Política

Los muchachos trumpistas

Menudo berrinche montó Donald Trump, obstinado en no concederle la victoria a Joe Biden y en insistir en las denuncias de fraude en las elecciones. La purga en la Casa Blanca empezó con el jefe del Pentágono, Mark Esper, fired (despedido) por no haber enviado tropas para contener los disturbios contra la brutalidad policial tras el asesinado de George Floyd, y continuó con el director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad, Christopher Krebs, en el cadalso por haber opinado que las elecciones resultaron ser “las más seguras en la historia de Estados Unidos«. El zafarrancho incluyó la reducción de las fuerzas militares de 4.500 a 2.500 en Afganistán y de 3.000 a 2.500 en Irak a pesar de los reparos de los militares. Una desescalada a la cual se oponía el exsecretario Esper, de modo de preservar la seguridad en ambos países tras las guerras que declaró George W. Bush en respuesta a la voladura de las Torres Gemelas. Si el lema en Argentina era “ni yanquis ni marxistas, peronistas”, en Estados (leer más)

Política

Cuatro años menos

No fue una elección, sino un referéndum. Un referéndum sobre Donald Trump en una sociedad dividida, cercada por la pandemia e inquieta por la economía. La revista The National Interest se preguntaba en su portada de septiembre: “Who’s worse? (¿Quién es peor?)”. Resultó ser Trump, pero, fino detalle, obtuvo seis millones de votos más que en 2016. El presidente electo, Joe Biden, pasó a ser el candidato más votado de la historia, con 73,7 millones de votos. Lo menos pensado: superó a Barack Obama, de quien fue ladero durante dos mandatos, acaso por el momento excepcional en el cual se desarrollaron las elecciones. La imagen de Estados Unidos roza sus mínimos históricos, según el Pew Research Center. Cuatro años más o four more years era lo habitual para un presidente en ejercicio. Después de la Segunda Guerra Mundial, sólo Jimmy Carter y George Bush (padre) no reincidieron. Perdieron frente a Ronald Reagan y Bill Clinton, respectivamente. La excepción: Gerald Ford, sucesor de Richard Nixon, obligado a renunciar por el caso Watergate. Trump sucumbió con su (leer más)

Política

La carta en la manga de Trump

La rapidez de Donald Trump en nombrar a la sucesora de la difunta jueza Ruth Bader Ginsburg en la Corte Suprema sin respetar el duelo ni su último deseo, que su asiento fuera ocupado por el ganador de las presidenciales, tenía una razón. Una razón electoral. La mayoría republicana del Senado confirmó en una votación exprés a la candidata de Trump, Amy Coney Barrett. La tercera durante su gestión después de los nombramientos de Neil Gorsuch en 2017 y Brett Kavanaugh en 2018. ¿Por qué el apuro? En ese ámbito de nueve miembros, dominado por seis jueces conservadores, Trump prometió dirimir el resultado de las elecciones. Elecciones reñidas, más allá de la ventaja en las encuestas sobre el voto popular de su rival demócrata, Joe Biden. En la madrugada del día después, Trump se declaró ganador mientras Biden, con más delegados para el Colegio Electoral en forma provisional, tachaba su actitud de “indignante, sin precedente e incorrecta”. La amenaza de Trump cerraba el círculo: “Iremos a la Corte Suprema, queremos que pare la votación”. La (leer más)

Videos

Confinamiento reforzado

En 1995, la escritora cubana Zoe Valdés publicó La nada cotidiana. Patria, la protagonista de la novela, nació en el primer año de la Revolución Cubana. Prefiere que la llamen Yocandra y busca alivio en la escritura. Quizá como la autora, radicada desde hace 37 años en Francia, donde el gobierno de Emmanuel Macron reforzó el confinamiento de la población. Macron no sólo debe vérselas con los brotes y los rebrotes de coronavirus. En un mes hubo tres ataques terroristas emprendidos por lobos solitarios provenientes del exterior, razón por la cual también dispuso un mayor despliegue militar para preservar la seguridad. En medio del desmadre global provocado por el coronavirus, cada país nada en sus propias aguas. Encrespadas, en su mayoría Desde su casa, en París, Valdés admite que el título de esa novela puede caberle, en otro tiempo y en otras circunstancias, al nuevo confinamiento y el toque de queda que impone la crisis sanitaria tanto en Francia como en otros países de Europa, con cierres de universidades, restaurantes y comercios y restricciones para (leer más)

Videos

La nueva anormalidad

Dos semanas después del brote de coronavirus en la Casa Blanca, con Donald Trump recuperado en tiempo récord, la campaña electoral en Estados Unidos trocó de nueva normalidad en nueva anormalidad. La candidata a vicepresidenta demócrata, Kamala Harris, debió suspender los actos que tenía previstos por la infección de un miembro de la compañía que opera el avión que transporta al candidato presidencial, Joe Biden. Otro capítulo de la anormalidad que signan las elecciones del 3 de noviembre, con la suspensión del segundo debate entre los candidatos a presidente. A ellos se suma el engorroso sistema de votos por correos y presenciales, describe Raquel Pozzi, analista de política internacional y profesora de historia. ¿Faltan dólares o sobran pesos en Argentina?, otro signo de la nueva anormalidad La nueva anormalidad siembra dudas en todo el planeta. A poco del comienzo de la temporada de verano en el hemisferio sur, el presidente de la Cámara Argentina de Turismo, Aldo Elías, espera reglas claras que permitan prever las vacaciones. Se trata de eliminar las fronteras interiores, que impiden (leer más)

Política

Documento irracional de identidad

“Identidad es una palabra peligrosa”, dispara el historiador británico Tony Judt en el ensayo revisionista y premonitorio Edge People. Tan peligrosa es la palabra identidad que, una década después de la muerte de Judt, siembra de nuevo la semilla de aquello que cosechó las peores catástrofes del siglo XX: el nacionalismo. La división no terminó al final de la Segunda Guerra Mundial. Continuó durante la Guerra Fría. Cayó el Muro de Berlín, en 1989, y dos mundos parecieron integrarse. Era una ilusión óptica. La identidad, esa palabra peligrosa, volvió a enarbolarse. Esta vez, dentro de los países, más allá de las rivalidades internacionales. Le ocurría a Judt: “Crecí en Inglaterra y el inglés es el idioma en el que pienso y escribo. Londres, mi lugar de nacimiento, sigue siendo familiar para mí por los muchos cambios que ha visto a lo largo de las décadas. Conozco bien el país; comparto algunos de sus prejuicios y predilecciones. Pero cuando pienso o hablo inglés instintivamente uso la tercera persona: no me identifico con ellos”. ¿Acaso se identifica (leer más)

Política

De aquí a la eternidad

Jeanne Louise Calment nació el 21 de febrero de 1875 y falleció el 4 de agosto de 1997 en Arlés, Francia. Vivió 122 años y 164 días. Una eternidad. Pudo ser la persona más longeva de la historia, estima Paul Palmqvist Barrena, catedrático de Paleontología de la Universidad de Málaga. “Una cosa es cuántos años vayamos a vivir y otra bien distinta cuántos habrá valido la pena vivirlos”, plantea en el artículo ¿Estamos en camino de alcanzar la inmortalidad? Como cantaba Georges Brassens, “el tiempo no tiene nada que ver con este asunto”. No tiene nada que ver, pero influye. Cuando Donald Trump dio positivo en COVID-19, la primera alarma provino de su edad, 74 años, más allá del sobrepeso y del colesterol. Está en edad de riesgo, como su rival demócrata, Joe Biden, de 77 años, o el precandidato del mismo partido Bernie Sanders, de 79. Lejos de cualquiera de ellos queda la posibilidad de ser inmunes al coronavirus o de superarlo en tres días, como se jacta Trump, a cara descubierta al estilo (leer más)

Política

¿Qué cambia en Estados Unidos?

¿Qué cambia en la campaña de Estados Unidos con el positivo por coronavirus de Donald Trump y de su mujer, Melania? Todo. O casi todo. La sorpresa de octubre, como llaman en la jerga política a un hecho capaz de torcer las posibilidades de un candidato y de acrecentar las del otro en el mes previo a las presidenciales, pone patas arriba la táctica de Trump. Desde febrero quiso restarle importancia al COVID-19 a pesar de gobernar el país más golpeado del planeta, con 208.000 muertes y 7,3 millones contagios. Si el final de la pandemia está cerca, como anunció después del debate con su rival demócrata, Joe Biden, el comienzo de una nueva etapa está aún más cerca. Esta nueva etapa mina el intento de Trump de alejar el foco de la gestión de la crisis sanitaria y su impacto en la economía, más allá de su tardía condena de los supremacistas blancos, después de haberlos defendido durante el bochornoso debate con Biden, y de su sospecha de fraude si no resulta reelegido. La (leer más)

Política

¿Naciones Unidas?

En secreto, como si estuviera en falta, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, asumió su sexto mandato. Juró «servir al pueblo de la República de Bielorrusia, respetar y proteger los derechos y libertades de las personas y los ciudadanos». Una ironía, casi, después de 26 años en el cargo y de la brutal represión de las protestas tras las elecciones del 9 de agosto. Quizá como el primer golpe de Estado durante la pandemia. El de Mali, apoyado por la población tras dos meses de concentraciones multitudinarias contra el régimen de Ibrahim Bouabakar Keita, alias IBK. ¿Naciones Unidas? Naciones Unidas expresó su “gran preocupación por las denuncias de tortura y otros tratos crueles e inhumanos a las personas detenidas” en Bielorrusia, cuyo gobierno no ha sido reconocido por la Unión Europea, y abogar por la paz en Mali, África. ¿Qué más podía hacer frente al atropello del régimen de Lukashenko después de renovar su mandato en elecciones no supervisadas por ningún organismo internacional bajo el padrinazgo de Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad con (leer más)

Economía

Las propinas de Trump

Los presidentes, primeros ministros y otros gobernantes son los únicos seres que, como los reyes y los mendigos, pueden ir por el mundo con los bolsillos vacíos. No suelen llevar dinero ni tarjetas de crédito o de débito ni, en algunos casos, las gafas de lectura. La tienen fácil. Les basta hacer un gesto para disponer de aquello que necesitan. Donald Trump subía al Air Force One el 17 de septiembre de 2019. Del bolsillo trasero de su pantalón se asomó un billete de 20 dólares. Lo captó el fotógrafo Tom Brenner, de la agencia de noticias Reuters. La duda surgió de inmediato: ¿qué paga si todos los gastos corren por cuenta de la Casa Blanca? Le gusta dejar propinas. Una faceta desconocida y, a la vez, reveladora de su intimidad. “¡Sí, llevo dinero! –confesó Trump a los periodistas, intrigados por la rareza, durante el viaje de vuelta de California a Washington, y sacó un fajo de billetes del mismo bolsillo–. No uso billetera porque no he tenido una tarjeta de crédito en mucho tiempo, (leer más)

Sociedad

La libertad detrás del barbijo

La calidad de la democracia, en duda antes de la pandemia, estaba dividida entre quienes perciben que no resuelve por sí misma sus problemas cotidianos y quienes piensan que amplía la brecha entre representantes y representados. El uso del barbijo, considerado compulsivo, fija un nuevo paradigma: ¿están en juego la democracia y, por extensión, las libertades? La ineficacia de los gobiernos en paliar la crisis sanitaria global, hija dilecta de la impotencia, lleva muchos a lanzarse a las calles sin precaución alguna para ellos ni para los demás en plan de protesta política. En algunos casos, con el guiño de líderes aparentemente inmunes y, también, impunes. La resistencia de algunos líderes a mostrarse en público con el barbijo pasó a ser un modelo primitivo que imitó una caterva de presuntos libertarios El coronavirus sacó lo mejor y lo peor de la humanidad. Lo mejor: la solidaridad. Lo peor: la mezquindad. Ese rasgo, fruto de la inconciencia frente a la posibilidad de enfermarnos y, sin querer o sin saber, contagiar a otros hizo detonar las críticas (leer más)

Política

La vacuna del nacionalismo

El nacionalismo, causante de las peores tragedias en el siglo XX, encontró un nuevo filón en la vacuna contra el coronavirus. La disputa, por más que se base sobre la cooperación científica entre laboratorios de varios países, no pone en riego la democracia, sino su calidad y, en cierto modo, las relaciones internacionales. Si Donald Trump se llevó el mundo por delante con el lema America First, ahora podría hacerlo con otro acaso más preocupante: Vaccine First. El afán de Estados Unidos en desmarcarse de la Organización Mundial de la Salud (OMC) prosigue con la compra de millones de dosis para superar el trance antes que ningún otro país. La disputa por ser el primero en disponer de la vacuna, una vez que se compruebe la eficacia de las que están en ensayos clínicos, se parece al comportamiento que debemos adoptar cuando se despresuriza la cabina del avión y caen sobre nuestras cabezas las máscaras de oxígeno: “Los pasajeros que viajen con niños deben colocarse primero las máscaras y después colocárselas a los niños”. Las (leer más)

Videos

La nueva realidad de Panamá

El gobierno Panamá repuso el toque de queda con salidas permitidas según el sexo. Mujeres algunos días; hombres otros días. La nueva normalidad tiene un nombre más contundente que en otras latitudes. Es la nueva realidad. Una realidad que, explica el periodista Leonardo Grinspan, productor general de noticias de Prisa Radio Panamá y director del programa Sin Filtro, no está exenta de reclamos por la gestión del presidente Laurentino Cortizo. Esa nueva realidad, que afecta al foco de América Central, tiene matices políticos y económicos en medio de idas y venidas, marchas y contramarchas. Los signos de estos tiempos de incertidumbre. El peor indicador para la economía, más allá de que, dentro de lo que cabe, hubo una rápida adaptación a las circunstancias, según el economista José Siaba Serrate, profesor de la maestría y el doctorado de finanzas de la Universidad del CEMA. José Siaba Serrate: «Argentina no tiene el músculo financiero de los países poderosos» La nueva realidad, traslada a Argentina, exhibe las contradicciones frecuentes en la comunicación del gobierno de Alberto Fernández. Nada (leer más)

Política

Lincoln en el espejo de Trump

Otro tiempo en el mismo lugar. En agosto de 1864, el presidente Abraham Lincoln, enrolado en el Partido Republicano como Donald Trump, llevaba todas las de perder. Planeaba, resignado, una transición ordenada sin imaginarse que iba ser la cara del billete de cinco dólares. El favorito era el candidato demócrata, George McClellan, general en el cual confiaban los norteamericanos para alcanzar una paz negociada de la Guerra de Secesión, en curso hasta 1865. En 156 años, salvando las distancias, las circunstancias son similares: una crisis (la pandemia, modelo 2020), nuevas tecnologías (Twitter, antes el telégrafo) y un replanteo del sistema electoral. Mientras Trump no tuvo éxito ni entre los suyos con su propuesta de posponer las presidenciales del 3 de noviembre para evitar un supuesto fraude, Lincoln se preparaba para admitir la derrota. Escenarios parecidos, reacciones diferentes. McClellan, ex general en jefe de los ejércitos de Estados Unidos, pretendía a los ojos de Lincoln casi lo mismo que el candidato demócrata, Joe Biden, a los ojos de Trump: disolver la nación. Lincoln, en contraste con (leer más)

Política

La compañera de Biden

De ganar las elecciones del 3 de noviembre, Joe Biden será el presidente más viejo de la historia de Estados Unidos. Cumplirá 78 años un par de semanas después, el 20 de ese mes. De ahí la importancia de su compañera de fórmula. Una virtual sucesora. Biden prefirió entre una docena de posibles candidatas a Kamala Harris. La decisión de completar la boleta demócrata con ella coincide con la coyuntura. La de la ira en varias ciudades contra la segregación racial y la violencia policial por el brutal crimen de George Floyd. Harris, senadora desde 2007, es la única mujer negra en el Senado. Se trata de la tercera candidata a vicepresidenta de la historia después de Geraldine Ferraro, compañera de Walter Mondale en 1984, y de Sarah Palin, compañera de John McCain en 2008. Las fórmulas mixtas, una demócrata, la otra republicana, no sumaron votos hasta ahora. Mondale perdió por paliza frente a Ronald Reagan, reelegido, y McCain no pudo evitar el fenómeno Barack Obama. Biden apostó por la hija de una científica especializada (leer más)