Colores primarios
George Bush corrió el martes la misma suerte que Bill Clinton un martes, ahora lejano, de 1992: perdió las elecciones primarias de New Hampshire. ¿Es definitivo? No way, Josei! El último candidato presidencial republicano, Bob Dole, también mordió el polvo en ese Estado, en 1996, frente al ultranacionalista Pat Buchanan, enrolado hoy en el Partido Reformista de Ross Perot. Lo cual no reduce a cenizas la victoria de Al Gore sobre Bill Bradley, entre los demócratas, aunque haya sido ajustada. Los resultados de New Hampshire, especialmente el triunfo de John McCain sobre Bush, entre los republicanos, demuestran hasta qué punto las primarias norteamericanas, de las que surgen cada cuatro años los dos candidatos principales a la Casa Blanca, han dejado de ser una pelea casi exclusiva de republicanos conservadores en lo social contra republicanos conservadores en lo económico y de demócratas liberales contra nuevos demócratas y demócratas moderados (coalición de 29 representantes llamada Blue Dog). Pelea casi exclusiva, también, entre generaciones de un partido y del otro en la que los más jóvenes, como la (leer más)