El riesgo de imitar a Bukele

Sergio Arauz, periodista del elfaro.net, describe en el programa Cuarto de Hora el polémico método de lucha contra las pandillas que quieren importar otros gobiernos




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Desde hace más de un año rige en El Salvador el llamado régimen de excepción. Se trata de una herramienta aprobada por la Asamblea Legislativa después de una ola de homicidios cometidos por las pandillas, especialmente la Mara Salvatrucha, entre el 25 y el 27 de marzo de 2022. Otros gobiernos pretenden imitarlo.

La medida extraordinaria para abordar situaciones de emergencia fue renovada mes tras mes por los legisladores salvadoreños. Pasó a ser la fórmula del presidente Nayib Bukele no solo para contrarrestar el delito, sino también para concentrar poder.

“El régimen de excepción suspende derechos constitucionales”, dice Sergio Arauz, periodista de elfaro.net, en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. El medio digital decidió mudar su sede administrativa a Costa Rica en respuesta a los ataques del gobierno de Bukele. Denuncia el desmantelamiento de la democracia, la falta de controles y el cierre de todo mecanismo de transparencia y rendición de cuentas.

«Sabemos que esta paz no asegura calma para el futuro”, afirma Arauz

Arauz asevera desde San Salvador: “Estamos ejerciendo el periodismo en condiciones similares a las de una guerra. Puede pasar cualquier cosa. Esto viene acompañado del elemento moderno que da al presidente la posibilidad de imponer su narrativa. Hay una maquinaria de propaganda extendida no solo en el país, sino en toda América Latina. Cualquier voz disonante con el discurso o la narrativa impuesta es aplastada o sometida a una campaña de desprestigio”.

Sin límites para el poder de la policía y el ejército, Bukele alentó una cruzada de arrestos masivos e inauguró una cárcel con capacidad para 40.000 personas. Lo bendicen las encuestas, más allá de que el régimen de excepción, complementado con el Plan Control Territorial, suspenda derechos, como la libertad de asociación, y ponga en riesgo otros, como la libertad de expresión y de prensa.

“Sabemos que esta paz no asegura calma para el futuro”, afirma Arauz. Y añade: “No importa lo que diga la ley, sino cómo la lee Bukele”. Un presidente que en países azotados por el delito pasó a ser algo así como un modelo o, acaso, una amenaza.

Dirección: Gabriel Salvia

Producción: Lisette Kugler



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