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Economía

Campo travieso

El Estado, visto como la solución tras los noventa, volvió a ser parte del problema A un campesino mexicano se le atribuye haber vaticinado, tras la declaración de la independencia de su país, que poco y nada iba a cambiar. La independencia de México era, para él, “otro cura en una mula diferente”. El cura representaba a la clase dirigente; la mula, al sistema de gobierno. La defensa del sistema de gobierno, si de la democracia se trataba, requería sustituir al cura. Esa aspiración se centra dos siglos después en sustituir a la clase dirigente. “Que se vayan todos es un lema que vale para la región completa”, concluye la versión 2007 del informe Latinobarómetro. La efervescencia social en América latina, traducida en reclamos sectoriales por promesas no cumplidas o por plegarias no atendidas, refleja una profunda debilidad de los partidos políticos. E incluso, como sucedió en la Argentina durante las protestas del campo por la imposición de retenciones móviles a la soja, en la autonomía de las bases respecto de los líderes. Esto coincide, (leer más)

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Política

La ley del más fuerte

Es más fácil, rápido y redituable, para muchos, ingresar en el mundo del delito que abrirse camino con un empleo formal En Inspección Los Pozos, caserío perdido en la pegajosa selva del sur de Colombia, Martha González esperaba, ansiosa, su día libre semanal para bailar vallenato. Tenía 25 años en 2000. Tenía 25 años y un novio (estaba asociada, en su léxico). Había pasado más de la mitad de su vida en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Se ufanaba de “ser guerrillera”. No se imaginaba con otra ropa que no fuera el uniforme. Su historia no sonaba descabellada. El ejército había matado a su padre cuando ella era adolescente. Debía optar entre acatar las órdenes de Tirofijo o rezar por la cosecha. El fusil R-15, cruzado sobre una mesa endeble, respondía por sí mismo y partía nuestro diálogo en dos. En esa disyuntiva se ven no pocos adolescentes de zonas marginales en América latina. En Paraguay, uno de cada siete chicos de 10 a 17 años no va al colegio y nueve de (leer más)

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Política

Hagamos un trato

Cómo negocian los gobiernos democráticos con grupos insurgentes que no deponen las armas ni se avienen al diálogo En 2002, el Comité de Relaciones Exteriores del Congreso de los Estados Unidos concluyó que las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tenían vínculos con el grupo separatista vasco ETA y su símil irlandés IRA. Habían sido capturados en Bogotá, el año anterior, tres miembros del IRA que asesoraban a las FARC en la zona de distensión cedida por el entonces presidente Andrés Pastrana para las negociaciones de paz. Colaboraban con las FARC, también, expertos cubanos e iraníes en terrorismo urbano. En ello había demostrado macabra eficacia ETA, ligada, a su vez, a la mafia rusa por el intercambio de armas por drogas. ¿Importaba que las FARC fueran primas de ETA y el IRA, hermanas de la mafia rusa, cuñadas de los brazos armados de Hamas o Hezbollah, viudas de la revolución bolchevique y padres de la delincuencia común? En ese año, uno después de la voladura de las Torres Gemelas, los congresistas norteamericanos estaban más sensibles (leer más)

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Política

Toco y me voy

Por unos días, la región quedó presa de una falsa opción entre la impotencia de uno y la competencia del otro En vísperas de la gira de George W. Bush por la región, Tabaré Vázquez y Luiz Inacio Lula da Silva se reunieron en la estancia presidencial de Anchorena, en las afueras de Colonia. Firmaron convenios de cooperación; sonrieron para la foto. Luego echaron migas a la prensa con los reclamos del gobierno uruguayo, compartidos con el paraguayo, por las asimetrías del Mercosur. Es decir, por la poca atención que los socios grandes prestan a los socios chicos. Nada nuevo bajo el sol. Ambos expusieron su parecer y, con ello, procuraron demostrar que habían afianzado el bloque. ¿De qué habían hablado? De la inminente visita de Bush a sus respectivos países. Si no, la reunión en sí, con el despliegue y el gasto que implica, no hubiera sido más que una formalidad. Con la demorada visita, Lula quiso pagarle a Tabaré Vázquez una deuda de ausencias. En la XVI Cumbre Iberoamericana, realizada en noviembre de (leer más)

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Política

Hágase tu voluntad

El factor religioso cobró vigor en las crisis internacionales, así como en los conflictos internos de algunos países Más que hiriente u ocurrente, Hugo Chávez quiso ser estridente. No en vano, en la Asamblea General de las Naciones Unidas, atribuyó un nuevo mote a George W. Bush. Diablo lo llamó. Y dijo que olía a azufre en ese sitio, en donde había estado un día antes. ¿Qué mensaje encubría esa agresión, capaz de desatar carcajadas en delegaciones diplomáticas aparentemente no familiarizadas con su léxico de barricada? Encubría una venganza: no te perdonaré que hayas estado detrás del golpe cívico-militar por el cual quedé fuera de juego durante un par de días en abril de 2002. Y encubría, también, una advertencia: tu país puede paralizarse si mi amigo Mahmoud Ahmadinejad y yo dejamos de proveerte petróleo. Entre la venganza y la advertencia, la agresión encubría, a su vez, un mensaje más profundo: en el país cuya moneda lleva el lema In God We Trust (Confiamos en Dios) desde 1864 y cuyos políticos contemporáneos, sea Bush, sea (leer más)

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Política

Solos en la madrugada

Lula marcha hacia la reelección, lo cual favorece algunos intereses, pero, a su vez, sienta precedente sobre la corrupción En otro tiempo, el fenomenal escándalo de corrupción en el cual quedó envuelto en Partido de los Trabajadores (PT) hubiera arrasado con la furia de un tsunami la estantería gubernamental de Brasil. En la intimidad, Luiz Inacio Lula da Silva temió en más de una ocasión la posibilidad de ser sepultado por el lodo de las denuncias lanzadas desde mayo de 2005 por el diputado Roberto Jefferson sobre el mercadeo de cargos, la transferencia de recursos federales a caciques parroquiales y la financiación de campañas con fondos no declarados (provenientes de la caixa dois). Superó el trance, sin embargo. Y resultó ileso. Fortalecido, incluso. A punto de ser reelegido, Lula sorteó el mayor escándalo de corrupción de la historia moderna. ¿Su fórmula? Tomó distancia, desde un primer momento, tanto de las imputaciones como de su partido, fundado por él mismo en 1980. Y dejó que rodaran algunas cabezas, como la de su secretario privado, José Dirceu, (leer más)

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Política

Se dobla, pero no se rompe

Más allá del acercamiento de Vázquez a Bush, los otros países no renunciaron al bloque por sus acuerdos con los EE.UU. En rigor, Hugo Chávez nunca perdonará a George W. Bush. Sobre todo, desde que denunció que había estado detrás del efímero golpe de Estado de abril de 2002, razón del silencio norteamericano frente a la condena de la Organización de los Estados Americanos (OEA), y que, en realidad, había pretendido deshacerse de él. Liquidarlo. Frente a ello, el primer embajador de los Estados Unidos en Caracas de la era bolivariana, John Maisto, propuso una fórmula conciliadora: reparen en sus manos, no en su boca; es decir, no juzguen sus palabras, sino sus acciones. Era la única forma de evitar que la confrontación pasara a mayores. El entonces secretario de Estado, Colin Powell, no creía en ello: entendía que la democracia perdía su esencia cuando un líder elegido por el pueblo usaba métodos cercanos a la autocracia. De ahí, su renuencia a aplicar la fórmula de Maisto y su rechazo a admitir la resaca de (leer más)

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Política

Suicidio en defensa propia

Problemas entre los hermanos «mayores» y los «menores» Por apenas un mes de diferencia, Luiz Inacio Lula da Silva no coincidió con Néstor Kirchner en una visita a China. Viajaron en mayo y en junio de 2004, respectivamente. En mayo de ese año viajó a China, también, el presidente de Paraguay, Nicanor Duarte Frutos. Si Jorge Batlle, aún presidente de Uruguay, hubiera ido, el anfitrión, Ju Hintao, habría tenido una postal completa del Mercosur. Debió armar un rompecabezas, empero. O atender por separado a cada uno de ellos, socios de un club, a veces prenda de hermandad, a veces factor de desunión, con más predicamento en el vecindario que fuera de él. ¿Era una locura que viajaran los cuatro juntos (Batlle incluido) o que, al menos, Brasil y la Argentina, orgullosos en apariencia de una remozada alianza estratégica signada por la presunta afinidad ideológica entre Lula y Kirchner, aterrizaran en el mismo avión en el país que, con su apertura comercial y sus compras de materias primas, iba a ser vital para la recuperación económica (leer más)

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Política

El beso del diablo

Vanos fueron los cabildeos de Lagos y Fox por sus respectivos candidatos, mientras Bush sólo quería oponerse a Chávez En febrero, mientras promediaba una reunión de George W. Bush con la cúpula de la alianza atlántica (OTAN) en Bruselas, José Luis Rodríguez Zapatero procuró entibiar una relación fría, distante, marcada por el retiro de las tropas españolas de Irak. El encuentro, de menos de 10 segundos, se limitó a cuatro palabras del presidente norteamericano en abrupto castellano: «Hola, ¿qué tal, amigo?». Una respuesta de circunstancia: «Bien, ¿y tú?», presumo. Y un sucinto apretón de manos, señal de despedida. ¿O de desconfianza? El retiro de las tropas españolas de Irak era el correlato de los atentados de Atocha, primero, y de la victoria electoral de Zapatero, después, en un país que, como la mayoría de los occidentales, volcó su simpatía hacia los Estados Unidos por la voladura de las Torres Gemelas y su antipatía hacia Bush por la guerra contra Saddam Hussein. La cooperación mutua salió ilesa, sin embargo: los soldados españoles no se movieron de (leer más)

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Política

Presuntos implicados

Legisladores norteamericanos denunciaron supuestos contactos entre la red terrorista y pandilleros centroamericanos Tienen tatuajes por doquier. En la calva, en la frente, en las mejillas, en el cuello, en el torso, en la espalda o en los brazos. En zonas visibles, sobre todo, de modo de no disimular su identidad. Su pertenencia a la mara a la usanza centroamericana, o la banda a la usanza mexicana, o la pandilla a la usanza norteamericana. Un factor de poder en el barrio, seudónimo de la zona marginal en la cual imponen su ley a falta de otra ley que no sea el rencor. Y a falta de otros recursos que no sean el tráfico de drogas y de armas, la prostitución, el robo y, a veces, la violación, el secuestro y el asesinato. Tres congresistas demócratas de Texas, en la frontera con México, denunciaron supuestos contactos de Al-Qaeda con cabecillas de maras. La prensa norteamericana, a su vez, consignó que el jefe de células de la red, Adnan Shukirjumah, de origen saudita, estuvo en Honduras con la (leer más)

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Política

El sabor del Encuentro

La ruptura del bipartidismo tradicional no data del referéndum del domingo, sino de los últimos comicios presidenciales En las democracias europeas, la derecha y la izquierda tienen identidades definidas, o perfiladas, desde la caída del Muro de Berlín. En ellas, la derecha libra las decisiones a la lógica de los factores de poder y rechaza las intervenciones estatales; la izquierda, a su vez, libra las decisiones a los reclamos de los actores sociales, rehusándose a aceptar la lógica de los factores de poder, y promueve, desde el Estado, la justicia y la igualdad. ¿En qué disienten la derecha y la izquierda frente a estos trazos (gruesos, desde luego)? En leyes migratorias, a veces; laborales, otras; impositivas, otras. ¿En qué más? Sobre todo, en el molde sobre el cual pretenden construir la Unión Europea, procurando una cuota de equilibrio social frente a la apertura de las economías. La discusión no pasa por la inclinación hacia un proyecto o el otro, sino por la búsqueda de ese equilibrio frente a un espectador, o un socio con participación (leer más)

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Política

No seré feliz, pero tengo democracia

La mayoría desconfía de los políticos y no está satisfecha con la economía de mercado, según el sondeo Latinobarómetro Confío más en los bomberos que en mis compañeros de trabajo o de estudio, mi vecina, la telefonista de la central de informaciones, un burócrata municipal, un pariente lejano que nunca he visto antes o una persona que conozco en forma ocasional. Confiaría más en las instituciones si trataran a todos por igual, cumplieran con sus obligaciones, admitieran errores, prestaran servicios acordes con mis necesidades, fueran fiscalizadas, respondieran a mis inquietudes y se interesaran en mis opiniones. La confianza, rasgo más común en las sociedades abiertas que en las tradicionales, ha bajado en 17 países de América latina entre 1996 y 2003, según la encuesta anual Latinobarómetro. Así como ha bajado, en igual período, el peso de la democracia por no haber logrado reducir en forma significativa los índices de desigualdad económica, política y social. Y han bajado, también, las calificaciones de la Iglesia, de la televisión (principal fuente de información en la región) y de (leer más)

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Política

¿Qué tú sabes de democracia?

En uno de los momentos más duros de su régimen, Castro es, curiosamente, vitoreado en el exterior como si fuera un héroe En 44 años de gobierno, Fidel Castro ha sobrevivido a 10 presidentes de los Estados Unidos, empezando por Eisenhower. Lapso en el cual ha sido asesinado uno, Kennedy; malogrado otro, Nixon, y reincidentes otros, Reagan y Clinton, entre otros que tampoco han podido con él. Ha sobrevivido, también, a la Guerra Fría, enrolado en el bando opuesto, y a las dictaduras militares, jugando a dos bandas. Y ha sobrevivido, a diferencia de Saddam, al segundo Bush, el hijo, enarbolando banderas con mástiles oxidados que casi todo el mundo ha arriado. Desde que rondaba los treinta, la edad mítica a la que otros han muerto, bajo las barbas de Castro pende una duda: ¿cómo deshacerse de él y, a la vez, cómo preservarlo? El otro día, el miércoles, cumplió 77 años. Y encontró en Chávez, su único incondicional, un oído presto para hablar de béisbol (Cuba le había ganado 3 a 1 a los (leer más)

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Política

Seamos idealistas: hagamos lo posible

El tercer mundo demostró que está lejos de aceptar el «intervencionismo benévolo» que plantean Blair, Clinton y compañía Promesas, no realidades, invocaba un graffiti latinoamericano. Las mismas, quizá, que han procurado evitar Lula, Ricardo Lagos y Néstor Kirchner. Marcados, más que todo, por realidades, no por promesas, en un contexto pendiente en forma casi exclusiva de la seguridad, o del interés nacional, de los Estados Unidos (están con nosotros o están contra nosotros, versión George W. Bush) en el cual lejos, lejísimo, parece haber quedado aquella cosa llamada utopía que Eduardo Galeno supo definir como una excusa para caminar: “Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá”. Después de tanto caminar, Lula, así como sus pares de la región, no llegó al poder, sino al gobierno. Y no armó una revolución; ganó una elección. ¿Dónde ha quedado la utopía, entonces? El realismo político no significa abandonar nuestros sueños, esgrimió en Gran Bretaña. Había estado poco antes con Bush en la Casa Blanca, (leer más)

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Política

La vergüenza de haber sido o el favor de ya no ser

Mientras Lula y Bush renuevan su agenda, la Argentina vislumbra su espacio en un escenario cada vez más complejo Si de piel se trata, nada más autóctono que Hugo Chávez, Alejandro Toledo y Lucio Gutiérrez. Si de cambios se trata, nada más radical que Vicente Fox, después de las siete décadas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en México, o Ricardo Lagos, después de los horrores de Pinochet en Chile. Si de perseverancia se trata, nada más monótono que Fidel Castro, en Cuba, o el Partido Colorado, en Paraguay. Si de excentricidades se trata, nada más elocuente que Abdalá Bucaram. Si de corrupción se trata, nada más emblemático que Alberto Fujimori (etcétera, etcétera, etcétera). Si de pragmatismo se trata, nada más flexible que el peronismo: de Carlos Menem a Néstor Kirchner. Hasta un presidente que habla mejor inglés que español tenemos, Gonzalo Sánchez de Lozada. Si de milagros se trata, sin embargo, nada más parecido a las mieles prodigadas por Bush a Lula. Recibido en la Casa Blanca, el viernes, con los honores de una reunión (leer más)