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Salón de Columnas del Palacio de Oriente. Seis de la tarde. España se prepara para un acto histórico, la ceremonia de promulgación y sanción de la ley por la que se hace efectiva la abdicación de Don Juan Carlos I, Rey de España.
Una firma que pone fin a 39 años de Reinado y en la que todos han querido estar presentes, desde las 150 autoridades del Estado invitadas a los ciudadanos que los recibían entre vivas a las puertas del Palacio Real, y los que siguen la ceremonia a través de sus televisores.
La ceremonia comenzaba, ante la atenta y emotiva mirada del Monarca, con la lectura de sus propias palabras en el día, que ya forma parte de la Historia de España, en el que comunicó a la nación su decisión de abdicar. El Rey se refirió entonces a «lo que hemos sido y somos, una gran nación», y habló del «orgullo y gratitud» con el que pone fin a su Reinado. Dejaba claro entonces Don Juan Carlos que sus 39 años como Jefe de Estado se ha mantenido «fiel al anhelo político» de su padre. «He querido ser Rey de todos los españoles, he gozado con sus éxitos y he sufrido cuando el dolor les ha embargado», indicó. Apostó también el Monarca por la «renovación», para «corregir errores».
«Una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista. Merece pasar a la primera línea una generación más joven con nuevas energías», defendía entonces el Rey, un traspaso que con este acto comienza a hacerse efectivo. «Quiero lo mejor para España, a la que he dedicado mi vida entera», se despedía Don Juan Carlos.
El momento más emotivo correspondía al propio Monarca, que se dirigió ayudado por un bastón a sancionar la ley orgánica, para que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la refrendara más tarde con su firma. «Queda sancionada, promulgada y refrendada la ley orgánica que será publicada mañana en el Boletín oficial del Estado», decía el subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Jaime Pérez Renovales, encargado de dar lectura a la ley.
Zarzuela ya adelantó que no habría discurso del Monarca en esta ocasión. Pero sí un esperado gesto. Don Juan Carlos se abrazaba a Doña Sofía, su fiel compañera en estos años de Reinado, para después dar un emotivo abrazo a su hijo y Heredero, a punto de convertirse en Felipe VI.
El Monarca cedió entonces su sitio en la presidencia de la ceremonia de sanción de su abdicación a Don Felipe, que a partir de la publicación en el BOE del texto hoy sancionado será Felipe VI. Doña Sofía, Don Felipe y Doña Letizia se sumaron al caluroso aplauso de los invitados, con el que rendían homenaje a un Monarca que cede el trono visiblemente emocionado y satisfecho, y al que se le escapaba alguna sonrisa.
Las Infantas Leonor y Sofía se acercaron también a Don Juan Carlos, a quien besaron y saludaron, para luego volver a sus asientos. La Familia Real ha abandonado entonces el Salón de Columnas, con el Rey en cabeza, seguido de Doña Sofía y los futuros Reyes, con sus dos hijas de la mano de Don Felipe, mientras sonaba de nuevo el himno nacional.
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