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Política

Te llevo bajo mi piel

El procurador general de México lleva un microchip inyectado en el brazo, reflejo del valor que ha cobrado la seguridad En The Truman Show, Truman Burbank (Jim Carrey) vive en un gigantesco set de filmación; no puede escapar de las cámaras. ¿Ficción? Fricción, en realidad: el procurador general de México, Rafael Macedo de la Concha, lleva implantado en el brazo un microchip del tamaño de un grano de arroz por el cual vive, también, en un gigantesco set de filmación; el implacable control satelital escrudiña sus movimientos a sol y sombra. El microchip, llamado chip antisecuestro, alberga sus fotos, sus huellas digitales y otros datos personales. Con él, cual santo y seña, puede ingresar como Pancho por su casa en el Centro Nacional de Información para la Procuraduría General de la República (PGR), archivo del delito en México, evitando otro tipo de cerrojos. Es decir, alguien sabe en todo momento dónde está Macedo de la Concha, blanco frecuente de amenazas de narcotraficantes por su cargo de fiscal general. Conclusión: ganó seguridad, pero perdió privacidad y, (leer más)

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Política

Atrapa la bola, John

Como están las cosas, si Kerry resulta elegido presidente, podrá cambiar la retórica y el estilo, no la política En el círculo íntimo de George W. Bush, cada aparición de Al-Qaeda, sea por un atentado, sea por una amenaza, refuerza la hipótesis original: es mejor combatir a nuestros enemigos en Bagdad que en Baltimore. Total, agrego, los funerales son ajenos, así como las derrotas (caso José María Aznar) o los contratiempos (caso Tony Blair). Mientras tanto, Michael Moore puede ganar millones con su «Fahrenheit 9/11», Bill Clinton (John Kerry, digo) puede exaltar a los convencionales demócratas y Saddam Hussein puede escribir veinte poemas de amor y una canción desesperada. En ese círculo, obstinado en forjar la imagen severa del presidente de la guerra, no cuentan los atentados contra las autoridades interinas de Irak ni las amenazas contra un aliado como Silvio Berlusconi. Cuentan, más que todo, los planes frente a un eventual relevo del gobierno de los Estados Unidos; el próximo presidente, si no es Bush, podrá cambiar la retórica, no la política. Estará atado (leer más)

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Política

México me atormenta; Buenos Aires me mata

Fox y Kirchner, asediados por los secuestros, debieron responder con planes urgentes que no figuraban en sus agendas Por fortuna, América latina está casi libre de pecado: no ha sido blanco de atentados terroristas en más de una década, excepto las voladuras de instituciones judías en Buenos Aires en 1992 y en 1994. Esa circunstancia, auspiciosa por un lado, implica un severo desafío por el otro: la región está fuera de la agenda estratégica de centros de poder que, desde la demolición de las Torres Gemelas, no reparan en otra cosa que no sea la seguridad, más que la defensa. Debe arreglárselas sola, pues, si de convulsiones internas se trata. En especial, si no afectan a terceros países, como los secuestros extorsivos o, en casos extremos, las guerrillas urbanas. Colombia, con su guerra vitalicia, no ingresa dentro de los cánones del terrorismo internacional, así como Perú con sus resabios de Sendero Luminoso; en la triple frontera, a su vez, no deja de ser un enigma el presunto respaldo que recibirían grupos fundamentalistas. De ahí, el (leer más)

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Política

La crisis menos pensada

Castro se cobró una deuda con Fox, de modo de enviarle un mensaje a Bush frente a su inminente plan para desplazarlo Iba a cobrarse una deuda; dos años y dos meses llevaba esperando la oportunidad. En su arenga del 1° de Mayo, Fidel Castro cargó contra los gobiernos de México, Perú y Chile por la condena a Cuba en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Los acusó de haber sido peones de los Estados Unidos en la votación del 15 de abril en Ginebra. Uno en particular, Vicente Fox, iba a acusar el golpe. En vísperas, sobre todo, del anuncio del plan de George W. Bush para acelerar la caída de su dictadura vitalicia y captar de ese modo el voto del exilio cubano de Florida en su carrera por la reelección. Poco después, el canciller de Cuba, Felipe Pérez Roque, dijo que la actitud de Fox había sido irreflexiva: ordenó el retiro de su embajadora en La Habana, Roberta Lajous, y la expulsión de México del (leer más)

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Política

Al mundo le falta un tornillo

El paradigma de la guerra, a diferencia de la amenaza soviética en la Guerra Fría, divide y descentraliza el poder real Uno, Bush, habla con tanta ligereza de la guerra como otro, Clinton, hablaba del ketchup, y otro, Kerry, habla con tanta ligereza de la globalización como uno, Reagan, hablaba de una de cowboys. El paradigma, eje de la carrera presidencial de los Estados Unidos, converge en una curva: la guerra. Una curva peligrosa en el camino de la globalización. O, en su momento, una irónica respuesta a la europea, extraña al tradicional idealismo norteamericano, al horror del 11 de septiembre, doblegando, y archivando, el papel unificador que ejerció la amenaza soviética durante la Guerra Fría. La amenaza soviética ha sido desplazada por la amenaza terrorista. Todos usan repelente contra ella, pero medio planeta, y me quedo corto, se pregunta si es peor el perro o la rabia. En la duda, sin más antibiótico que la rabia contra el perro, talla la diferencia. Uno, Bush, se ufana de ser el presidente de la guerra, por (leer más)

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Política

Que se casen primero y se enamoren después

Powell dejó en claro que en los conflictos en los que talla Washington prima, casi siempre, la misma fórmula de resolución Nada nuevo ha dicho el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, en su primer mensaje de 2004. En ello radica la novedad: en que, contrariamente a lo que suponían algunos ingenuos, la política exterior de George W. Bush no se moverá de su eje, el poder duro (versión Joseph Nye), en tanto, agotado el poder blando, o las tácticas frecuentes de persuasión, los otros no se avengan a adoptar la agenda de los Estados Unidos. Marcada, desde 2001, por una cita impostergable: la lucha contra el terrorismo. El imperio se resiste a ser imperialista, pero, a su vez, actúa como imperio. ¿Qué significa esto? Que ejerce la diplomacia con más astucia y fortaleza que en otros tiempos, dejando en claro de entrada su visión unipolar, pero, al mismo tiempo, no desacredita la visión multipolar de los otros. La deja ser hasta que, agotado el poder blando, o la paciencia quizás, alguno de sus escuderos, (leer más)

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Economía

Es la economía, muchachos

Países como Francia y Alemania han sido las principales fuentes de financiación de los enemigos de los Estados Unidos Es la economía, estúpido. ¿Volvió Bill Clinton? Calma, republicanos: George W. Bush no ha incurrido en el llamado haiku de George Stephanopoulos para la campaña demócrata de 1992, pero tampoco ha soslayado esa fórmula desde que empezaron los tironeos con la vieja Europa por el destino de Saddam Hussein: en el primer trimestre de 2003, los bancos franceses eran los principales prestamistas de Irak, Irán y Cuba, y los bancos alemanes eran, a su vez, los principales prestamistas de Corea del Norte, Libia y Siria. Ergo, de los enemigos de los Estados Unidos. Del eje del mal y compañía, en definitiva. De ahí, más allá de la discusión entablada en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por la legalidad de la guerra, la renuencia del gobierno norteamericano a convalidar los reparos de Jacques Chirac y de Gerhard Schrsder ante una amenaza que, como muchos, no creían urgente. Y de ahí, una vez capturado Saddam, (leer más)

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Política

Nada personal

El mensaje no ha cambiado: si ustedes no se ayudan a sí mismos, poco y nada podemos hacer nosotros WASHINGTON.– La tempestad sacude un barco. En la cubierta va un muchacho que, por el impacto, pierde el equilibrio y cae al mar. No sabe nadar. Un marinero se arroja detrás de él. Lo rescata con mucho esfuerzo. Un rato después, en el camarote, el muchacho, aún no repuesto del shock, le dice al marinero: gracias por haberme salvado la vida. De nada, le responde el marinero, pero procure vivirla como algo digno de haber sido salvado. En ocasiones, América latina ha sido comparada con el muchacho del cuento de Paulo Coelho que no sabía nadar y que, gracias al marinero, logra salir a flote. En otras, América latina ha sido comparada con un barco sacudido por una tempestad. Y en otras, América latina ha sido comparada con la mismísima tempestad. ¿Qué es América latina, entonces? A los ojos de círculos gubernamentales y políticos de los Estados Unidos, no es el muchacho ni es el barco. (leer más)

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Política

No seré feliz, pero tengo democracia

La mayoría desconfía de los políticos y no está satisfecha con la economía de mercado, según el sondeo Latinobarómetro Confío más en los bomberos que en mis compañeros de trabajo o de estudio, mi vecina, la telefonista de la central de informaciones, un burócrata municipal, un pariente lejano que nunca he visto antes o una persona que conozco en forma ocasional. Confiaría más en las instituciones si trataran a todos por igual, cumplieran con sus obligaciones, admitieran errores, prestaran servicios acordes con mis necesidades, fueran fiscalizadas, respondieran a mis inquietudes y se interesaran en mis opiniones. La confianza, rasgo más común en las sociedades abiertas que en las tradicionales, ha bajado en 17 países de América latina entre 1996 y 2003, según la encuesta anual Latinobarómetro. Así como ha bajado, en igual período, el peso de la democracia por no haber logrado reducir en forma significativa los índices de desigualdad económica, política y social. Y han bajado, también, las calificaciones de la Iglesia, de la televisión (principal fuente de información en la región) y de (leer más)

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Política

Lamento boliviano

Fue el colapso de un sistema tras varias crisis que, con sus muertos, precipitó el desenlace por la exportación de gas Adherida al saco, a la altura del bolsillo interior izquierdo, Gonzalo Sánchez de Lozada siempre lleva una imagen de la Virgen de Socavón, patrona de los mineros bolivianos, y una pluma de plata labrada con la cual ha firmado todos sus decretos. Entre ellos, el centrado en la venta de gas. Con él pretendía compensar las pérdidas por la erradicación de cultivos de coca en el Chapare, recomendada por el gobierno norteamericano desde 1998. De cada cinco dólares que iban a ingresar por la venta de gas a los Estados Unidos vía México, previa salida por Chile o Perú, el Estado boliviano había aceptado percibir menos de 50 centavos. Una propina. La ecuación no cerraba, más allá del apego a los recursos naturales de los líderes de la rebelión. Tampoco cerraba otra ecuación: el gobierno de Sánchez de Lozada urgía a la Aduana por el ingreso de 60 vehículos de origen japonés para uso (leer más)

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Política

Realmente no estoy tan solo

La Argentina, entre 12 países, es el único cuyos jóvenes no rechazan los valores que intentan exportar los norteamericanos Dos años y dos guerras después, George W. Bush no ha hallado respuesta para la pregunta clave: ¿por qué nos odian? La formuló el 21 de septiembre de 2001 frente a ambas cámaras del Capitolio en compañía de Tony Blair. Habían transcurrido apenas 10 días de los atentados. Es decir, el mundo aún estaba consternado por la tragedia. Pudo dirigirse a los árabes en esa ocasión: ¿por qué nos odian? Por las libertades de religión, de expresión y de elección, supuso (en ese orden). Como correlato de Irak, sin embargo, ha podido reformular la pregunta: ¿por qué nos odian los demás? Tampoco ha hallado respuesta, sino excusas circunstanciales: a los Estados Unidos les resulta sumamente difícil definir su interés nacional ante la ausencia del poderío soviético, según la consejera de seguridad nacional, Condoleezza Rice. ¿Por qué nos odian, pues? El Departamento de Estado contrató en su momento a Charlotte Beers, ex presidenta de agencias de publicidad (leer más)

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Política

Seamos idealistas: hagamos lo posible

El tercer mundo demostró que está lejos de aceptar el «intervencionismo benévolo» que plantean Blair, Clinton y compañía Promesas, no realidades, invocaba un graffiti latinoamericano. Las mismas, quizá, que han procurado evitar Lula, Ricardo Lagos y Néstor Kirchner. Marcados, más que todo, por realidades, no por promesas, en un contexto pendiente en forma casi exclusiva de la seguridad, o del interés nacional, de los Estados Unidos (están con nosotros o están contra nosotros, versión George W. Bush) en el cual lejos, lejísimo, parece haber quedado aquella cosa llamada utopía que Eduardo Galeno supo definir como una excusa para caminar: “Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá”. Después de tanto caminar, Lula, así como sus pares de la región, no llegó al poder, sino al gobierno. Y no armó una revolución; ganó una elección. ¿Dónde ha quedado la utopía, entonces? El realismo político no significa abandonar nuestros sueños, esgrimió en Gran Bretaña. Había estado poco antes con Bush en la Casa Blanca, (leer más)

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Política

La vergüenza de haber sido o el favor de ya no ser

Mientras Lula y Bush renuevan su agenda, la Argentina vislumbra su espacio en un escenario cada vez más complejo Si de piel se trata, nada más autóctono que Hugo Chávez, Alejandro Toledo y Lucio Gutiérrez. Si de cambios se trata, nada más radical que Vicente Fox, después de las siete décadas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en México, o Ricardo Lagos, después de los horrores de Pinochet en Chile. Si de perseverancia se trata, nada más monótono que Fidel Castro, en Cuba, o el Partido Colorado, en Paraguay. Si de excentricidades se trata, nada más elocuente que Abdalá Bucaram. Si de corrupción se trata, nada más emblemático que Alberto Fujimori (etcétera, etcétera, etcétera). Si de pragmatismo se trata, nada más flexible que el peronismo: de Carlos Menem a Néstor Kirchner. Hasta un presidente que habla mejor inglés que español tenemos, Gonzalo Sánchez de Lozada. Si de milagros se trata, sin embargo, nada más parecido a las mieles prodigadas por Bush a Lula. Recibido en la Casa Blanca, el viernes, con los honores de una reunión (leer más)

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Política

Los tuyos, los míos, los nuestros

En coincidencia con la asunción de Kirchner se ha planteado la necesidad de fortalecer la democracia en América latina De regreso a Lima, después de haber asistido a la asunción de Néstor Kirchner, Alejandro Toledo dio de bruces contra la realidad. La cruel realidad, digamos: por huelgas, disturbios y carreteras bloqueadas debió apelar por segunda vez en su presidencia, iniciada en julio de 2001, al estado de emergencia. La primera había sido por las protestas, o los cortocircuitos, de mediados del año pasado contra la privatización del sector eléctrico en el sur de Perú. En mente tenía Toledo el estado de emergencia desde el lunes, al parecer, mientras apuraba el desayuno, temprano y rápido, casi en silencio, con el canciller Allan Wagner en el bar del hotel de Buenos Aires en el que estaban alojados. Mejor no le había ido con la privatización del sector eléctrico al presidente de México, Vicente Fox, convengamos. Con reacciones, también. O neoparlamentarismo, según el presidente de Bolivia, Gonzalo Sánchez de Lozada. Con la sangre en el ojo, en su (leer más)

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Política

El porvenir de mi pasado

Bush no disimula su disposición con los que apoyaron a la coalición y su malestar con los que reprobaron la guerra En ese momento, dramático, la consejera de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, recordó que los hombres del viejo Bush habían resuelto con excesiva rapidez la guerra de 1991. Entre ellos, el vicepresidente Dick Cheney, entonces secretario de Defensa, y el secretario de Estado, Colin Powell, entonces jefe del Estado Mayor Conjunto, empeñados en cumplir con la resolución de las Naciones Unidas: expulsar a las tropas iraquíes de Kuwait. Y ya. Sobre todo, en vísperas de elecciones. Nada de ir detrás de un ejército destrozado ni de destrozar a un gobierno extranjero. Que, según los partes de inteligencia, iba a caer por su propio peso. Como Galtieri después de Malvinas, llegaron a pensar. El primer Bush no resultó reelegido en 1992, empero. Y el rais, con sus cuatro dobles y sus siete vidas, superó los dos períodos de Clinton. Incluidos 650 bombardeos, y otros tantos misiles, como consecuencia de haber echado a los inspectores de armas (leer más)