No Picture
Política

Pero sigo siendo el rey

Francia, como antes en el Consejo de Seguridad, se muestra reticente a contribuir con tropas en un escenario indomable En algún ensayo refleja el historiador Paul Kennedy la sorpresa de una anciana en la plaza del mercado de Cambridge. ¡Madre mía!, exclama. Creía hasta el 12 de septiembre de 2002, un año y un día después de los atentados terroristas en los Estados Unidos, que las Naciones Unidas sólo servían para ayudar a los pobres de África. Con su precipitada declaración de guerra contra Irak, George W. Bush estaba iluminándola, subrayando ante la Asamblea General que era necesario exterminar dictadores, o plagas, como Saddam Hussein: ¿Las Naciones Unidas serán irrelevantes?, preguntó con tono de desafío. A los oídos de varios embajadores, entre ellos los latinoamericanos, el desafío con tono de pregunta de Bush no sonaba convincente. Ni se sostenía: Corea del Norte era más peligrosa que Irak por el desarrollo de su arsenal nuclear y Arabia Saudita estaba más cerca de Al-Qaeda, o de Osama ben Laden, que el régimen del tirano prófugo. Ningún otro, (leer más)

No Picture
Política

Polvo en el viento

Cenizas han quedado, otra vez, de los esfuerzos por la paz en Medio Oriente, región en la cual no ha reparado Bush Desde un helicóptero israelí partió un misil. Dio en el blanco: un coche, en la Franja de Gaza. Murieron Ismail Abu Shanab, uno de los líderes de Hamas, y dos de sus guardaespaldas. Era el fin de otra tregua precaria. Dos días antes, en Jerusalén, un terrorista suicida había liquidado a 20 israelíes. En represalia, al parecer, por el asesinato, en Hebrón, de Mohammad Sider, cabecilla de la Jihad Islámica. Y así sucesivamente, cual cuenta regresiva, hasta el 28 de septiembre de 2000. El día D. Del comienzo de la segunda intifada (sublevación palestina), en realidad. En un mes y monedas de otra tregua precaria, la hoja de ruta se destrazó, o se destrozó, a sí misma, recobrando, la violencia, sus círculos perversos entre los atentados terroristas en Israel y los asesinatos selectivos en Palestina. Sin más determinación política, después de la prueba de laboratorio con un primer ministro palestino aprobado por la (leer más)

No Picture
Política

Realmente no estoy tan solo

La Argentina, entre 12 países, es el único cuyos jóvenes no rechazan los valores que intentan exportar los norteamericanos Dos años y dos guerras después, George W. Bush no ha hallado respuesta para la pregunta clave: ¿por qué nos odian? La formuló el 21 de septiembre de 2001 frente a ambas cámaras del Capitolio en compañía de Tony Blair. Habían transcurrido apenas 10 días de los atentados. Es decir, el mundo aún estaba consternado por la tragedia. Pudo dirigirse a los árabes en esa ocasión: ¿por qué nos odian? Por las libertades de religión, de expresión y de elección, supuso (en ese orden). Como correlato de Irak, sin embargo, ha podido reformular la pregunta: ¿por qué nos odian los demás? Tampoco ha hallado respuesta, sino excusas circunstanciales: a los Estados Unidos les resulta sumamente difícil definir su interés nacional ante la ausencia del poderío soviético, según la consejera de seguridad nacional, Condoleezza Rice. ¿Por qué nos odian, pues? El Departamento de Estado contrató en su momento a Charlotte Beers, ex presidenta de agencias de publicidad (leer más)