Venezuela va al quirófano
No pudo con su genio Hugo Chávez apenas supo que, como otros líderes de América latina, padecía cáncer. Les atribuyó a los Estados Unidos, en plan especulativo, haberles inducido la enfermedad, comparándola con los experimentos con sífilis en Guatemala durante la década del cuarenta, “y que nadie lo sepa y se descubra dentro de 50 años o no sé cuánto”. Ni en su peor dolencia repara el presidente bolivariano en su obsesión de sospechar de la mano negra del imperialismo yanqui. Más grave aún es que, urgido por otra intervención quirúrgica en Cuba, no haya delegado el poder en el vicepresidente e insista en gobernar vía satélite. Es la tercera operación en Cuba, donde también recibió tratamiento de quimioterapia. Desde junio de 2011, su estado de salud se mantiene como un secreto de Estado hasta que decide revelarlo. Su círculo íntimo, en el cual desconfía, siempre procura echar paños fríos por miedo a la represalia o la orfandad. En el horizonte asoman las presidenciales del 7 de octubre, clave para cumplir con su intención de (leer más)