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En tiempo récord, apenas ocho días, Donald Trump concretó su último gran proyecto inmobiliario. Se trata de un enorme complejo construido en una pista aérea abandonada dentro de la Reserva Nacional Big Cypress, cerca del Parque Nacional de los Everglades, en Florida. Tiene capacidad para 3.000 personas. Está rodeado de 8.500 metros de alambre de púas. Cuenta con 200 cámaras de seguridad. Lo vigilan 400 guardias. Pronto, si todo marcha según sus planes, podrá albergar a 2.000 personas más. Nada que envidiarle a Guantánamo, en Cuba, o al Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), de su amigo Nayib Bukele.
En los humedales que rodean el Alligator Alcatraz, construido gracias a los buenos oficios del gobernador de Florida, Ron DeSantis, caimanes de hasta cuatro metros de longitud conviven en los pantanos con serpientes, mosquitos y otras alimañas. Trump bromeó durante la inauguración: “Les vamos a enseñar cómo huir de un caimán si escapan de la prisión. No corran en línea recta. Corran así –dijo, moviendo la cadera–. ¿Y saben qué? Sus posibilidades aumentan alrededor de un uno por ciento”. Les hablaba en forma elíptica a los inmigrantes indocumentados, pasibles de ser trasladados a esa jungla de tormentas, inundaciones y huracanes antes de ser deportados de Estados Unidos.
Solo faltó, cual burla, la canción See You Later, Alligator, de Bobby Charles, popular en los años cincuenta de la mano de Bill Haley and His Comets. Música de fondo del drama que supone para los inmigrantes el regreso a los infiernos de los cuales salieron o escaparon para abrazar el llamado sueño americano. En ello reside la contradicción del lema Make America Great Again (MAGA). ¿Quiénes hicieron grande a Estados Unidos? Dejó dicho Albert Einstein: «El mundo es un lugar peligroso para vivir; no por la gente malvada, sino por las personas que no hacen nada al respecto».
Einstein, premio Nobel de Física en 1921, había nacido en Alemania y, después de pasar por Italia, Suiza, Austria y Bélgica, obtuvo la ciudadanía norteamericana. Fue uno de los inmigrantes que contribuyeron con aciertos, como la teoría de la relatividad, y horrores, como la bomba atómica, a la grandeza que declama Trump, hijo y nieto de extranjeros casado con una eslovena. Su visión sesgada se vio reforzada con la sanción del megaproyecto de ley presupuestaria en el Congreso, con mayoría de número republicana.
Un bochorno. O, acaso, un espejo de la condición humana, capaz de mofarse de la desgracia ajena en virtud de la ceguera ideológica, mucho peor que la biológica
La Ley Grande y Hermosa (Big Beautiful Bill Act), aprobada por escaso margen en la Cámara de Representantes después del voto favorable en el Senado a pesar de los sarpullidos de Elon Musk, ex ladero de Trump, refleja la división latente no solo en la política, sino también en la sociedad. Contempla 45.000 millones de dólares para construir un centro de detención de inmigrantes con 100.000 camas; 46.500 millones para continuar el muro que separa a Estados Unidos de México, y otros tantos millones de dólares para contratar a 10.000 agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
En Alligator Alcatraz, “los menores deberán estar separados de los adultos no emparentados en todo momento durante el transporte y sentados en un área cercana a los oficiales y bajo estrecha supervisión”, dice el reglamento. También indica que los inmigrantes podrán permanecer allí durante días, semanas o meses. Tendrán acceso a atención médica, aire acondicionado, patio de recreo y apoyo de religiosos. Lo presentan como si fuera el vecino Disney World Resort mientras los republicanos venden camisetas, gorras, tazas y pelotas de golf con la figura de un caimán y de una pitón.
Un bochorno. O, acaso, un espejo de la condición humana, capaz de mofarse de la desgracia ajena en virtud de la ceguera ideológica, mucho peor que la biológica. La humillación a los inmigrantes, idóneos para los trabajos que los nativos desprecian, incumbe también a las tribus originarias que consideran sagradas esas tierras. La táctica del miedo cala hondo entre los desafortunados, denigrados o señalados por sus propios compatriotas por estar flojos de papeles. Quizá como Melania, la esposa de Trump: cobró 20.000 dólares como modelo antes de obtener su permiso de trabajo. See you later, alligator.
https://marcelafittipaldi.com.ar/2025/07/see-you-later-alligator-por-jorge-elias/
https://reporteasia.com/opinion/2025/07/07/see-you-later-alligator/