuncia un complot para dividir aún más a Bolivia. Curiosamente, en el ánimo de los promotores del referéndum de (leer más)

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Política

La última cena

¿Por qué los mandatarios extranjeros omiten el país cuando recorren la región? Cada año, en todo el planeta, 60 millones de personas se radican en zonas urbanas; es una multitud equivalente a las poblaciones íntegras de la Argentina, Uruguay y Chile. En las ciudades reside desde 2008, por primera vez en la historia, más de la mitad de la población mundial, 3300 millones de personas. Y esto apenas empieza: en 2030 serán 5000 millones. El fenómeno es proporcional a la necesidad: el éxodo de las zonas apartadas crece por falta de oportunidades, sobre todo en los países en desarrollo. Y establece, por imprevisión de los gobiernos, apremiantes bolsones de pobreza. En los residentes urbanos menos favorecidos, dispersos en barriadas distantes y diferentes del planeta, impacta con más saña que en otros sectores el alza global del precio de los alimentos, de más del 80 por ciento en tres años. El tsunami silencioso, como acertó en definirlo Josette Sheeran, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, amenaza con crear de golpe y (leer más)

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Política

La Argentina puede esperar

¿Por qué los mandatarios extranjeros omiten el país cuando recorren la región? En la década del treinta, Nina Lee Weisinger y Marjorie Johnston concibieron un libro de lectura en castellano para estudiantes norteamericanos. Los otros americanos lleva por título. Uno de los protagonistas, Alberto, dice: “Buenos Aires se llama el París sudamericano. Para su tamaño tiene más millonarios que ninguna otra ciudad, y todo el mundo parece tener dinero. Como Nueva York, es una ciudad cosmopolita y se ve en sus calles gente de muchas nacionalidades que habla varias lenguas. Hoy día esta capital dista de Nueva York siete días por aeroplano”. Eran otros tiempos. Sin naves espaciales capaces de ir “en una hora y media a Japón, Corea y, por supuesto, a otro planeta el día en que se detecte que allí hay vida”, como presagió Carlos Menem, ni trenes de alta velocidad a Mar del Plata, Córdoba y Rosario, como prometió Cristina Kirchner. En coincidencia con la edición del libro, en 1934, aquellos porteños de fino pelaje no sólo miraban al cielo cuando (leer más)

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Política

Carrozas de fuego

Rumbo a Pekín, la antorcha olímpica enciende cada vez más objeciones a China En dos palabras resumió China su solicitud de ser sede de los Juegos Olímpicos: reforma y apertura. En todas sus acepciones, reforma y apertura son argumentos políticos, no deportivos. Por esos argumentos políticos, precisamente, las protestas de cada marzo en el Tíbet contra el régimen comunista de Pekín estallaron, en este marzo en particular, con mayor vehemencia que en años anteriores. Desde las marchas por la democracia en 1989, en forma casi simultánea con la matanza de la Plaza de Tiananmen y la caída del Muro de Berlín, la extraordinaria paz de la ciudad sagrada de Lhasa no se veía turbada por tiroteos y destrozos. En ella, capital del Tíbet, la mayoría étnica, de nombre han, impone las reglas. En ella, la brecha entre ricos (chinos) y pobres (tibetanos) es mayor que en cualquier otra ciudad china. En ella, los tibetanos recuerdan cada 10 de marzo, desde 1959, las revueltas que forzaron al Dalai Lama a exiliarse en la India. En este (leer más)

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Economía

Campo travieso

El Estado, visto como la solución tras los noventa, volvió a ser parte del problema A un campesino mexicano se le atribuye haber vaticinado, tras la declaración de la independencia de su país, que poco y nada iba a cambiar. La independencia de México era, para él, “otro cura en una mula diferente”. El cura representaba a la clase dirigente; la mula, al sistema de gobierno. La defensa del sistema de gobierno, si de la democracia se trataba, requería sustituir al cura. Esa aspiración se centra dos siglos después en sustituir a la clase dirigente. “Que se vayan todos es un lema que vale para la región completa”, concluye la versión 2007 del informe Latinobarómetro. La efervescencia social en América latina, traducida en reclamos sectoriales por promesas no cumplidas o por plegarias no atendidas, refleja una profunda debilidad de los partidos políticos. E incluso, como sucedió en la Argentina durante las protestas del campo por la imposición de retenciones móviles a la soja, en la autonomía de las bases respecto de los líderes. Esto coincide, (leer más)