Una desgracia con suerte

Después del intento de asesinato del que se salvó de milagro, las acciones de Trump crecieron tanto en el campo político como en el financiero




Trump y Vance, la fórmula republicana
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Donald Trump es un tipo con suerte. No perdió la vida de milagro con el balazo que le rozó la oreja en el acto de Butler, Pensilvania. Zafó del juicio en el que era acusado de haberse llevado documentos confidenciales de la Casa Blanca a su residencia de Mar-a-Lago, Florida. Remató esos tres días de vértigo con su proclamación como candidato en la Convención Nacional Republicana, en Milwaukee, donde presentó a su compañero de fórmula, el senador J. D. Vance, de 39 años. La mitad de sus 78 en momentos en que la edad pasó ser un tema de campaña. Cual broche, las acciones de la red social Truth Social, de Trump Media & Technology Group, se dispararon.

El mercado suele ser predictivo. Intuye ahora una victoria de Trump en las presidenciales del 5 de noviembre. En las encuestas iba codo a codo con Joe Biden, desacreditado hasta por los demócratas después del debate como candidato a la reelección. La última de The Times/SAY24 arroja una ventaja para Trump en siete Estados clave: Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. El respaldo, de 43 % contra 40 %, no quiebra la paridad en un país polarizado, pero muestra más mosqueo con Biden por sus vacilaciones a raíz de su avanzada edad que confianza en Trump por su relato de sí mismo.

De esa opinión surge la duda: ¿más de lo mismo con Biden o volver a lo anterior a pesar del poco apego de Trump al juego limpio, demostrado con su vista gorda frente a los ataques de los suyos contra el Capitolio, el 6 de enero de 2021, y con un prontuario de más de 30 delitos civiles? ¿Acaso una foto, ensangrentado con el puño en alto y la bandera de Estados Unidos detrás, al estilo del campo de batalla de la isla japonesa de Iwo Jima durante la Segunda Guerra Mundial, puede despertar el fervor patriótico?

Trump estuvo a punto de engrosar la lista de los cuatro presidentes de Estados Unidos que resultaron asesinados con armas de fuego, aunque no ocupe actualmente el cargo

La bandera por sí misma, en la cultura norteamericana, representa el símbolo del himno nacional, The Star-Spangled Banner, en la guerra contra los británicos de 1812. La suba de las acciones de la empresa de Trump en el Nasdaq, mercado de futuros en el cual hizo su debut el 26 de marzo, da una pauta. ¿Creen más en Trump que en Truth Social? Una empresa atrae inversores por su ideología en desmedro de las perspectivas financieras. La cotización se desplomó casi un 50 % después de que Trump fuera declarado culpable del acuerdo de confidencialidad firmado con la actriz porno Stormy Daniels para mantener en secreto una aventura sexual. Luego se recuperó.

Meta levantó las restricciones a las cuentas de Trump en Facebook e Instagram. Señales de una justa dirimida por varios factores, incluido ahora el perfil de sobreviviente de una desgracia con suerte. “La tierra del libre y el hogar del valiente”, como llaman los norteamericanos a su país cuando se ponen la mano en el pecho mientras uno solo entona la canción patria, creada por Francis Scott Key en 1814. Tomó la bandera como fuente de inspiración para escribirla. Dos años antes había estado recluido en un barco durante el bombardeo británico. La melodía provino de la canción popular To Anacreon in Heav’n, de John Stafford Smith.

Dos siglos y monedas después, Trump estuvo a punto de engrosar la lista de los cuatro presidentes de Estados Unidos que resultaron asesinados con armas de fuego, aunque no ocupe actualmente el cargo. Y de otros magnicidios, como los de Martin Luther King, Robert Kennedy y los representantes (diputados) Steve Scalise y Gabrielle Giffords. O masacres, como las ocurridas en escuelas, universidades, restaurantes, clubes, cines y conciertos. Todo lleva al debate sobre la Segunda Enmienda de la Constitución, redactada en 1791. Consagra “el derecho del pueblo a poseer y portar armas” para integrar una “milicia bien regulada”.

La elección de Vance como ladero no es casual: enarbola las banderas populistas de Trump después de haber sido crítico de su primera postulación

Trump, aupado por la Asociación Nacional del Rifle (NRA, en inglés), quiere mantener las cosas como están. Biden pretende prohibir la venta del tipo de rifle semiautomático que utilizó Thomas Matthew Crooks, de 20 años, abatido segundos después del intento de asesinato. La discusión sobre las armas data de los tiempos en que Samuel Colt y Oliver Winchester revolucionaron el negocio con el tambor giratorio de los revólveres y la palanca de los fusiles para recargarlos en forma manual. Eran civiles, defensores de su hacienda, así como aquellos que se resistieron a balazos contra los británicos cuando quisieron cobrarles impuestos por los territorios que habían conquistado. Un contexto distinto, alejado de la codicia y de la política.

En ellas, la elección de Vance como ladero no es casual: enarbola las banderas populistas de Trump después de haber sido crítico de su primera postulación, en 2016, cuando publicó sus memorias como marine en la guerra contra Irak y estudiante de Yale en el libro Hillbilly Elegy (Elegía rural), del cual se hizo una película. Más allá de que llegó a llamar “Hitler de América” a Trump, tildado de “peligroso” e “incapaz” para la Casa Blanca, finalmente resultó el indicado para acompañarlo. A uno de los hijos de Trump, Donald, le encantó el libro. Terminaron siendo amigos. En 2021, cuando se reunió con Trump, había cambiado de parecer.

Vance sumó puntos con su retórica contra la ayuda a Ucrania, un quebradero de cabeza para la Unión Europea y la OTAN si gana Trump, y su tentación de prohibir el aborto en todo el país. En el Senado se convirtió en un firme vocero del movimiento conservador de Make America Great Again (MAGA), defendiendo el abandono de la política exterior intervencionista, la economía de libre mercado y la cultura norteamericana. Tiempo de pasar página: Ron DeSantis y Nikki Haley, precandidatos republicanos muy críticos de Trump durante las primarias, también se reconciliaron con el ahora candidato.

No por méritos, sino por necesidad de Trump. Quiere ganar la presidencia y sumar a los suyos en el Congreso mientras dos tercios de los demócratas, sorprendidos por el paradigma creado a raíz del atentado, creen que Biden, de 81 años, recluido en Delaware por coronavirus, debería ceder su candidatura, según un sondeo de AP y el Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos. Curiosamente, la vicepresidenta Kamala Harris, su eventual sucesora, tiene una tasa de aprobación parecida. Vance, la novedad de los republicanos, recibió aliento desde un país lejano, Hungría, cuyo primer ministro, Viktor Orbán, está cerca de Vladimir Putin, fiel a la causa de la ultraderecha europea. Otra desgracia con suerte.

Jorge Elías

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