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Son las víctimas del conflicto separatista, según la ONU, en una crisis en la que continúa influyendo en forma decisiva Rusia
Por primera vez desde que estalló la crisis en Ucrania, el gobierno de ese país ha acordado el alto el fuego con los rebeldes prorrusos, fuertes en las provincias de Donetsk y Lugansk. Es una buena noticia, así como el compromiso de retirar el armamento y las minas antipersonales en el este del país, convenido por los ministros de Exteriores de Ucrania, Pavló Klimkin; de Rusia, Serguéi Lavrov; de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, y de Francia, Laurent Fabius. Todo apunta a respetar los acuerdos de Minsk, suscritos en febrero de 2015, que, según el embajador de Ucrania en Argentina, Yurii Diudin, “no se cumplen tanto en la cuestión del armamento como en el intercambio de prisioneros con Rusia”.
Un millón y medio de desplazados en un país de 46 millones de habitantes representa una crisis dentro de otra crisis, la de los refugiados sirios y de otras nacionalidades que sacude a Europa. Desde el comienzo del conflicto en Ucrania, en abril de 2014, con la anexión rusa de la península de Crimea, han muerto 7.962 personas y han resultado heridas 17.811, según la Oficina del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh). “En su mayoría han sido civiles, lo cual representa un problema humanitario de gran magnitud”, me dijo Diudin.
Una de las objeciones de la ONU, descritas en un profuso informe sobre Ucrania, ha sido el constante arribo de “armas sofisticadas y combatientes extranjeros” provenientes de Rusia. Convoyes con supuestas cargas de ayuda humanitaria ingresan en su territorio “sin el consentimiento ni la inspección de Ucrania y sin que su destino exacto y su contenido puedan ser verificados”. Tanto el ejército ucraniano como los rebeldes, apoyados por Rusia, utilizan morteros, cañones, obuses, tanques y sistemas de lanzacohetes múltiples, uno de los cuales pudo haber derribado el avión de Malaysia Airlines, el 17 de julio del 2014, con 298 personas a bordo.
Las víctimas del conflicto se han duplicado entre mayo y agosto de 2015. ¿Han sido efectivas las sanciones de la Unión Europea contra Rusia? Diudin respondió que sí, “porque no podemos resolver la crisis por la fuerza y porque confiamos en la paz”. En Rusia, mientras tanto, los ingresos por la exportación de petróleo y el valor de la moneda han caído en forma considerable.
En Minsk quedó claro que el único atajo para zanjar el diferendo de Ucrania, surgido de la intención de ese país de integrarse en la Unión Europea, es la vía diplomática. “La solución política”, como se han empeñado en llamarla los líderes de un continente empantanado ahora entre el aluvión de refugiados y el temor no acallado a un rebrote terrorista.
Twitter @JorgeEliasInter y @elinterin
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