Toco y me voy
Por unos días, la región quedó presa de una falsa opción entre la impotencia de uno y la competencia del otro En vísperas de la gira de George W. Bush por la región, Tabaré Vázquez y Luiz Inacio Lula da Silva se reunieron en la estancia presidencial de Anchorena, en las afueras de Colonia. Firmaron convenios de cooperación; sonrieron para la foto. Luego echaron migas a la prensa con los reclamos del gobierno uruguayo, compartidos con el paraguayo, por las asimetrías del Mercosur. Es decir, por la poca atención que los socios grandes prestan a los socios chicos. Nada nuevo bajo el sol. Ambos expusieron su parecer y, con ello, procuraron demostrar que habían afianzado el bloque. ¿De qué habían hablado? De la inminente visita de Bush a sus respectivos países. Si no, la reunión en sí, con el despliegue y el gasto que implica, no hubiera sido más que una formalidad. Con la demorada visita, Lula quiso pagarle a Tabaré Vázquez una deuda de ausencias. En la XVI Cumbre Iberoamericana, realizada en noviembre de (leer más)