La última tentación de Castro
En la mirada de Elián parece cobrar vida una observación del principito: «Las personas mayores nunca pueden comprender algo por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles explicaciones una y otra vez». Parece cobrar vida, también, una observación del piloto después de haberse visto obligado a aterrizar de emergencia: «Estaba más aislado que un náufrago en una balsa en medio del océano». Estaba en medio del desierto, en realidad. Elián González está ahora en medio del desierto, o del océano, mientras los mayores, impiadosos, usan su nombre de pila con tal de sacar rédito de una causa política que lleva más de cuatro décadas: el régimen de Fidel Castro, embargado. Nombre raro Elián. Original, por cierto. Pero raro. Combinación imperfecta de Elizabet y de Juan. Tres letras de la madre, dos del padre y, cual signo de identidad, un acento indiscreto, latino. Nombre raro de un chico raro en un mundo raro en el cual, rareza al fin, soporta el asedio de los mayores, como el principito, después de haber (leer más)