Te llamo para atrás
El spanglish, aceptado ahora por la Real Academia Española, puede llevar a confusión o, en el mejor de los casos, a risa La Administración Federal para Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos prohíbe la clonación de seres humanos, pero no logra frenar los embarazos masculinos. Cada dos por tres, un hombre aparece en ese estado. Lo denuncian sus esposas: «Mi marido está embarazado, you know (tú sabes)». Al averiguar quién es el padre de la criatura, uno se topa con la cruda realidad: embarazado significa avergonzado (embarassed); también se usa como sinónimo de apenado o disgustado. Por culpa del spanglish, síntesis del aporte de los latinos a la cultura norteamericana, peores aún son aquellos que en los velatorios expresan simpatía en lugar de condolencias. Es lo último que aspiran oír los deudos. La palabra simpatía proviene de sympathy (compasión o pésame); no siempre se mide el impacto que puede tener. Lo mismo ocurre si en el pasillo de un hospital, uno se topa con un cartel que indica: «Después de las 9 P.M. camine (leer más)