El todopoderoso
En los ochenta, Irving Wallace escribe una formidable novela cuyo inescrupuloso protagonista vive tan obsesionado con el poder que es capaz de manipular personas y acontecimientos para lograr sus propósitos. Se llama Edward Armstead. Está obligado a convertir al diario Record, de Nueva York, en el más vendido de los Estados Unidos y a hacer suya a la amante de su difunto padre para heredar su inmensa fortuna. Es, o cree ser, El todopoderoso –título del libro– hasta que Victoria Weston, avispada periodista del diario, sospecha sobre el turbio origen de las primicias que ayudan a incrementar las ventas. Y empieza a investigar. ¿Qué descubre? La verdad. No pretende nada en particular, excepto ejercer su oficio con libertad. Es sorprendente cómo se han invertido los papeles. Tres décadas después de la aparición de la novela de Wallace investigan más los gobiernos que los periodistas, sobre todo en América latina. Y, a su vez, los gobiernos juzgan con absoluto desparpajo a los medios de comunicación, culpándolos de los males contemporáneos y pretéritos. Es como avanzar en (leer más)