Política

Preguntas al cielo

Aquello que empezó en noviembre de 2019 como un pequeño brote de neumonía en el polo industrial de Wuhan, China, derivó en una plaga mundial. No sólo sanitaria, sino también económica y emocional. La pandemia, al 12 de febrero de 2021 (12022021, ambigrama o capicúa que se lee igual si se gira 180 grados), se había cobrado 2.368.493 vidas. Sólo en Argentina, 50.029. Cifras estremecedoras, corregidas y aumentadas ahora, mientras el régimen de Xi Jinping celebraba el año nuevo chino, el del buey, y el ingreso en la órbita de Marte de la misión Tianwen-1. Literalmente, Preguntas al Cielo, título de un poema de Qu Yuan, que vivió entre el año 340 y el 278 antes de Cristo. En China, esas preguntas al cielo obtienen como respuesta la capacidad de manipular el clima y sembrar nubes en medio de su territorio, de modo de hacer llover o crear nieve artificial según sus necesidades. Un programa que, dicen las autoridades, ayudará en la asistencia de catástrofes, la producción agrícola, la lucha contra incendios forestales y de (leer más)

Actualidad

Reparación histórica

Comienza una nueva era en Estados Unidos. La de la restauración de la imagen, dañada por la política aislacionista de Donald Trump. Al filo de sus primeros 100 días de gobierno, Joe Biden refrendó aquello que aprobaron ambas cámaras del Capitolio en 2019: el reconocimiento del genocidio armenio. Histórico, mal que les pese a sus pares de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y de Azerbaiyán, Ilham Alíev, aliados en 2020 en una guerra fuera de foco por la recuperación azerí de la Nagorno Karabaj, la República de Artsaj, cuya población vive al cobijo de Armenia. Biden resultó ser el primer presidente norteamericano de la historia en admitir que aquello que empezó durante el Imperio Otomano, en 1915, con el arresto y la ejecución de líderes comunitarios e intelectuales armenios, y continuó con la masacre de 1,5 millón de personas y la confiscación de sus propiedades hasta 1923, cuando nació la Turquía moderna con Mustafá Kemal (Atatürk) como su primer presidente, fue un genocidio en toda regla. Letra por letra. A tono con el diccionario, el “exterminio (leer más)

Política

¿En qué manos queda Afganistán?

Desde la ejecución de Osama bin Laden en su madriguera de Pakistán, en 2011, tanto el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como su sucesor, Donald Trump, barajaron la posibilidad de poner punto final a la guerra más larga de la historia de su país. La declarada en 2001 por George W. Bush contra el régimen talibán en Afganistán, vecino de Pakistán, en represalia por la voladura de las Torres Gemelas. Veinte años después del comienzo, Joe Biden ha decidido el retiro de las últimas tropas norteamericanas antes de una fecha simbólica, el 11 de septiembre. El contingente, de 100.000 efectivos cuando Obama asumió la presidencia, ronda entre 2.500 y 3.000 en la actualidad. La guerra en sí, un escudo ante la amenaza de atentados en Estados Unidos, perdió interés entre los norteamericanos, enfocados en la crisis sanitaria, puertas adentro, y en la recomposición de la imagen nacional ante los desafíos de China y Rusia, puertas afuera. Un eventual resurgimiento de Al-Qaeda, engendro terrorista con sello talibán y firma de Bin Laden, figura entre (leer más)

Economía

La pesada herencia

Donald Trump tiró tanto de la cuerda en la guerra comercial y tecnológica con China que el cierre del consulado de ese país en Houston por «espionaje ilegal masivo» pareció ser un incidente más. En julio de 2020, mientras Estados Unidos lidiaba con la catástrofe sanitaria provocada por el coronavirus en vísperas de las presidenciales de noviembre, el régimen de Xi Jinping interpretó su decisión como una “provocación política” y, en reciprocidad, ordenó la clausura del consulado norteamericano en Chengdu. Ojo por ojo, en principio, pero, en el fondo, ambas medidas “representan actos de extrema gravedad” a los ojos del diplomático argentino Ricardo Arredondo. Sobre todo, como explica Arredondo en el artículo Diplomacia, espionaje y orden mundial: el cierre de consulados de China y Estados Unidos, publicado en la Revista Española de Derecho Internacional, por una escalada de tensiones que amenaza con romper la relación bilateral entre ambas potencias a raíz del “ascenso de China, el declive de Estados Unidos y la rivalidad por la primacía del poder mundial”. Nada menos. La plana mayor de (leer más)

Actualidad

La coherencia de Argentina

No pudo elegir mejor fecha el gobierno de Argentina para retirarse del Grupo de Lima en discrepancia con el supuesto aislamiento de Venezuela. Lo hizo el 24 de marzo, aniversario del cruento golpe militar de 1976. Más coherencia, imposible. El régimen de Nicolás Maduro comete crímenes de lesa humanidad, como lo corroboró la expresidenta chilena Michelle Bachelet, alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, pero los Fernández, Alberto y Cristina o viceversa, pasan página con la excusa del vil intento de “aislar al gobierno de Venezuela y a sus representantes” con el reconocimiento como mandatario interino de Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional”. Un día antes de esa decisión, Argentina y otros países apoyaron en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU una resolución que condena “el impacto negativo de las medidas coercitivas unilaterales en el disfrute de los derechos humanos” en Venezuela, Cuba y otros paraísos democráticos. Una suerte de defensa de la soberanía de sus gobiernos, más allá de la crisis humanitaria de sus pueblos, para evitar las sanciones (leer más)

Política

El dilema de los republicanos

En caliente, uno puede preguntarse por qué los demócratas apuraron el segundo impeachment contra Donald Trump si, como ocurrió en el primero, sabían que no iban a contar con los votos suficientes para condenarlo. En frío, uno también puede preguntarse qué hubiera sucedido de haber pasado página de la inconcebible toma por asalto del Congreso, el 6 de enero, con el fin evitar la certificación de la victoria de Joe Biden. De no haber habido reacción, el capricho de Trump y de los suyos de no reconocer la derrota en las presidenciales del 3 de noviembre, más allá de su faltazo en el traspaso del mando, hubiera sentado un precedente insoslayable. Cual déjà-vu, Trump resultó absuelto en un juicio político exprés, el cuarto en la historia de Estados Unidos, que se realizó en el lugar del crimen. Cincuenta demócratas y siete de los 50 republicanos decidieron en el Senado, convertido un tribunal, el indulto de Trump. Diez votos menos de los necesarios para alcanzar el umbral de los dos tercios requerido para castigarlo. La verdadera (leer más)

Catalejo

Disparates presidenciales

«Cuanto peor, mejor para todos y cuanto peor para todos, mejor, mejor para mí el suyo beneficio político». Fin de la cita textual de Mariano Rajoy, presidente de España entre 2011 y 2018. El trabalenguas dejó de piedra al Congreso de los Diputados. Provenía de la misma boca, la presidencial, que había soltado: «Tenemos que fabricar máquinas que nos permitan seguir fabricando máquinas porque lo que no va a hacer nunca la máquina es fabricar máquinas a su vez”. Genialidades dignas de Groucho Marx. En ristra. El sucesor de Rajoy, Pedro Sánchez, no quiso ser menos cuando intentó presumir de su lenguaje inclusivo dirigiéndose a los “miembros y miembras” del bloque del Partido Popular (PP). Desliz atribuido inicialmente a Bibiana Aído, ministra de Igualdad de José Luis Rodríguez Zapatero, repetido por otra socialista, la diputada Soraya Rodríguez. Furcio que también cometió el presidente de Chile, Sebastián Piñera. Sin afinidad ideológica, en Argentina, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, siguió esa línea discursiva cuando se dirigió a “todos los jóvenes y jóvenas del sur de la provincia (leer más)

Sociedad

Las curas milagrosas

El miedo no es zonzo. La gente tampoco. No toda, en realidad. Un hombre de Arizona, de sesenta años y monedas, murió el 23 de marzo de 2020 después de seguir al pie de la letra un consejo del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La cura milagrosa del coronavirus, interpretó el hombre, consistía en ingerir un limpiador de peceras que contenía la supuesta sustancia mágica: la cloroquina, aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos para tratar la malaria, el lupus y la artritis reumatoide. El “cambio de juego”, en palabras de Trump, llevó al hombre a la tumba y a su mujer a ser internada de urgencia. Desde ese momento clave, mientras el mundo comenzaba a familiarizarse con los confinamientos y los cierres de fronteras, tanto Trump como otros líderes lanzaron campañas de desinformación que la Organización Mundial de la Salud (OMS) resume en una sola palabra: infodemia. Politizaron la pandemia con drogas y brebajes no probados por la ciencia. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, promovía la hidroxicloroquina, pariente de la (leer más)

Economía

La burbuja de la desigualdad

En 2020 se perdieron cuatro veces más empleos en el mundo que durante la crisis financiera global de 2008. Lacónico, el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre el impacto de la pandemia en el mercado laboral pronostica “una recuperación lenta, desigual e incierta, a menos que los progresos iniciales se respalden con políticas de recuperación centradas en las personas”. Esos progresos iniciales, los previstos tímidamente para mediados de 2021, se ven agravados por una baja generalizada de las horas de trabajo y de los ingresos. En un solo año se esfumaron 255 millones de puestos de trabajo. El virus de la desigualdad, como se titula otro estudio, el de la organización no gubernamental Oxfam, ahonda el abismo ente un extremo y el otro de las sociedades. La chispa desencadenó la ola de protestas distantes y no coordinadas previas a la expansión del coronavirus. En 2019, el planeta vivía sumido en estallidos relacionados con la polarización de los países, la uberización de la política y el renacimiento de los nacionalismos mientras crecía la (leer más)

Política

La reinvención de un país

Hay gente que paga puntualmente sus impuestos, pero defiende a un presidente, un ministro, un legislador, un gobernador o un alcalde que arriba al cargo con un patrimonio más o menos modesto, elude esa obligación y amasa una fortuna injustificable. No es el caso de Donald Trump, rico desde la cuna, aunque se haya jactado de no presentar su declaración de impuestos en tiempo y forma. Hay gente que también defiende a aquellos que, envueltos en un supuesto halo de impunidad, alzan el índice para señalar a quienes critican su proceder e incitan a la violencia a sus fanáticos en su afán de torcer o negar la realidad. Es el caso de Trump. Hay gente para todo. Le toca a Joe Biden, como a cualquier otro presidente en sus zapatos, la reinvención de una imagen. La de Estados Unidos. Trump alentó la rebeldía, cual adolescente caprichoso, para convencer al mundo de un fraude electoral que no pudo demostrar en los tribunales. Lega los excesos y los desplantes, así como las mentiras con modales escasos. El (leer más)

Política

Impeachment o caos

La consigna quedó clara: “Nunca nos rendiremos. Nunca cederemos. Eso no pasará. No se concede cuando se trata de un robo. Nuestro país ya ha tenido suficiente. No lo soportaremos más, y de eso se trata esto”. De eso se trata, según Donald Trump, el caos dentro del caos con el cual culmina el primer capítulo de su carrera política. Frente a la resistencia de los republicanos a declarar su incapacidad por enfermedad física o mental, como prevé la Enmienda 25 de la Constitución, la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, apuró el único recurso disponible para salvar los muebles de la democracia: el impeachment. El segundo contra Trump en cuatro años después de haber zafado en 2020, gracias a los suyos en el Senado, de las imputaciones por haber presionado a su par de Ucrania, Volodymyr Zelensky, para que le aportara pruebas de los negocios en ese país de Hunter Biden, hijo de Joe Biden, ahora presidente electo. La mayoría demócrata de los representantes aprobó aquel juicio político, el tercero en historia (leer más)

Política

El idioma del resentimiento

La tendencia en Twitter era “golpe de Estado”. No se refería al de Mali, el primero durante la pandemia, sino a la inusitada reacción de los muchachos trumpistas contra el resultado de las elecciones de Estados Unidos y, cual broche, contra la mayoría demócrata en ambas cámaras del Congreso. Un espaldarazo para el presidente electo, Joe Biden, después de haberse asegurado las dos bancas del Senado en disputa en el Estado de Georgia. Ante la igualdad de escaños, desempata la vicepresidenta, Kamala Harris. Algo tan intolerable para Donald Trump y los suyos que tomaron por asalto el Capitolio guiados por un lenguaje común. El del resentimiento. En las primeras elecciones de la historia, entre 1788 y 1789, Estados Unidos estrenó el Colegio Electoral. El único candidato a presidente, George Washington, ganó con el ciento por ciento de los votos. Quizá como hubiera pretendido en las del 3 de noviembre de 2020 el actual presidente, eje de una suerte de referéndum en un país polarizado cuyos fanáticos insisten en creerle. O en interpretar a ciegas que (leer más)

Economía

Brexit, año uno

El mundo cambió en forma vertiginosa en los últimos años. Tanto que un divorcio puede celebrarse con el mismo regocijo que una despedida de soltero. Lo expresaban las caras del primer ministro británico, Boris Johnson, y de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, cuando firmaban, cada uno por su lado, cual matrimonio desavenido, el final de un vínculo que duró lo suyo, 47 años, después de cuatro años, seis meses y una semana de idas y venidas. Las negociaciones comenzaron tras el referéndum por el Brexit, en junio de 2016, y concluyeron al filo del último día de 2020. Resultó ser el broche del peor año de nuestras vidas. El acuerdo comercial supone un telón de cierre y otro de apertura tanto para Londres como para Bruselas. La Cámara de los Comunes evitó el riesgo de un epílogo a las bravas. Un Brexit duro. Lo sorteó con 521 votos a favor y 73 en contra, de modo de aceitarle el camino a Johnson para seguir con una agenda a plazo fijo: (leer más)

Política

La resignación de los venezolanos

El régimen de Nicolás Maduro cantó victoria en las amañadas legislativas de Venezuela con un escaso 30 por ciento de participación del electorado. El fin no justificaba los medios: recuperar la Asamblea Nacional, el único órgano controlado por la oposición desde 2015. ¿Qué legitimidad tuvo el voto del 6 de diciembre? Significaba para muchos venezolanos la bolsa de comida de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). No se trató de una decisión, sino de una opción: comer o pasar hambre. Los comicios estaban signados por la abstención, el boicot, las denuncias de fraude y la falta de reconocimiento de parte de la comunidad internacional. Al domingo siguiente, 21 personas fracasaron en su intento de huir de la miseria en una balsa precaria. Iban de Güiria, Venezuela, a Chaguaramas, Trinidad y Tobago. Murieron ahogadas. ¿Es causal el parecido con el infortunio de aquellos que quieren escapar de Cuba o ingresar en Estados Unidos desde México con la ayuda de coyotes (mafias fronterizas)? La diferencia radica en que el régimen de los Castro dibujaba mejor (leer más)

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Brexit inyectable

El primer ministro belga, Alexander De Croo, procuró descafeinar la euforia de su par británico, Boris Johnson, por el comienzo de la vacunación contra el coronavirus en el Reino Unido. De Croo empleó tres palabras: “Fabricada en Europa”. Una forma de bajarle los humos a Johnson, empeñado en adjudicarse el patrimonio de la vacuna y en concretar el Brexit, sí o sí, el 31 de diciembre. Una fecha clave que la socióloga argentina Celia Szusterman, directora del programa latinoamericano del Institute for Statecraft, ve con preocupación desde Londres, así como la presunta inmunidad colectiva por la aplicación de la vacuna contra el COVID-19. Una mujer de 90 años, Margaret Keenan, fue la primera en recibirla. Le tocó después a un hombre de 81 años de curiosa identidad, William Shakespeare. La ruptura británica sin acuerdo con la Unión Europea amenaza con interrumpir los flujos comerciales y de servicios, además de obstaculizar la cooperación en seguridad, sanidad, investigación y otros muchos ámbitos, advierte Szusterman. Si en el Reino Unido reina la polarización, en Estados Unidos ocurre otro (leer más)