Burbujas argentinas




El Interín de Jorge Elías
Photo credit: pedrosek / Foter / CC BY
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En los noventa, el presidente Carlos Menem prometió naves espaciales capaces de ir “en una hora y media a Japón, Corea y, por supuesto, a otro planeta”. Cundió el pánico en la Vía Láctea. Cristina Kirchner, de igual partido y diferente ideología, prometió ahora trenes de alta velocidad con tarifas europeas en un país de salarios africanos. Estalló la euforia: los usuarios del transporte urbano, subsidiado por el Estado, quemaron vagones en gratitud por las bondades del actual servicio ferroviario.

Es un alivio vivir aislados. O en otro planeta. En la Argentina, a diferencia de los demás países, las burbujas no se pinchan; se derrumban. Esa gracia alentó a Cristina Kirchner a inferir: “El Primer Mundo, que nos habían pintado como la Meca, se derrumba como una burbuja”. ¡Ja! Estamos a salvo de la crisis global.

Tienen su merecido los Estados Unidos. Debieron imitar el modelo argentino. De Néstor a Cristina Kirchner, a menos de un año de la transición presidencial (¿o reelección?), nada ha cambiado: el gobierno es el adversario número uno de los enemigos de la gente, sean las multinacionales, los bancos, la prensa, los curas, los granaderos (militares) o los ganaderos. Con ellos, decía Perón, ni justicia, sobre todo si cultivan soja (“ese yuyito”, según la Presidenta, “con a”) y se niegan a pagar más impuestos. El conflicto con el campo, aún irresuelto, duró más de cuatro meses.

¿Y ahora qué? Cae la Bolsa: no, las acciones acompañan la ínfima inflación surgida del índice oficial. Crece el riesgo país: no, los agentes bursátiles, “loros internacionales y de cabotaje”, a los ojos de Cristina Kirchner, mienten. Pocos mandatarios visitan el país: en lugar de un millón de amigos, como canta Roberto Carlos, los Kirchner tienen uno solo, Hugo Chávez; es tan generoso que compra bonos a tasas superiores a las del FMI y envía maletas con dinero de sospechoso destino en aviones rentados por el Estado argentino.

Los Estados Unidos desconfían. Montan “operaciones basura”, según Cristina Kirchner. Temen, en el fondo (no en el Fondo Monetario), que se desaten protestas en la Vía Láctea por las burbujas que se derrumban. Y claman: “Argentinos, go home!”.

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