El salvador de El Salvador
Después de nueve meses en estado de excepción, El Salvador cree que encontró al salvador. El presidente Nayib Bukele aplica la mano dura contra las pandillas con la bendición de la ciudadanía. Una catapulta para entusiasmarse con su reelección en 2024 mientras bajan los índices del delito, pero crece la falta de garantías de los derechos humanos. El precio, demasiado alto, supone un deterioro de la democracia mientras el autoritarismo gana terreno. En menos de un año hubo 1.000 casos graves de violaciones y abusos y la muerte de al menos 90 personas bajo custodia del Estado salvadoreño. Un sondeo de LPG Datos, del diario La Prensa Gráfica, de San Salvador, dice que el 87,8 por ciento de los salvadoreños aprueba los tres años y medio de gestión de Bukele y que el 89,5 por ciento está de acuerdo con el combate de policías y militares contra las pandillas más allá de los métodos. Otro, hecho por la ONG Fundaungo, recoge cifras similares: el 89,8 por ciento se siente conforme con el estado de excepción, (leer más)