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El peso del machismo

¿Está el mundo preparado para asociar el talento y el éxito con nombres femeninos? Lo duda la escritora, periodista y editora mexicana Alicia Quiñones, coordinadora del Programa Regional de las Américas de PEN Internacional, pero, durante una entrevista en el programa Cuarto de Hora, por CADAL TV, confiesa desde San Miguel de Allende, México, que tiene esperanzas. J. K. Rowling, autora de la saga Harry Potter, firmó con iniciales y omitió su nombre completo por consejo de sus editores: los varones se rehúsan a comprar y leer libros escritos por mujeres. La primera carta que recibió tras la aparición del volumen inicial en 1997 era de una niña británica que comenzaba diciendo: “Estimado señor”. La dejó pasmada. Eso ocurrió en el umbral del siglo XXI. No en el siglo XIX, cuando Aurore Dupin, musa del ilustre músico Frédéric Chopin y amante de los escritores Alejandro Dumas y Gustave Flaubert, usaba ropa de hombre, fumaba cigarros y firmaba sus libros con el seudónimo masculino ​George Sand. ¿Existe hoy equidad de género para las escritoras, muchas de (leer más)

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La verdad y la mentira en Nicaragua

En 2021, la democracia trastabilló en Nicaragua. La crisis política y social que se inició en 2018 había animado a varios grupos de oposición a aliarse para competir en las presidenciales contra el régimen de Daniel Ortega y su mujer, la vicepresidenta Rosario Murillo. Después de superar desacuerdos, muchos opositores se postularon como candidatos, pero la represión frustró sus intentos. Los Ortega consumaron la farsa electoral. Fue una victoria sin atenuantes ni adversarios. No porque no hubiera candidatos opositores, sino porque «todos los posibles competidores de Ortega fueron encarcelados como traidores a la patria», dice desde el exilio el periodista Octavio Enríquez, del diario digital Confidencial, en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. La mayoría terminó presa e inhibida antes de las presidenciales con el pretexto de “realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación”. En Nicaragua, “hay una dictadura con todas las letras que impide la libertad de pensamiento y mantiene a 177 presos políticos», señala Enríquez. Entre ellos, más de 100 periodistas. Las violaciones de los derechos humanos (leer más)

Sociedad

El miedo a la libertad

En varios países, las coaliciones de gobierno y de oposición se han deglutido a los partidos tradicionales. La ausencia del bipartidismo, animada en ocasiones por algún tercer partido en discordia, ha creado un vacío que las coaliciones de gobierno y de oposición insisten en llenar con periodistas y medios de comunicación por miedo. Por miedo a la libertad, como supo llamarlo Erich Fromm. Esa confusión de roles avivó la añeja obsesión de encasillarlos en la izquierda, la derecha o la conspiración, según sus intereses, sin reparar en que un gobierno sin periodistas que van contra la corriente, metáfora del afán totalitario, termina siendo pernicioso para la sociedad. Thomas Jefferson, tercer presidente de Estados Unidos entre 1801 y 1809, prefería periódicos sin un gobierno antes que un gobierno sin periódicos. No defendía los mentados “intereses mediáticos”, sino un pilar de la democracia. Durante la dura campaña tras la cual ganó las elecciones, a comienzos del siglo XIX, los periódicos ventilaron sus enredos con una esclava mulata. Tuvo con ella un hijo que no reconoció. “Deploro el (leer más)

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“Putin es una amenaza gigantesca”

Los acordes de la guerra vuelven a sonar. Esta vez, en Ucrania, cuyo himno nacional interpreta el violinista y compositor cubano Luis Alberto «Tito» Mariño. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, cumplió con su amenaza de invadir Ucrania, desmentida una y mil veces antes de ordenar los ataques. Europa, al acecho de la versión rusa del TEG, enfrenta la primera ocupación militar de uno de sus países desde la Segunda Guerra Mundial. “Putin es una amenaza gigantesca para el mundo democrático y para el derecho internacional”, dice Eduardo Viola, profesor de relaciones internacionales de la Fundación Getulio Vargas y del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de San Pablo, y consejero académico de CADAL, en Cuarto de Hora. Y agrega: “El riesgo de una guerra mundial y nuclear es altísimo porque Putin es mucho más peligroso que los líderes soviéticos”. Estados Unidos y los otros miembros la OTAN respondieron a la agresión de Putin con una batería de medidas económicas. Sus soldados no ingresarán en Ucrania, país que no integra la alianza atlántica. El (leer más)

Actualidad

La farsa electoral de Nicaragua

Finalmente, el gobierno de Daniel Ortega y de su mujer, la vicepresidenta Rosario Murillo, consumó la farsa electoral en Nicaragua. Una victoria sin atenuantes ni adversarios. No porque no hubiera candidatos opositores, sino porque la mayoría terminó presa e inhibida antes de las presidenciales con el pretexto de “realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía y la autodeterminación”. Argucia hecha ley por la Asamblea Nacional a finales de 2020, de modo de aceitarle el terreno a Ortega para su quinto mandato, el cuarto consecutivo. La oposición quedó bloqueada como en las anteriores, las de 2016. Entonces, por la Corte Suprema. Esta vez, el mejor discípulo de la dinastía Somoza, a la cual derrocó al frente de la Revolución Sandinista de 1979, apeló a otro poder, el Legislativo. En la norma de título pomposo y apenas dos artículos, Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, Soberanía y Autodeterminación para la Paz, estampó su firma la diputada Loria Dixon Brautigam, primera secretaria de la Asamblea Nacional. Una excusa para iniciar la razzia (leer más)

Actualidad

La democracia pandémica

¿Es culpa de los representantes o de los representados? En esa encerrona está la democracia latinoamericana. Los síntomas de malestar de 2019, con estallidos sociales en diversas latitudes, se vieron agravados por las erráticas gestiones gubernamentales de la pandemia. Cuando tocan elecciones, la ciudadanía tilda de incompetentes a los políticos. Y los políticos, frente a un eventual resultado adverso, sospechan de algún grado de irracionalidad en la ciudadanía. La excusa de los derrotados: casi todos los gobiernos mordieron el polvo en este larguísimo año y tres cuartos de confinamientos, mascarillas y vacunas. ¿Casi todos? No tantos como parece. La oposición más poderosa convive en el seno de las coaliciones, formadas, a veces, por partidos que no comulgan entre sí. Lo cual complica las cosas. Primero hacia dentro: cómo armonizar el discurso. Después hacia fuera: cómo convencer a un electorado no cautivo, presa de las zozobras económicas y, en términos políticos y psicológicos, quemado. Literalmente, quemado. Las elecciones, postergadas en algunos países por la crisis sanitaria, no despiertan el entusiasmo deseado, sino apenas una tímida esperanza (leer más)

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El desapego de los derechos humanos

El apoyo de Argentina a la troika de las tiranías, Cuba, Nicaragua y Venezuela, no sólo deja entrever la afinidad ideológica, quizá como modelo de los atropellos en la provincia de Formosa denunciados por la alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, sino también la injerencia de Rusia y China, soportes económicos de esos regímenes. “Nos falta diálogo”, evalúa Jorge Faurie, exministro de Relaciones Exteriores y precandidato a diputado nacional, porque “Argentina no quiere vínculos con el mundo”. La política exterior argentina, agrega, “no tiene capacidad de adaptación a un mundo que está cambiando”. El gobierno de Alberto Fernández declama la supuesta defensa de los derechos humanos sin intromisión en los asuntos internos de otros países. De ese pilar, el de los derechos humanos, se apropió la coalición de gobierno como si sus dirigentes y sus militantes hubieran sentado en el banquillo a las juntas militares. Mérito de Raúl Alfonsín, en todo caso. No de Néstor Kirchner por haber descolgado el cuadro de Jorge Rafael Videla en el Colegio Militar de (leer más)

Actualidad

Lo peor de cada casa

El legislador demócrata Tip O’Neill, presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, acuñó una frase que terminó siendo el título de un libro de su autoría y una regla de la política norteamericana: All Politics Is Local (Toda política es local). Tan local es la política que define no sólo el interés nacional, sino también la proyección internacional. En Argentina, donde efectivamente toda política es local, las decisiones y los pronunciamientos del presidente Alberto Fernández parecen estar dirigidos al núcleo duro de su coalición de gobierno en desmedro, en ocasiones, de países clave para resolver problemas crónicos, como la deuda externa. La bandera de los derechos humanos, cual moneda de cambio, flamea según la dirección del viento. La abstención en la Organización de los Estados Americanos (OEA) frente a la resolución de condena del régimen autocrático de Daniel Ortega, en Nicaragua, echa luz sobre la dimensión de la política local. Pudo tratarse de una maniobra política con el guiño del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para incomodar al secretario general de (leer más)

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Dar para recibir

Dar no es solamente dar, sino también hacer mérito para recibir. En el caso de Argentina, con su errática y, a veces, exasperante política exterior, una alternativa sería esa: dar para recibir, señala el embajador Fernando Petrella, exsecretario de Relaciones Exteriores y exrepresentante ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre otros cargos diplomáticos. Argentina podría atender campos de refugiados en Medio Oriente, por ejemplo, de modo de mostrar su buena voluntad, pero, apunta Petrella, “hay una posición muy definida del gobierno argentino actual para darle un mensaje al frente interno, diciéndole que estos son nuestros valores, y un mensaje al mundo que no refleja los valores del liberalismo occidental, de donde ha venido nuestra fisonomía cultural”. La clave radica en que el gobierno argentino no tiene una sola palabra, sino dos: una responde al núcleo duro de la coalición y la otra pretende mostrarse moderada Se trata de un país que espera ayuda de Estados Unidos y Europa, entre otros, para negociar su deuda externa, pero se desentiende de una causa de la (leer más)

Actualidad

El asedio a la prensa en Nicaragua

Los periodistas abajo firmantes expresamos abiertamente nuestra preocupación e indignación ante el proceso de despojo de dos derechos elementales, del cual son víctimas los ciudadanos de Nicaragua: la libertad de expresión y el acceso oportuno a una información veraz e independiente. Desde el inicio de las protestas cívicas, en abril de 2018, el gobierno en manos de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha ejercido una represión sistemática contra las voces disidentes, particularmente contra los medios de comunicación que no tienen bajo su control, hasta llegar a la confiscación de instalaciones donde operaban medios independientes. En estos días y sin orden judicial, ese gobierno consumó la usurpación ilegal de las oficinas de los medios Confidencial y 100% Noticias, e inauguró en ellas dependencias de fachada del Ministerio de Salud. Estos hechos constituyen los más recientes ataques contra el periodismo y son parte de una estrategia de agresión sistemática y abierta desde el inicio de la actual crisis, en abril de 2018, cuando grupos paramilitares afines al gobierno iniciaron ataques directos contra periodistas, documentalistas y reporteros gráficos (leer más)

Política

¿Naciones Unidas?

En secreto, como si estuviera en falta, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, asumió su sexto mandato. Juró «servir al pueblo de la República de Bielorrusia, respetar y proteger los derechos y libertades de las personas y los ciudadanos». Una ironía, casi, después de 26 años en el cargo y de la brutal represión de las protestas tras las elecciones del 9 de agosto. Quizá como el primer golpe de Estado durante la pandemia. El de Mali, apoyado por la población tras dos meses de concentraciones multitudinarias contra el régimen de Ibrahim Bouabakar Keita, alias IBK. ¿Naciones Unidas? Naciones Unidas expresó su “gran preocupación por las denuncias de tortura y otros tratos crueles e inhumanos a las personas detenidas” en Bielorrusia, cuyo gobierno no ha sido reconocido por la Unión Europea, y abogar por la paz en Mali, África. ¿Qué más podía hacer frente al atropello del régimen de Lukashenko después de renovar su mandato en elecciones no supervisadas por ningún organismo internacional bajo el padrinazgo de Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad con (leer más)

Política

El bumerán de la negación

La negación tiene un precio. El de exponerse a padecer aquello que uno no quiere o no puede admitir. En Brasil, el coronavirus mató a más de 65.000 personas. Su presidente, Jair Bolsonaro, desdeñó desde el comienzo el impacto devastador de la pandemia. Una gripezinha. Un resfriadinho. Algo peor que, en plan de no sembrar pánico y de promover el contagio controlado para lograr la llamada inmunidad del rebaño, llevó a “lidiar con un escenario” comparado con la muerte de Stalin al primer ministro británico, Boris Johnson, según sus propias palabras, o al confinamiento forzoso del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, otro autócrata. El bumerán de la negación golpeó la quijada de Bolsonaro. Le dio positivo el test. Nada que temer, dejó entrever, gracias a la hidroxicloroquina. Un antipalúdico descartado después de varios ensayos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Donald Trump dejó de tomarlo. La receta de Bolsonaro, sin pruebas científicas, supuso la renuncia de dos ministros de Salud en menos de un mes, los médicos Henrique Mandetta y Nelson Teich, (leer más)

Política

Los nuevos indignados

Un año después, los chalecos amarillos siguen movilizándose cada sábado en Francia. Las protestas contra el aumento del precio del combustible pasaron a ser contra las políticas del presidente Emmanuel Macron. Le torcieron el brazo. De menor a mayor, como ocurrió en otras latitudes, una crisis destapó la olla de otra. La de la gobernabilidad en un planeta que gira a varias velocidades al mismo tiempo en función del cabreo de las sociedades. No sólo por razones económicas, sino también en demanda de libertades y de reformas o en contra de la corrupción, del fraude y de la desigualdad. Los nuevos indignados brotan como hongos. La fisura social y política dista de aquella que comenzó en 2008. El gobierno británico vaticinaba un año antes de la crisis hipotecaria de los Estados Unidos una mayor “tensión e inestabilidad tanto en las sociedades como entre ellas”. Eso iba a dar “lugar a expresiones de malestar, como el desorden, la violencia, la criminalidad, el terrorismo y la insurgencia”. Acertó. En 2011 estalló la frustrada Primavera Árabe y aparecieron (leer más)

Política

Fraude, golpe y viceversa

Floja de papeles, con apenas un tercio de aprobación legislativa, la senadora opositora Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta de Bolivia tras la renuncia de Evo Morales y de su plana mayor. En tiempos de convulsión global, con Chile en llamas, Ecuador en suspenso, Panamá en vilo y Haití en caos, entre otros desbordes, el apuro por llenar el vacío de poder llevó a Áñez, vicepresidenta segunda del Senado, a asumir en forma interina el gobierno con una legitimidad dudosa. Acaso como la de la vicepresidenta de Perú, Mercedes Aráoz, tras la decisión del Congreso de suspender al presidente, Martín Vizcarra, resuelto a disolverlo. Aráoz duró menos de 24 horas en el cargo. En el caso de Bolivia, como en el de Venezuela cuando Juan Guaidó se autoproclamó presidente encargado, el gobierno de Estados Unidos, al igual que el de Brasil y pocos más, se apresuró a reconocer a Áñez como presidenta. Morales, asilado en México tras las irregularidades con tono de fraude en las elecciones del 20 de octubre denunciadas por la Organización de los (leer más)

Política

La pelea de fondo en Venezuela

Cuando Donald Trump dio luz verde a la aplicación del título III de la ley Helms-Burton contra Cuba supo que el tiro iba a dar en la frente de Venezuela y de Nicaragua, sostenes del régimen comunista, más allá de los reclamos de la Unión Europea, Canadá, Reino Unido, Japón, Rusia y China por las compañías que operan en la isla. Era parte del plan contra la «troika de la tiranía», como la definió John Bolton, asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, antes de que el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, liberara con militares disidentes a Leopoldo López, el preso político que lidera Voluntad Popular, su partido, y recobrara bríos contra el régimen de Nicolás Maduro. Trump mantiene viva la opción militar contra Venezuela a contramano de sus aliados, entre los cuales se encuentra el Grupo de Lima. El presidente de Colombia, Iván Duque, cuyo país ha recibido la mayor parte de la diáspora venezolana, debió advertirle al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, que nadie le dicta qué debe (leer más)