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En 2008 hubo en América latina al menos 4.400.000 interrupciones de embarazos, de las cuales el 95 por ciento habría sido realizada en forma clandestina y en condiciones inseguras
Un misil no puede derribar a un mosquito, pero el gobierno de Brasil sacó a la calle a todos los efectivos del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina, independientemente de su rango, para librar la madre de todas las batallas contra el Aedes aegypti, portador del virus del dengue, de la chikunguña y del zika. De esa magnitud es la guerra contra un enemigo minúsculo cuyas larvas, más pequeñas que un grano de arroz, amenazan con propagarse “de manera explosiva” en el continente americano, como advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El zika, en particular, crea pánico. Provoca microcefalia, malformación fetal. Padecen el virus más de 20 países de la región, según la OMS. Eso dispara otro debate. En 2008 hubo en América latina al menos 4.400.000 interrupciones de embarazos, de las cuales el 95 por ciento habría sido realizada en forma clandestina y en condiciones inseguras, según el Instituto Guttmacher, de los Estados Unidos. ¿Qué pasa en los países que penalizan el aborto, tema tabú en muchos de ellos? Las convicciones religiosas tropiezan con los peligros de que el bebé nazca con la cabeza más pequeña de lo normal y con una expectativa de vida breve.
En Brasil y Colombia, los principales afectados por el zika, la ley prevé en forma tímida la legalidad del aborto en caso de malformaciones cerebrales del feto. No ocurre lo mismo en Argentina (con medio millón por año, todos ilegales), Chile y Paraguay, entre otros. La clandestinidad pone en riesgo la vida de la embarazada en países en los cuales la interrupción del embarazo, incluso por violación, está prohibida, como Paraguay. Contra la enfermedad no hay vacunas ni tratamientos, como sucedía con el ébola en 2014. La mejor forma de prevenirla es protegerse de los mosquitos, capaces de incubarse en las hojas húmedas de una planta.
Los gobiernos de Colombia, Ecuador y El Salvador, entre otros, han recomendado a las mujeres que no queden embarazadas. Otros han lanzado el mismo mensaje a parejas que viajen a los países en peligro. El diario Folha de S. Paulo avisa en un editorial: «La legislación ya lleva tres cuartos de siglo. Parece justo, además, que se someta el cambio a plebiscito o referéndum, dado su carácter controvertido”. Tan controvertido que una circunstancia imprevista sacude a una sociedad atribulada por la corrupción, la crisis y otras desgracias. Sólo en Brasil, más de 4.000 niños pudieron haber nacido con microcefalia en menos de un año.
Twitter @JorgeEliasInter y @elinterin
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