Alfa, beta, crisis
Grecia deberá terminar con el clientelismo político si no quiere desentonar con la UE Desde el siglo XIX, Grecia se caracteriza por su exagerada burocracia. Es una de las más robustas de Europa. Supera en la proporción entre empleados públicos y habitantes a Bélgica, Francia, Alemania y el Reino Unido, entre otros. Esa tendencia, lejos de cambiar, se afianza. De ser el Estado parte de la solución, Grecia estaría en la gloria. En 2008, a raíz del colapso del sistema hipotecario de los Estados Unidos, el Estado parece ser parte de la solución. Dos años después, por la escasa confianza en la palabra empeñada por el gobierno griego, el Estado vuelve a ser parte del problema. Por derrame, el Estado es el culpable del déficit fiscal de los países de la eurozona y algunos más. En este trance, los gobiernos más perjudicados, como el español y el portugués, se aprestan a rebajar salarios, congelar pensiones, recortar gastos y suspender obras. ¿Desvisten a un santo para vestir a otro? En Grecia, antes de la crisis, la (leer más)