La crisis de los rehenes
Durante su investidura, Ronald Reagan, republicano, tenía un as bajo la manga: la liberación de los 66 ciudadanos y diplomáticos norteamericanos que habían estado secuestrados durante 444 días en la embajada de Estados Unidos en Teherán. La moneda de cambio de los llamados discípulos del imán, estudiantes enrolados en la Revolución Islámica, era la entrega del depuesto sha Mohammed Reza Pahlavi para que fuera juzgado en Irán. No ocurrió. Transcurría el 20 de enero de 1981, fecha crucial por el desenlace de una crisis, la de los rehenes, que había comenzado el 4 de noviembre de 1979, durante el gobierno de Jimmy Carter, demócrata. Mientras Carter volaba de regreso a su casa en Georgia, después de haber fracasado con sanciones económicas contra el régimen del ayatolá Khomeini, Reagan ingresaba con el pie derecho en la Casa Blanca. Había resuelto, como presidente electo, un asunto delicado. Tan delicado, quizá, como el desenlace del centenar de rehenes de Hamas desde la masacre del 7 de octubre de 2023 en Israel. En este caso, otro republicano, Donald Trump, (leer más)