Tacos altos y afilados
Le pregunté a la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla, si pudo haber influido su condición de mujer en la disputa con Nicaragua por la ocupación militar de los humedales de la isla Calero, donde el gobierno de Daniel Ortega pretende construir un canal para desviar el curso del río San Juan. “No podemos descartarlo –respondió en plural–. Y no porque a mí me obsesione esa característica. Es algo que superé hace tiempo. Lo he escuchado. De ser así, están equivocados”. El conflicto, sometido a tribunales internacionales, estalló en octubre de 2010. Habían transcurrido pocos meses desde la asunción presidencial de la primera mujer en la historia de Costa Rica. Le pregunté a la presidenta de Irlanda, Mary McAleese, por qué no llevaba bolso como la mayoría de las mujeres: “Siempre llevo a mi marido –despejó mi duda con naturalidad–. Martin lleva el dinero, las llaves y todo eso que una suele cargar. Yo prefiero llevar solamente a mi marido”. Era broma, pero hablaba en serio. Martin estaba sentado a su lado, impertérrito, sonriente, orgulloso (leer más)