Sociedad

Las cosas por su nombre

Las sociedades democráticas están presas de una disyuntiva. O de un debate de extremos. Los conflictos, usuales en todas las comarcas, tienden a resolverse con un método tan efectista como destructivo: la derrota categórica de una de las partes. Son ellos o nosotros. Esta concepción agonal, cuasi bélica de la política, se cobija en la visión errónea de una suerte de guerra permanente. De concebir cada debate en esos términos, como si se tratara de una justa entre gladiadores. De nada sirven los planteos racionales que tienden a robustecer una democracia republicana, con participación de los ciudadanos y consolidación de las instituciones, en desmedro de una democracia electoral y, sobre todo, excluyente. Esta concepción de la política, corregida y aumentada por las redes sociales, lleva a muchos a abrevar en ella como una fuente útil que, de cumplir sus anhelos, resulta positiva. Nada está más alejado de la realidad. Desde tiempos pretéritos las sociedades han confiado en sus conductores, desde jefes tribales, caudillos y reyes hasta presidentes y primeros ministros, para lograr la armonía del (leer más)

Sociedad

Alarmante baja de la libertad de prensa

El promedio de libertad de prensa y de expresión en América descendió a su escalón más bajo en los últimos cuatro años, reveló la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) en su 79ª Asamblea General, realizada en la ciudad de México. Los 22 países auscultados experimentaron por primera vez un descenso por debajo de los 50 puntos en el Índice Chapultepec, medición anual de variables de libertad de prensa y expresión. La región obtuvo su peor calificación desde la primera edición, en 2020: 47,84 puntos sobre 100 posibles. Un llamado de alerta, como indica el informe elaborado por la SIP en alianza con la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), de Caracas, con expertos en libertad de prensa y expresión, metodología y estadística. En un año fueron asesinados tres periodistas en México, dos en Guatemala, uno en Colombia y otro en Haití. Siete, en total. Entre las razones del declive figuran en el informe las frecuentes amenazas a la vida y la seguridad de los periodistas, semillas de la autocensura, así como los arrestos, los secuestros y (leer más)

Política

Presidentes, hijos y entrenados

A menudo los hijos se nos parecen, canta Serrat, pero no siempre nos dan satisfacciones. El primer presidente de izquierda de la historia de Colombia, Gustavo Petro, cumplió su primer año de gobierno envuelto en un escándalo que involucra a su hijo mayor, Nicolás Petro Burgos, el único que ha seguido sus pasos políticos. Petro Burgos, diputado de la Asamblea Departamental del Atlántico, el más rico del Caribe, está en prisión domiciliaria después de haber sido detenido por enriquecimiento ilícito y lavado de activos. La trama involucra a su exesposa, Day Vásquez, también arrestada, y a narcotraficantes. No se trata de un caso excepcional. Como no todo se resuelve en familia, el presidente Petro enfrenta las sospechas de la Fiscalía General de Colombia sobre el financiamiento ilegal de la campaña de 2022. Está en duda si utilizó dinero de procedencia dudosa y si se excedió en los gastos permitidos. Antes del arresto de su hijo, Armando Benedetti, exjefe de su campaña, exembajador en Venezuela y expresidente del Senado, había insinuado en audios que cobraron estado (leer más)

Sociedad

La mano dura en Iberoamérica

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, encarna con su lucha sin cuartel contra las pandillas aquello que, en el ideario popular, representaba el dictador chileno Augusto Pinochet en 1973. Pasó medio siglo. La mano dura, más allá de los excesos, se ha convertido en una moneda de cambio en Iberoamérica. Dos de cada diez jóvenes de 16 a 25 años que no vivieron los años de plomo están de acuerdo y un 13 por ciento de los mayores de 61 años también. Son porcentajes bajos, pero ambas generaciones se dan la mano en la encuesta anual de Latinobarómetro, que ausculta el pulso de la región desde 1995. Bukele, en el gobierno desde 2019, anunció en julio que pretende ser reelegido en 2024. No puede. En teoría. La letra constitucional de su país solo permite la reelección no consecutiva. Dice el informe: “La gran diferencia con la ola de recesión democrática de los años sesenta del siglo XX es que no hay militares. Esta vez, todos los dictadores son primero civiles elegidos en comicios libres (leer más)

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La crisis sin fin del Perú

A Katya Salazar, directora ejecutiva de la Fundación para el Debido Proceso (DPLF), no le caben dudas: “Lo que hizo Pedro Castillo fue un autogolpe, un acto inconstitucional”, afirma en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV, desde Washington. Salazar, abogada por la Pontifica Universidad Católica del Perú con estudios de maestría en la Universidad de Heidelberg, Alemania, y amplios antecedentes en la investigación de los derechos humanos en su país y en la región, conviene en que la salida intempestiva del expresidente peruano, el 7 de diciembre, y su detención tras el intento de disolver el Congreso e instaurar un gobierno de excepción “prendió fuego la pradera”. Las multitudinarias protestas que inundan el Perú desde hace casi dos meses no han logrado forzar la renuncia de la presidenta Dina Boluarte. “El Congreso se ha convertido en un espacio para intereses personales”, señala Salazar El gobierno se mantiene pese a las demandas de los manifestantes: desde la disolución del Congreso, la institución más desprestigiada, hasta la dimisión de Boluarte, el adelanto de las elecciones (leer más)

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El autoritarismo competitivo

El asalto de los tres poderes de Brasil refleja una crisis. La de la democracia, lastrada en todo el mundo por las dificultades económicas, la caída de las expectativas sociales, la virtual extinción de los partidos políticos tradicionales y la irrupción de líderes autoritarios al frente de coaliciones o movimientos populistas. Un fenómeno que Ignacio Labaqui, consejero académico de CADAL, llama “autoritarismo competitivo” en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. La fisura de Brasil remite a la de Estados Unidos. En ambos casos, con la negación de la derrota en las elecciones de Jair Bolsonaro y de Donald Trump, respectivamente. Tanto uno como el otro conservan mayorías de número de legisladores, lo cual lleva a minorías radicalizadas, como la de los republicanos en la Cámara de Representantes, a imponer la agenda. Labaqui, profesor de Política Latinoamericana y Teoría de las Relaciones Internacionales en la Universidad Católica Argentina (UCA) y de Gobernanza Regional Comparada en el Máster de Estudios Internacionales en la Universidad del CEMA, advierte que las crisis “representan un riesgo para la (leer más)

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Vacío de poder en el Perú

La nueva presidenta del Perú , Dina Boluarte, ha declarado el estado de emergencia por 30 días ante las protestas masivas originadas tras la destitución de Pedro Castillo después de su vano intento de disolver el Congreso. La medida, por la cual las fuerzas del orden pueden impedir reuniones, ingresar en domicilios y restringir el tránsito, implica la movilización de la policía nacional y de las fuerzas armadas en forma conjunta. También refleja el vacío de poder, principal síntoma de las crisis recurrentes del Perú. En las calles, sin un discurso unificado, como observa Raúl Ferro, director del Consejo Consultivo de CADAL, en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV, conducido por Jorge Elías, los reclamos son variados: el cierre del Congreso, un adelanto de las elecciones, la renuncia de Boluarte y la libertad de Castillo. “La situación es preocupante, con un grado de incertidumbre complejo para un país que ha venido sufriendo una descomposición institucional paulatina”, agrega Ferro,  excorresponsal en América del Sur de medios de comunicación económicos de Estados Unidos y el (leer más)

Actualidad

La ficción, la realidad y el Perú

Cuenta el filósofo esloveno Slavoj Žižek que circula un dicho entre los corresponsales en América Latina que demuestra su veracidad en cada ciclo electoral: en la región conviven la ficción, la realidad y, cual categoría en sí mismo, el Perú. Caja de resonancia de una incesante sucesión de presidentes depuestos y de una fenomenal impopularidad de los políticos. El país de Mario Vargas Llosa tiene por primera vez una presidenta, Dina Boluarte, después de la destitución de Pedro Castillo por permanente incapacidad moral. Era un sinónimo de locura. Pasó a ser la metáfora de un flagelo que no respeta fronteras: la corrupción. Castillo batió un récord. En un año, cuatro meses y siete días de gestión, entre el 28 de julio de 2021 y el 7 de diciembre de 2022, hizo más de 17 cambios de gabinete. En números redondos: juraron más de 70 ministros. Ninguno le dio resultado. Y, al final, fracasó en su intento de disolver el Congreso, al estilo de Alberto Fujimori en 1992, para evitar la tercera moción de vacancia (juicio (leer más)

Política

Manual del mal perdedor

La demora en el reconocimiento del resultado electoral en el Perú, más allá de lo ajustado que sea, deslegitima el proceso en sí, con más de mil denuncias cruzadas de irregularidades presentadas en su mayoría por Fuerza Popular, el partido de Keiko Fujimori, y en menor medida por Perú Libre, el de Pedro Castillo, virtual ganador del balotaje. En el manual del mal perdedor figura una palabra clave: fraude. Esa acusación aplica si el eventual infortunado araña el empate o si la derrota implica vérselas con cargos de corrupción como Fujimori. Peor aún si alienta disturbios como Donald Trump. Los del Congreso de Estados Unidos dejaron el 6 de enero cinco muertos, un suicidio posterior y varios destrozos. Hubo un impeachment (juicio político) al filo del final de su mandato, el segundo en su caso, del cual resultó absuelto. Un trámite, en realidad. El Perú arrastra una racha negativa de cuatro presidentes en un quinquenio, con un suicidio en ese período, el del expresidente Alan García, cercado por el virus que contagió a buena parte (leer más)

Sociedad

Tarjeta roja para los jóvenes

A veces, el orden de los factores puede alterar el producto. Y el producto, acaso el resultado, termina siendo devastador: ocho de cada 10 argentinos menores de 25 años ven el futuro con preocupación, miedo y desconfianza, razón por la cual no dudarían en emigrar si tuvieran ocasión, según el relevamiento ¿Qué piensan los jóvenes en la Argentina?, de la consultora Taquion. Tarjeta roja para los jóvenes en un país de inmigrantes que comenzó a ser un imán para los extranjeros en 1880 y, casi un siglo y medio después, irradia kriptonita a sus descendientes. Ese país, en el cual se creó y se recreó la saga de Amores inmigrantes, recopilados por la periodista Diana Arias, la mayoría de los empadronados de la llamada  Generación Millennial “ve que las oportunidades de desarrollo y trabajo se esfuman” y que el futuro “tiene más puntos negativos que positivos”. La frustración parece ser hereditaria. Anida hace desde añares en los mayores. La pandemia vino a agravar la situación: hizo caer los ingresos de más de la mitad de (leer más)

Actualidad

Los precipicios andinos

El coronavirus no sabe de derechas o izquierdas ni respeta clases sociales. Pega por igual donde quiera que sea en el costado más sensible de las sociedades, sazonado por el hartazgo. La fatiga pandémica, prima hermana de la fatiga democrática, tiene efectos colaterales: el voto inesperado, como la victoria del banquero Guillermo Lasso en las presidenciales de Ecuador, y el voto no menos sorpresivo por un maestro rural que desafía el statu quo del Perú, Pedro Castillo, con ideario bolivariano, militancia sindical y, al final de su modesta campaña a caballo, la sombra de Sendero Luminoso a sus espaldas. Dos países limítrofes, al filo de los precipicios andinos, que estuvieron brevemente guerra en 1995, Ecuador y el Perú, emprendieron caminos opuestos 26 años después. Lasso ganó la segunda vuelta de Ecuador contra todos los pronósticos después de haber perdido la primera por amplio margen frente al delfín del expresidente Rafael Correa, Andrés Arauz. Castillo, desconocido en Lima, casi no figuraba en la lotería de 18 candidatos tras el quinquenio tortuoso de presidentes depuestos que estrenó (leer más)

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La calma vale un Perú

Con una amplia mayoría de votos, el congresista Francisco Sagasti se convirtió en el nuevo presidente del Congreso del Perú y, por sucesión constitucional, en el presidente de la República. El país recuperó la calma después de una semana crítica durante la cual hubo dos muertos y varios heridos en protestas callejeras. El sosiego vale un Perú, cual metáfora del final de la crisis política y social. La vacancia exprés de Martín Vizcarra, dictada por el Congreso, derivó en el interinato de Manuel Merino, rechazado por la ciudadanía y, como apunta desde Lima el abogado, psicoterapeuta y analista político Eduardo Manuel Escorza Hoyle, por los jóvenes. Una generación que no salió en defensa del presidente depuesto, sino de la democracia. El 28 de junio de 2021 concluirá mandato del gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, el primero en ser tumbado por la corrupción. Si de la corrupción se trata, la reforma judicial y otros movimientos en el Congreso de Argentina apuntan más a beneficiar a exfuncionarios investigados y procesados que a los ciudadanos de a pie, (leer más)

Política

Otra vez se jodió el Perú

Mario Vargas Llosa inquiría en la novela Conversación en la Catedral, de 1969, en qué momento se había jodido el Perú. Medio siglo y un año después quizá Zavalita, una suerte de espejo del país en la ficción, siga preguntándoselo frente a una realidad. La de otro presidente caído en desgracia. Martín Vizcarra terminó siendo destituido por el Congreso por «incapacidad moral permanente». Lo reemplazó el congresista opositor Manuel Merino, tildado entre disturbios, cacerolazos y bocinazos de “golpista” y “usurpador”. Un gobierno a plazo fijo, hasta el 28 de junio de 2021, de modo de completar el mandato de otro presidente depuesto, Pedro Pablo Kuczynski. Y sí, otra vez se jodió el Perú. Las protestas, aclararon en las calles, no eran en defensa de Vizcarra, sino de la democracia. Vizcarra cayó sin un proceso judicial previo por la sospecha de haber recibido sobornos del orden de los 630.000 dólares por dos obras públicas cuando era gobernador de la región sureña de Moquegua, entre 2011 y 2014. En 2018, como vicepresidente, sucedió a Kuczynski, también acusado (leer más)