Política

Todo tiempo pasado parece mejor

Decía un periodista español que los programas de la ultraderecha populista son a la política lo que las croquetas de una madre son a la cocina. Titulaba su artículo con letra de tango: “Votar con el alma aferrada a un dulce recuerdo”. Y afirmaba que aquel recuerdo, “de una manera sencilla, nos devuelve a un pasado feliz y simple”, en el que “no había tantos problemas”. Como la canción Take me back, de Van Morrison: “Oh, recuerdo, cuando la vida tenía más sentido”. Éramos chicos o, quizá, no habíamos nacido. A la distancia, todo tiempo pasado parece mejor. ¿Lo fue, en realidad? La política que recordamos, vedada por dictaduras militares en algunos países como los del Cono Sur, era bipartidista. Portugal seguía atado a ese esquema desde la Revolución de los Claveles, en 1974, hasta las elecciones del 10 de marzo. El ascenso de Chega! (¡Basta!) quebró la rutina. En apenas dos años, el partido ultraderechista fundado en 2019 por André Ventura, primo hermano de Vox, en España, cuadruplicó sus escaños en la Asamblea de (leer más)

Actualidad

Itamaraty bajo la lupa

Entre Argentina y Brasil existe un lazo inalterable. El que expuso en 1910 el presidente Roque Sáenz Peña: “Todo nos une, nada nos separa”. O el que utiliza a menudo Celso Lafer, canciller durante los gobiernos de Fernando Collor de Melo y Fernando Henrique Cardoso, cuando habla del Mercosur: “No es una opción, sino un destino”. Habla de Argentina, en realidad. En ese vínculo, a veces fuerte, a veces endeble, siempre sonó con estridencia una voz. La del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, más conocido como Itamaraty. Algo así como un poder dentro del poder, capaz de “saber renovarse” al margen de la coyuntura. De esa premisa parte el diplomático argentino Atilio Berardi Hueda, cónsul general adjunto en Chicago, Estados Unidos, para explicar la dinámica del servicio exterior brasileño a través de un enfoque interactivo entre el realismo y el constructivismo, corrientes dominantes en la teoría de las relaciones internacionales. En el libro de su autoría A la sombra de Itamaraty (Eudeba), Berardi abreva entre 1990, la presidencia malograda de Collor de Melo, y (leer más)

Política

La falla de Brasil

La suerte de Brasil nunca está echada. La de Luiz Inácio Lula da Silva tampoco. En principio, no podrá ser candidato presidencial, pero promete gastar la última bala en el Tribunal Supremo, el peldaño judicial más alto del país. Tres jueces de Porto Alegre convalidaron y aumentaron en segunda instancia la condena a prisión que le dictó el juez federal Sergio Moro. La primera en la historia contra un ex presidente por cargos de corrupción y de lavado de dinero. ¿Las elecciones sin Lula son un fraude, como martilla el Partido de los Trabajadores (PT)? ¿O las elecciones sin Lula, sueño del presidente Michel Temer, son otro capítulo de la novela Lava Jato? El capítulo de las presidenciales sin un favorito, excepto que el candidato ultraderechista Jair Bolsonaro capitalice la intención de voto que recoge en los sondeos. Bolsonaro expresa el fastidio y el miedo de los brasileños. El fastidio con los políticos y el miedo frente al alza de la criminalidad. Su discurso de odio contra las feministas y los artistas, así como su (leer más)

Política

Brasil perdió la inocencia

Por primera vez en la historia, un ex presidente de Brasil ha sido condenado por corrupción. La sentencia: nueve años y medio de prisión para Luiz Inacio Lula da Silva por el tríplex de Guarujá, aparente moneda de cambio de la operación Lava Jato. Por primera vez en la historia, la Procuraduría General de la República denunció a un presidente en ejercicio por corrupción. Un ex diputado enrolado en sus filas, las del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), recibió del grupo JBS un bolso lleno de dinero. El destinatario era Michel Temer, ladero y sucesor de Dilma Rousseff, la primera mujer presidenta y la primera en ese cargo en ser destituida en la historia. Desde la renuncia del presidente Fernando Collor de Mello en 1992, cual resguardo para evitar un juicio político, el fantasma de la corrupción ha acechado en Brasil. En 2010, antes de ganar las presidenciales, Rousseff se deshizo de Erenice Guerra, su mano derecha y sucesora como jefa de ministros durante el gobierno de Lula. Guerra había participado de una firma (leer más)

Política

El proceso de Dilma Rousseff ha sido frustrante y confuso, dice su abogado

Fox News Latino | Published September 01, 2016 After Brazil impeached its first female president, Dilma Rousseff, her lawyer, former attorney general Jose Eduardo Cardozo, feels tired, sad and overwhelmed. “What she did is not illegal,” he said. “The Congress never complained about it [before].” Rousseff was accused of breaking fiscal responsibility laws in her management of the federal budget. Specifically, her administration used state-run banks and funds to pay for some of the government’s regular payments which were then repaid, a budgetary trick so common it has a nickname: A «pedalada,» or pedalling. “Previous presidents Fernando Henrique Cardoso and Lula used similar accounting techniques,” Cardozo noted, adding that the push to remove Rousseff amounted to a “parliamentary coup” by elites furious over the populist polices of her Workers’ Party, which has held power the last 13 years. On Wednesday, she was officially removed from office and her vice president, Michel Temer, was sworn in as her replacement for the remainder of her term. According to Cardozo, Rousseff was scapegoated because she was «challenging the interests of (leer más)

Política

Proceso de desilusión

El circo montado en la Cámara de Diputados de Brasil para resolver la apertura del impeachment de Dilma Rousseff lejos está de resolver la crisis de fondo Por Jorge Elías Todo proceso de destitución de un presidente democrático entraña un proceso de desilusión de la ciudadanía. En Brasil, después del circo montado en la Cámara de Diputados para iniciarlo con una abrumadora mayoría, un 49 por ciento de los consultados por el Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (Ibope) dice que está insatisfecho con la democracia. Es una señal de alarma. El impeachment (juicio político) de la presidenta Dilma Rousseff no sólo refleja la decepción con su gobierno, sino también la polarización política y social de la sociedad en medio de la crisis económica y de otra moral, asociada con la corrupción pública y privada. Rousseff, a diferencia de la mayoría de los políticos que precipitó su retiro por la puerta trasera del Palacio de Planalto, no ha sido acusada de enriquecimiento personal. Con ese pergamino, que no debería ser un mérito, llevó su (leer más)

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