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El debate sobre TikTok

El informe Tiktok, propaganda y espionaje: navegando los mitos y realidades de la plataforma para América Latina, de Sascha Hannig, revela que esa red social, originaria de China, tiene en América Latina más usuarios que X, antes Twitter, y Snapchat. “Se ha debatido si TikTok es una amenaza de seguridad», dice Hannig, asistente de investigación en el Centro de Investigación de Gobernanza Global de la Universidad de Hitotsubashi, de Japón, en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. Tiktok no esté exenta de polémicas y cuestionamientos que van desde la posibilidad de convertirse en una herramienta militar hasta la capacidad de inducir opiniones en menores de edad, sus principales consumidores, según Hannig, analista internacional con experiencia como reportera financiera y cofundadora del Centro de Análisis para la Democracia en Chile. Explica desde Tokio que casi el 40 por ciento de los jóvenes utiliza Tiktok, originaria de China, donde el Partido Comunista tiene la facultad de bloquear o censurar información sensible. En ese país, Afganistán, Hong Kong, India y Pakistán está prohibida. Otros han limitado (leer más)

Actualidad

El día que Trump perdió el juicio

No ha de haber peor sentencia que una por abuso sexual. Más aún para un expresidente de Estados Unidos empeñado en reincidir en el cargo. Eso importa al común de los mortales, no a Donald Trump, condenado por un tribunal de Nueva York a pagarle 5 millones de dólares (unos 4,56 millones de euros) a E. Jean Carroll por haberse propasado con ella en los probadores de la sección de lencería de una tienda de Manhattan. Ocurrió en 1996, pero Carroll, escritora y ex columnista de la revista Elle, no ventiló la historia hasta 2019, cuando publicó su libro de memorias. Aprovechó entonces una hendija legal que permitía que las víctimas de esos delitos pudieran denunciarlos a pesar haber prescripto. Trump aún era presidente. Carroll, de 79 años, se ha convertido en la primera en hacerle pagar sus fechorías con mujeres. Varias han hecho denuncias de acoso y de violación que cayeron en saco roto mientras él aún se jacta de sus hazañas sexuales. Detalles más, destalles menos, el veredicto del tribunal de Nueva York (leer más)

Política

Amigo de Bin Laden y aliado de Bush

En vísperas de las presidenciales norteamericanas de 2000, George W. Bush no sabía cómo se llamaba el presidente de Pakistán. Un año después, tras la voladura de las Torres Gemelas, el general Pervez Musharraf, criticado tanto por la mano dura que aplicaba en su país como por su amistad pretérita con Osama bin Laden, iba a convertirse en un aliado clave de Estados Unidos: cedió su espacio aéreo para el despliegue de la mayor coalición de la historia en el vecino Afganistán, nido del régimen talibán y de Al-Qaeda, y entregó a varios sospechosos de terrorismo que luego iban a ser interrogados en Guantánamo. Bush no pagaba caro su lapsus o su desliz, sino el favor recibido. Musharraf tenía un defecto de fábrica: había derrocado como jefe del ejército al primer ministro Nawaz Sharif, hermano del actual primer ministro, Shehbaz Sharif, en 1999. Era un presidente de facto. Sus herederos políticos, así como aquellos que respondían a la ex primera ministra Benezir Bhutto, asesinada a finales de 2007, se aprestaban a sucederlo tras su renuncia (leer más)

Economía

El bolsillo de los rusos

Rusia está en guerra, por más que sus autoridades insistan en descafeinarla con el mote de operación militar especial. La palabra guerra roza la herejía en los dominios de Vladimir Putin, así como invasión y ofensiva. A poco de comenzar la brutal embestida contra Ucrania, siete de cada 10 rusos estaban de acuerdo con la defensa de la población que habla su idioma en la región del Donbass, independizada por la Duma (Parlamento ruso) como si formara parte de su soberanía. Lo confirman encuestas de dudosa credibilidad en las cuales no se sabe si los consultados responden lo que piensan o lo que suponen que esperan que piensen. La propaganda del Kremlin hizo lo suyo con una suerte de choque de civilizaciones entre Rusia y Occidente. Varias semanas después de los primeros estrépitos, largas filas de rusos pugnan por comprar azúcar, sal y pan. Cada ciudadano puede adquirir seis kilos de azúcar y otros tantos de sal en puntos de reparto establecidos por el régimen. El desabastecimiento y la inflación suben a la velocidad en (leer más)

Actualidad

Afganistán, punto y aparte

El 911, número de teléfono de emergencias en Estados Unidos, pasó a ser el símbolo de un aniversario doloroso. El de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Veinte años y monedas después hubo otra catástrofe: la caída de Afganistán en manos de la supuesta versión edulcorada del régimen talibán. El mundo pasó página rápidamente, como si se tratara de un episodio más de la segunda temporada de una serie de televisión, mientras decenas de personas intentaban huir del tormento de la sharía (ley islámica). Uno de cada tres afganos no sabe “de dónde saldrá su próxima comida”, dice el secretario general de la ONU, António Guterres. La odisea empezó a finales de agosto con la fuga del presidente Ashraf Ghani y el retiro de las tropas norteamericanas después de 20 años de ocupación. La consternación de los afganos, en su afán de huir de la inminente opresión, provocó estupor durante unas semanas en la comunidad internacionales. Un rato, en realidad. Después, punto y aparte. O el repaso del fiasco de cuatro presidentes de (leer más)

Actualidad

¿Misión cumplida?

Misión cumplida. ¿Misión cumplida? El fracaso fortifica a los fuertes, según Antoine de Saint-Exupéry, autor de El Principito. ¿Quiénes son los fuertes? Los talibanes, más allá de la perorata de Joe Biden sobre el final de la guerra más larga de la historia. El fracaso, como la necesidad, tiene cara de hereje. Palabra que no sólo se atribuye a la persona que niega alguno de los dogmas establecidos por una religión, sino también al descreído. Esa impresión dejó Estados Unidos después de dos décadas de ocupación militar en Afganistán. La de un mundo desconfiado de su autoridad como nación indispensable. ¿Es el final de una era, como pudo serlo para Gran Bretaña la debacle del Canal de Suez, en 1956, o para la Unión Soviética el retiro de Afganistán, en 1989, poco antes de la caída del Muro de Berlín y de su propia desintegración? Biden, a diferencia George W. Bush en Irak, no pudo celebrar una victoria. En aquella guerra tampoco Estados Unidos podía jactarse de haber resuelto el problema con la ejecución de (leer más)

Política

La versión edulcorada de los talibanes

Contada en primera persona por Malala Yousafzai, la chica que sobrevivió al intento de asesinato de los talibanes en Pakistán y resultó ser la ganadora más joven de la historia del Premio Nobel de la Paz, la versión edulcorada de los nuevos patrones de Afganistán se diluye de inmediato. Malala recuerda su infancia: “Cuando los talibanes tomaron mi ciudad natal en el valle de Swat en 2007 y poco después prohibieron que las niñas recibieran educación, escondí mis libros bajo mi largo y grueso chaúl y caminé a la escuela con miedo. Cinco años después, cuando tenía 15 años, los talibanes intentaron matarme por alzar la voz sobre mi derecho a ir a la escuela”. Un derecho vedado a las mujeres por la sharía (ley islámica), así como trabajar fuera de casa y salir a la calle sin el burka y en compañía de un hombre de la familia. Malala, de 24 años, víctima del régimen talibán, recibió tres balazos en 2012. Iba en un autobús escolar. Rumbo al hospital militar en Peshawar, su padre, (leer más)

Actualidad

El embrión de otra teocracia

Pocos países adoptaron la teocracia como forma de gobierno: Irán, Mauritania, Arabia Saudita, Sudán y Yemen con la sharía (ley islámica) y el Vaticano con una monarquía cristiana encarnada en el Papa. ¿Está Afganistán, bajo las barbas del régimen talibán, en vías de convertirse en un emirato en el cual su eventual presidente o líder ejerza el poder político en calidad de ministro de Dios? La debacle de las instituciones democráticas, más allá de la corrupción, el narcotráfico el fraude y otros lícitos frecuentes, descarriló en el embrión de un gobierno de facto de dudosa credibilidad puertas adentro y de peligrosa caladura en la comunidad internacional. No se trata de un fenómeno aislado. Joe Biden subestimó al régimen talibán. En público, al menos, confió en que el retiro de las tropas norteamericanas acordado por su antecesor, Donald Trump, no iba a envalentonar a los creadores de Al-Qaeda. Estados Unidos invirtió o despilfarró 83.000 millones de dólares desde 2001 en entrenar y equipar a los militares afganos en el refugio de Osama bin Laden, ejecutado 10 (leer más)

Política

¿En qué manos queda Afganistán?

Desde la ejecución de Osama bin Laden en su madriguera de Pakistán, en 2011, tanto el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como su sucesor, Donald Trump, barajaron la posibilidad de poner punto final a la guerra más larga de la historia de su país. La declarada en 2001 por George W. Bush contra el régimen talibán en Afganistán, vecino de Pakistán, en represalia por la voladura de las Torres Gemelas. Veinte años después del comienzo, Joe Biden ha decidido el retiro de las últimas tropas norteamericanas antes de una fecha simbólica, el 11 de septiembre. El contingente, de 100.000 efectivos cuando Obama asumió la presidencia, ronda entre 2.500 y 3.000 en la actualidad. La guerra en sí, un escudo ante la amenaza de atentados en Estados Unidos, perdió interés entre los norteamericanos, enfocados en la crisis sanitaria, puertas adentro, y en la recomposición de la imagen nacional ante los desafíos de China y Rusia, puertas afuera. Un eventual resurgimiento de Al-Qaeda, engendro terrorista con sello talibán y firma de Bin Laden, figura entre (leer más)

Política

Los muchachos trumpistas

Menudo berrinche montó Donald Trump, obstinado en no concederle la victoria a Joe Biden y en insistir en las denuncias de fraude en las elecciones. La purga en la Casa Blanca empezó con el jefe del Pentágono, Mark Esper, fired (despedido) por no haber enviado tropas para contener los disturbios contra la brutalidad policial tras el asesinado de George Floyd, y continuó con el director de la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad, Christopher Krebs, en el cadalso por haber opinado que las elecciones resultaron ser “las más seguras en la historia de Estados Unidos«. El zafarrancho incluyó la reducción de las fuerzas militares de 4.500 a 2.500 en Afganistán y de 3.000 a 2.500 en Irak a pesar de los reparos de los militares. Una desescalada a la cual se oponía el exsecretario Esper, de modo de preservar la seguridad en ambos países tras las guerras que declaró George W. Bush en respuesta a la voladura de las Torres Gemelas. Si el lema en Argentina era “ni yanquis ni marxistas, peronistas”, en Estados (leer más)

Política

El califato sin califa

Poco antes de su muerte, Abu Bakr al Baghdadi, alias el califa Ibrahim, había reformulado la distribución geográfica del Daesh, ISIS o Estado Islámico en una veintena de países. El divorcio de las huestes del otro difunto más buscado por Estados Unidos, Osama bin Laden, selló las diferencias. El autoproclamado califato supuso algo ajeno al ideario de Al-Qaeda. Un estadio superior: establecerse en regiones bajo el imperio de la sharia (ley islámica), de modo de aprovechar el malhumor social frente al maltrato de las autoridades chiitas, aupadas por Irán y tropas extranjeras, contra la otra rama del islam, la sunita. De pronto, un grupo de hombres vestidos de negro arribó a Mosul, la segunda de Irak. Despuntaba junio de 2014. Portaban armas, pero, a diferencia de los soldados iraquíes, mandones y corruptos, se mostraban respetuosos. Con su presencia, en especial frente a los edificios públicos, cesaron los saqueos. Un día decidieron retirar los bloques de hormigón que afeaban las fachadas. ¿Era el final del caos derivado de la guerra iniciada con la invasión de Estados (leer más)

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La carta de Lula contra Bolsonaro

Finalmente, Luiz Inácio Lula da Silva no será candidato presidencial en Brasil por haber sido juzgado en segunda instancia mientras cumple 12 años de prisión por corrupción. Su sucesor, el excandidato a vicepresidente por el PT, Fernando Haddad, crece en las encuestas, pero aún está lejos de alcanzar al favorito, el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro, convaleciente tras haber sido apuñalado durante un acto de campaña.  “En el nordeste de Brasil, donde el PT es fuerte, los electores más humildes aún no se acostumbran al apellido árabe del elegido por Lula y lo llaman Andrade”, cuenta Marcia Carmo, corresponsal de BBC Brasil en Argentina. A tres semanas de las elecciones más reñidas de la historia de Brasil desde el retorno de la democracia, la incertidumbre está servida Además Una serie de protestas multitudinarias ha sacudido las calles de Rusia las últimas semanas, pero, sobre todo, la popularidad del presidente Vladimir Putin. El motivo del descontento masivo ha sido la reforma del sistema de pensiones para elevar la edad de jubilación de las mujeres a (leer más)

Sociedad

La diversidad rompe tabúes

La transexualidad era hasta enero una enfermedad mental para la Organización Mundial de la Salud (OMS). Se trata ahora de una disfunción sexual, no de un trastorno psicológico. La tardía adecuación corre a tono con la ruptura de tabúes frente a la diversidad. Estados Unidos tiene por primera vez una candidata a gobernadora transgénero por un gran partido, Christine Hallquist en Vermont, y Alemania ha aprobado la introducción de un tercer género en el registro civil. En los formularios figurará “masculino”, “femenino” y, en caso de que los padres no puedan determinar el sexo de su hijo, “diverso”. En 2013, Alemania ha sido el primer país europeo que permitió a los padres dejar en blanco la casilla que indicaba el sexo de un bebé en su partida de nacimiento, admitiendo en forma implícita el tercer género. Los llamaba “intersexuales”. El gobierno de Angela Merkel se vio forzado a cumplir una sentencia del Tribunal Constitucional que lo obligaba a introducir la tercera alternativa. De lo contrario, aquellas personas que no sienten varones ni mujeres se sentirían (leer más)

Sociedad

Los agujeros negros del planeta

MADRID – Cuando el físico norteamericano John Wheeler acuñó en 1967 el término agujero negro no pensó en el planeta. Recreó una región finita del espacio en la cual la fuerza de gravedad es tan fuerte que ni la luz puede escapar. Descartó de ese modo otras definiciones frecuentes, como las estrellas oscuras de Michell, las singularidades esféricas de Schwarzschild, las estrellas congeladas de la Unión Soviética y las estrellas colapsadas de los físicos de Occidente. El agujero negro no requiere telescopio en 2018, sino brújula. Está al ras del suelo en Siria, Afganistán, Sudán del Sur, Myanmar y Somalia, cunas de los llamados refugiados. Los refugiados tratan de hallar cobijo en la prosperidad de Europa o de Estados Unidos. Son mundos imaginarios en los cuales buscan salir de pobres o, en verdad, huir de la violencia. Van primero a países vecinos, como Líbano desde Siria o Uganda desde Sudán del Sur. Algunos se animan a pagar peaje para arribar a un destino mejor. Las mafias de la migración clandestina usan las redes sociales para (leer más)

Política

Detrás del botín de Siria

Donald Trump clamó a comienzos de abril: “Quiero salir. Quiero traer a nuestras topas de vuelta”. De vuelta de Siria, siete años después del comienzo de una guerra que se cobró más de medio millón de muertos y 11 millones de refugiados y desplazados. El régimen de Bashar al Assad cruzó de nuevo la delgada línea roja, trazada por Barack Obama en 2012, por la cual el uso de armas químicas iba a ser condenado. Las sanciones, aplicadas tras la muerte de 1.429 civiles con gas sarín en 2013, no surtieron efecto. El brutal ataque con armas químicas contra Duma, reducto rebelde de la periferia de Damasco, segó ahora la vida de 60 civiles. Ante la masacre, Trump cambió de opinión. Prometió represalias, al igual que su par francés Emmanuel Macron, y le advirtió a Vladimir Putin que “no debería ser socio de un animal que mata con gas a su gente y lo disfruta”. En Siria, Estados Unidos realiza campañas aéreas desde 2014. Tiene unos 2.000 soldados que asesoran a las fuerzas que repelen (leer más)