Sociedad

Nombres impropios

En 1958, Robert Lane, vecino de un modesto complejo de viviendas de Harlem, Nueva York, pensó que su sexto hijo, recién nacido, iba darle suerte. Le puso Winner (ganador). Tres años después, aquella apuesta no había resultado. Le puso Loser (perdedor) a su siguiente y último hijo. Curiosamente, Winner tuvo un profuso prontuario por delitos comunes y Loser, alias Lou, llegó a ser sargento de la policía tras haber ganado una beca y graduarse en la Universidad Lafayette, de Pennsylvania, cuenta Steven D. Levitt en su libro Freakonomics. Es anécdota. Por poco tino o mucha ignorancia hay gente cuyos padres no tuvieron mejor idea que inscribirlos con nombres que despiertan reminiscencias horrorosas, como Hitler o Stalin. En los Estados Unidos hay personas con nombres de marcas, como Lexus, Arman, Bacardi y Timberland; de universidades, como Harvard, Yale y Princeton, y de profesiones y cargos públicos, como Lawyer (abogado), Judge (juez) y President (presidente). En el Reino Unido estalló ahora la polémica por la súbita notoriedad del nombre Muhammad (Mahoma en castellano) entre los bebés inscriptos (leer más)

Sociedad

El virus del miedo

Una pandemia viral como el ébola, declarada en África y contagiada a Europa y los Estados Unidos, es como una guerra contra un enemigo invisible cuyo principal aliado resulta ser el pánico colectivo En 2005, diez científicos convocados por el diario británico The Guardian coincidieron en que la mayor amenaza que podía enfrentar la humanidad era una pandemia viral, así como la erupción de un volcán de magnitud inaudita que inyectara gases en la atmósfera y bloqueara los rayos solares o una brutal profusión de atentados terroristas. “La naturaleza es la máxima bioterrorista”, concluyeron. Más que la naturaleza, el hombre pasó a ser un peligro en potencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe el actual brote de ébola como «la más severa, grave emergencia sanitaria vista en los tiempos modernos». Desde diciembre de 2013, el ébola mató a más de 4.000 de los 9.000 infectados. Mil personas por semana contraen la enfermedad. En diciembre, según la OMS, serán entre 5.000 y 10.000. Esta vez, apareció en Guinea, se filtró en Liberia, Sierra Leona (leer más)

Sociedad

En Brasil de eso no se habla

Dilma Rousseff y Marina Silva, a pesar de su condición femenina, rehúyen debatir temas tan sensibles como el aborto y la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo En Brasil está prohibido el topless. Más que prohibido, prohibidísimo. En la playa de la garota de Ipanema, así como en las de Buzios, Florianópolis y otras también conocidas, la mera exhibición del torso desnudo puede costarles a las mujeres una multa por “gesto obsceno” y, según una ley de la década del cuarenta nunca derogada, una pena de entre tres meses y un año de prisión. Es un “atentado al pudor”. En los carnavales, curiosamente, van por el Sambódromo del  Marquês de Sapucaí como Dios las trajo al mundo. Corresponde. El desparpajo es parte de la fiesta, quizá la más famosa del planeta. ¿Quién entiende el recato, por un lado, y la desenvoltura, por el otro? Van de la mano. El 75 por ciento de los 202 millones de brasileños profesa la fe católica. Es el país con la mayor cantidad de católicos del mundo, (leer más)

Sociedad

E-mail mata cartero

Los repartidores a domicilio serán reemplazados por drones en los Estados Unidos y, desde 2019, no habrá más entrega postal en Canadá a raíz del auge del correo electrónico Del libro “How, ¿Por qué significa tanto cómo hacemos las cosas?”, de Dov Seidman, no me impresionó el prólogo de Bill Clinton, sino el afán de un repartidor de United Parcel Service (UPS) en cumplir con su trabajo. El autor le había encargado a un joyero de Nueva York una pulsera para su esposa con motivo de su aniversario de bodas. La esperaba al día siguiente en su oficina de Los Ángeles. El repartidor de UPS, Ángel Zamora, había terminado su turno, pero notó que el envío se había demorado en la bodega. Logró concretarlo esa misma tarde. Días después, al verlo, Seidman le agradeció. “Es lo que hago”, obtuvo como respuesta. Lo había hecho bien. Trabajen de un modo o del otro, los repartidores a domicilio pueden tener los días, o acaso los años, contados. Eso ocurrirá si prospera el plan del presidente de Amazon, (leer más)

Sociedad

Abierto por fútbol

Durante el Mundial, varios gobiernos intentan capitalizar el prestigio de sus seleccionados para obtener réditos extradeportivos y medir el pulso del electorado Cada cuatro años, el escritor uruguayo Eduardo Galeano cuelga en la puerta de su casa de Montevideo un curioso cartel manuscrito: “Cerrado por fútbol”. No lo quita hasta que se consagra el campeón. Es el sueño de muchos gobiernos, deseosos de tomarse un respiro de los problemas cotidianos o, en algunos casos, de medir el pulso del electorado en un momento de distracción. En ese paréntesis llamado Mundial, el planeta rueda al compás de la pelota. Casi en forma milagrosa, las diferencias políticas se esfuman hasta en los países cuyos seleccionados no se han clasificado. En 2010, el gobierno socialista de España quiso atesorarlo con un controvertido plan de reforma laboral. La Roja, marca registrada del seleccionado, iba a ser campeón mundial, pero perdió el primer partido y sembró dudas hasta el siguiente. Decía entonces The New York Times que “el ascenso a la categoría de gran potencia futbolística” bendecía el matrimonio entre (leer más)

Sociedad

Sobrevivió para contarlo

La lección de Immaculée Ilibagiza, escondida 91 días en un pequeño baño con siete mujeres durante el genocidio de Ruanda En eso, uno de ellos dijo: “He matado 399 cucarachas. Immaculée sería la número 400. Es un buen número para matar”. Del otro lado de la pared, “a menos de tres centímetros del estuco y madera que nos separaban”, Immaculée Ilibagiza, aterrada, aferraba su única tabla de salvación, el rosario rojo y blanco que le había regalado su padre. “Me agazapé en la esquina de nuestro minúsculo baño secreto sin mover un músculo”, recuerda. En esa precaria guarida de un metro de ancho por un metro veinte de largo sobrevivió durante 91 días con siete mujeres. Más de un millón de personas iban a ser masacradas en ese infierno desatado en Ruanda en 1994. Immaculée, de 22 años de edad, católica devota, estudiaba ingeniería, rara avis en un país machista y pobre de África central. Estuvo en estos días en “la tierra del Papa”, la Argentina, memorando el horror y pregonando el perdón. Sobre sus (leer más)

El Interín de Jorge Elías
Sociedad

Burbujas argentinas

En los noventa, el presidente Carlos Menem prometió naves espaciales capaces de ir “en una hora y media a Japón, Corea y, por supuesto, a otro planeta”. Cundió el pánico en la Vía Láctea. Cristina Kirchner, de igual partido y diferente ideología, prometió ahora trenes de alta velocidad con tarifas europeas en un país de salarios africanos. Estalló la euforia: los usuarios del transporte urbano, subsidiado por el Estado, quemaron vagones en gratitud por las bondades del actual servicio ferroviario.

Sociedad

El color de la marihuana

Antes políticamente incorrecta, la tendencia hacia la legalización pasó al primer plano después de haberse aprobado en Uruguay y en los Estados norteamericanos de Colorado y Washington Curiosamente, el tabaco provoca más rechazo que la marihuana. Después de los Estados norteamericanos Colorado y Washington, Uruguay es el primer país en legalizarla. Su presidente, José “Pepe” Mujica, se ataja: “No es para que la gente fume más”. En América latina, los narcos amenazan con dinamitar Estados. En la Argentina, Chile, Noruega, Finlandia, Suecia y China, las penas por el consumo van desde la pérdida de la libertad hasta las terapias de desintoxicación. En Italia, Suiza, Alemania, Bélgica, España y Portugal no ha aumentado el consumo tras su despenalización. Holanda ha vuelto a venderla a los extranjeros después haberlo prohibido. Sólo Corea del Norte, el país más cerrado del mundo, no considera droga a la marihuana ni al opio. ¿Qué hay detrás de la legalización de la marihuana, más allá de los reclamos de los consumidores? Verde como los dólares, la marihuana pasó a ser un gran (leer más)

El Interin de Jorge Elías
Sociedad

Sálvese quien pueda

¿Un iceberg?, exclamó el comandante Lightoller, segundo oficial del Titanic. Los icebergs no llegan a estas latitudes. Le digo que sí, insistió Boxall, el cuarto oficial. Golpeamos algo, admitió Lightoller. ¿Un iceberg?, exclamó de nuevo. Tenemos agua en la cubierta F, señor, corroboró Boxall. Domingo, 11.45 PM. Muerte súbita, agonía lenta. Dos horas y media tardó en cerrarse el último aro de agua. El griterío resbalaba en la cubierta, fría y húmeda como la noche. Todos los pasajeros tenían salvavidas. ¿Las mujeres y los niños, primero? Los botes no alcanzaban; en algunos iban sólo hombres. Un millonario ofreció una fortuna a cambio de un lugar en uno de los botes. Aceptó el trato una pasajera de tercera clase. No llegó a ver un céntimo. Murió ahogada con otros 814 pasajeros y 688 miembros de la tripulación. Horror. Eran 2.208 antes de arribar a Nueva York, el destino que jamás iban a alcanzar. Apenas 705 fueron rescatados por el transatlántico Carpathia. Martes, 8.30 PM. El Carpathia arribó a Nueva York. Es mi deber informarles que ayer, (leer más)

El Interin de Jorge Elías
Sociedad

¿Quién me ha robado el mes de abril?

Trabajaba en la Editorial Kapelusz, a dos calles de la Plaza de Mayo. Cada jueves veía a las señoras de pañuelos blancos haciendo sus rondas. Era viernes. Unos días antes, el 30 de marzo, la policía había reprimido con saña y alevosía una multitudinaria concentración sindical. A mis 18 años, verde en todo, no entendía nada. Ese viernes, 2 de abril, aquellos que despotricaban contra la dictadura militar comenzaron a elogiarla. La Argentina había recuperado las Malvinas. Las tenía bien presentes: en un mapa del Manual del Alumno Bonaerense habían sido impresas de color amarillo, como Chile, y nos pusieron a pintarlas con témpera de color blanco, como la Argentina.

Sociedad

El último samurái

¿Qué lleva a personas de distintos países a aislarse en la selva durante un conflicto armado y vivir como si el planeta conocido hubiera dejado de existir? Con bananas, cocos y arroz, el soldado japonés Hiroo Onoda sobrevivió en la isla Lubang, Filipinas, tres décadas después del final de la Segunda Guerra Mundial. No le avisaron que la guerra había terminado en 1945. Tras una difícil negociación, se rindió el 9 de marzo de 1974. Falleció el 16 de enero de 2014; tenía 91 años de edad. Lo habían declarado muerto en 1959. En 1972 se quedó solo por el deceso del segundo de los dos soldados que lo acompañaban; otro se había rendido en 1950. Por poco superó en eso de no aceptar la realidad al soldado japonés Teruo Nakamura, hallado en la isla indonesia de Morotai el 18 de diciembre de 1974.

No Picture
Sociedad

¿Cómo conservar un jarrón chino?

Los ex presidentes son como los jarrones chinos: bellos, valiosos y casi inútiles. Felipe González, presidente del gobierno español desde 1982 hasta 1996, suele atribuirse esa sarcástica comparación incluyéndose a sí mismo. No le falta razón. En un mundo de 7.000 millones de habitantes, apenas 194 países, según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), o 204, según la lista de participantes de los Juegos Olímpicos de Londres, deben velar por el retiro de sus mandatarios, a veces venturoso, a veces no tanto. En América latina, con su renovada democracia excepto en Cuba, la alternancia no deja de ser un fenómeno novedoso y, sobre todo, saludable.

Sociedad

Las nuevas guerras de secesión

Un fantasma recorre la espina dorsal del planeta cuando los Estados Unidos y Rusia se enzarzan por países en conflicto, como Ucrania y Siria. Es el fantasma de la Guerra Fría, muerta y sepultada tras el final de la Unión Soviética. En esta remozada versión, Washington y Moscú no intercambian golpes en forma directa como Rocky Balboa e Iván Drago sobre el ring. De hacerlo, no quedaría piedra sobre piedra. Riñen a través de terceros en discordia. Entablan una proxy war (guerra por delegación) cuya pelea de fondo dirimen, en apariencia, países que quieren pueblos prósperos y países que quieren Estados poderosos.

Sociedad

El Gran Hermano te vigila

¿Es Snowden un héroe por haber revelado prácticas que atentan contra la privacidad de las personas o un traidor por haber puesto en peligro la seguridad de su país? Los escándalos de espionaje masivo en los Estados Unidos han hecho disparar las ventas del libro “1984”, de George Orwell. Su crítica al totalitarismo soviético, plasmada a mediados del siglo XX, pasó a ser una denuncia global contra la capacidad del Estado de controlar a los ciudadanos. Por la llamada ley patriota de George W. Bush, los servicios secretos de su país están exentos de la vigilancia gubernamental. La granada estalló en 2013 en las manos de Obama. Coincidió con la guerra fría que libra contra su par de Rusia, Vladimir Putin, protector de Edward Snowden, fugitivo de la justicia norteamericana. Snowden, ex administrador de sistemas de la compañía privada de inteligencia Booz Allen Hamilton, del Centro de Operaciones de Amenazas de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) en Hawaii, de la CIA y de la compañía de informática Dell, confió documentos secretos a los periódicos (leer más)

Sociedad

Todos contra uno

Con un contexto desfavorable por la alarmante brecha entre ricos y pobres, Obama anunció un aumento del salario mínimo para acercarse a la clase media Sancho Panza observaba en el siglo XV que en el mundo había dos linajes, “el tener y el no tener”. Seis siglos después, 85 personas tienen tanto dinero como 3.570 millones, poco más de la mitad de la humanidad. Ese uno por ciento, como supo redondearlo el movimiento de indignados norteamericanos Occupy Wall Street, supone una amenaza para el sistema político y el económico. Sólo en los Estados Unidos, ese segmento ha concentrado desde 2008, cuando estalló la crisis, el 95 por ciento del crecimiento. El problema persiste: es la desigualdad, más allá de la preocupación que provoca la pobreza. Del contexto no escapa ningún país. Menos aún los Estados Unidos, aunque hayan procurado alejarse de la responsabilidad mundial que asumieron después del derrumbe de la Unión Soviética. En ello radica la importancia de cada discurso sobre el Estado de la Unión, balance y perspectivas anuales de los presidentes norteamericanos (leer más)