
Flash Gordon
Blair ganó las elecciones, pero su ministro de Economía, ratificado en el cargo, paladea la miel de una virtual sucesión Más allá de haber sido desde 1997 el primer ministro británico más joven del siglo XX; de haber superado en permanencia en el 10 de Downing Street a otro laborista, Harold Wilson, y de haber tenido la habilidad o la astucia de preservar el apego y la tolerancia de Bill Clinton, primero, y de George W. Bush, después, Tony Blair ostenta otro récord. Menos estridente, digamos: en 25 años de matrimonio jamás le ha regalado flores a su mujer, Cherie Booth, la abogada católica de Liverpool que, sin haberse metido en política, gana más dinero que él.