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El riesgo de imitar a Bukele

Desde hace más de un año rige en El Salvador el llamado régimen de excepción. Se trata de una herramienta aprobada por la Asamblea Legislativa después de una ola de homicidios cometidos por las pandillas, especialmente la Mara Salvatrucha, entre el 25 y el 27 de marzo de 2022. Otros gobiernos pretenden imitarlo. La medida extraordinaria para abordar situaciones de emergencia fue renovada mes tras mes por los legisladores salvadoreños. Pasó a ser la fórmula del presidente Nayib Bukele no solo para contrarrestar el delito, sino también para concentrar poder. “El régimen de excepción suspende derechos constitucionales”, dice Sergio Arauz, periodista de elfaro.net, en el programa Cuarto de Hora, de CADAL TV. El medio digital decidió mudar su sede administrativa a Costa Rica en respuesta a los ataques del gobierno de Bukele. Denuncia el desmantelamiento de la democracia, la falta de controles y el cierre de todo mecanismo de transparencia y rendición de cuentas. «Sabemos que esta paz no asegura calma para el futuro”, afirma Arauz Arauz asevera desde San Salvador: “Estamos ejerciendo el periodismo (leer más)

Sociedad

El salvador de El Salvador

Después de nueve meses en estado de excepción, El Salvador cree que encontró al salvador. El presidente Nayib Bukele aplica la mano dura contra las pandillas con la bendición de la ciudadanía. Una catapulta para entusiasmarse con su reelección en 2024 mientras bajan los índices del delito, pero crece la falta de garantías de los derechos humanos. El precio, demasiado alto, supone un deterioro de la democracia mientras el autoritarismo gana terreno.  En menos de un año hubo 1.000 casos graves de violaciones y abusos y la muerte de al menos 90 personas bajo custodia del Estado salvadoreño. Un sondeo de LPG Datos, del diario La Prensa Gráfica, de San Salvador, dice que el 87,8 por ciento de los salvadoreños aprueba los tres años y medio de gestión de Bukele y que el 89,5 por ciento está de acuerdo con el combate de policías y militares contra las pandillas más allá de los métodos. Otro, hecho por la ONG Fundaungo, recoge cifras similares: el 89,8 por ciento se siente conforme con el estado de excepción, (leer más)