
Mucho trabajo, poco empleo
En Europa no se habla de otra cosa que no sea el desempleo. Es alarmante. En los Estados Unidos, a pesar de transitar un año decisivo de elecciones presidenciales, difícilmente mejore ese índice. El déficit se extiende a Medio Oriente y África del Norte y Subsahariana, traducido en descontento social. Sólo América latina parece zafar de la tendencia negativa: este año, gracias a la bonanza acumulada en los anteriores y algunos indicios de estabilidad, aumentará un 0,5 por ciento la ocupación urbana, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina (Cepal). ¿Es el mundo al revés? Más o menos. Curiosamente, aquellos que antes reclamaban reformas estructurales en la región extienden ahora una receta similar en el Atlántico Norte. En todo el mundo, el desempleo afectará a 202 millones de personas en 2012 y a 207 millones en 2013, según la OIT. En un año, de confirmarse esos agoreros pronósticos, una legión de cinco millones de personas (algo así como la población entera de Costa Rica (leer más)