Actualidad

Las guerras colaterales

Cada vez que estalla Medio Oriente arde el mundo. Sobre todo, si está involucrado Israel. Brotan reacciones encontradas y expresiones de odio. No necesariamente antisemitas por hostilidad o prejuicios hacia los judíos, su cultura o su influencia, a tono con la definición de la Real Academia Española, sino a favor o en contra de una causa, la palestina, muchas veces desvirtuada por los mismos palestinos, más allá de una convivencia desigual en un territorio del tamaño de la diminuta provincia argentina de Tucumán. “Como Israel se define a sí mismo como el Estado judío, algunas personas parecen pensar que todos los judíos, independientemente de su ciudadanía y de su relación con ese Estado, son responsables de lo que hace Israel”, observa Svante Lundgren, profesor asociado de Estudios Judíos de la Universidad Åbo Akademi, de Finlandia, e investigador del Centro de Teología y Estudios Religiosos y el Centro de Estudios Avanzados de Medio Oriente de la Universidad de Lund, de Suecia. Toda política es local, como dejó dicho el legislador demócrata Tip O’Neill, presidente de la (leer más)

Política

Del codo al codazo

En dos meses y monedas de confinamientos y desescaladas sólo hubo consenso en la distancia social y el uso de máscaras, no siempre respetado por los líderes. También hubo otro consenso: afloraron las disputas previas como si la nueva normalidad fuera apenas un cambio de hábito. En España, el primer gobierno de coalición desde el retorno de la democracia debió acudir cada dos semanas al Congreso de los Diputados para extender el estado de alarma bajo el asedio de la oposición. En Francia, el partido de Emmanuel Macron, La República en Marcha, perdió la mayoría en la Asamblea Nacional después de haber ganado las últimas legislativas. Una crisis fenomenal, para cual nadie estaba preparado, resultó ser el preludio del saludo con el codo y, al menor descuido, del codazo en las costillas entre gobiernos y partidos de oposición. Ocurrió en Argentina, con el presidente Alberto Fernández y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, en una foto impensable antes de la pandemia con el opositor jefe de gobierno de la ciudad de (leer más)

Política

Modelos en pugna

Modelos hay muchos. Certeza, ninguna. Lo dejó entrever el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, cuando avisó que el final del estado de emergencia, previsto para finales de mayo, no implicará volver a la normalidad, sino mantener “un nuevo estilo de vida”. En tanto no haya una vacuna contra el coronavirus más eficaz que la distancia social, la amenaza de una segunda ola de infecciones persistirá durante meses. En ese lapso, las personas deberán usar máscaras, mantenerse a dos metros entre sí, cambiarse la ropa cuando regresen a casa, trabajar en forma remota y evitar el transporte público en las horas pico. La pandemia arrasa especialmente en una franja. La de los adultos mayores. Japón, el país más longevo del planeta, tiene una expectativa de vida de 84 años. ¿Cómo pudo domarla a pesar de su cercanía con China? El modelo japonés dista del aplicado en otros países por una razón cultural: la costumbre de hacerse una reverencia en lugar de estrecharse las manos, el uso habitual de máscaras en caso de enfermedad y la (leer más)

Otras voces

Greta Thunberg y el debate del cambio climático

Greta Thunberg es una activista sueca de tan solo 17 años que se ha hecho famosa mundialmente por sus intervenciones públicas en las que, de un modo excesivamente directo, tacha a la ciudadanía mundial y a la sociedad de consumo como los principales causantes del cambio climático e insta a que optemos por cambiar nuestros hábitos para que el planeta siga siendo un lugar habitable y lleno de diversidad. Greta saltó a la fama cuando, con 15 años, dejó de ir a clase para protestar frente al Parlamento de Suecia días antes de las elecciones generales con una pancarta en la que rezaba “Huelga escolar por el clima”. Desde entonces su ascenso ha sido meteórico y se ha convertido en una de las figuras más representativas de la lucha contra el cambio climático. Tras aparecer en Madrid en la Cumbre del Clima de diciembre de 2019, la activista ha dado un paso a un lado para no absorber tanto protagonismo y ceder el espacio necesario a personas cualificadas como científicos y líderes políticos de las (leer más)

Catalejo

Honestidad propia, impunidad ajena

¿Por qué nos sorprende que ciudadanos de diferentes nacionalidades devuelvan billeteras y, en algunos casos, toleramos fortunas amasadas en forma inescrupulosa por políticos que ejercen cargos públicos? Quizá porque confiamos más en nosotros mismos que en aquellos que nos representan. O quizá porque, como ocurre en América latina y otros confines, nos conformamos con eso de “roban, pero hacen”. Lamentable, pero cierto. La honestidad personal prima sobre la corrupción, no condenada en las encuestas ni determinante en las elecciones. Los ciudadanos, según un estudio de investigadores de Estados Unidos y de Suiza publicado en la revista Science, devolvieron la mayoría de las 17.303 billeteras aparentemente perdidas en sitios públicos y privados de 355 ciudades de 40 países. Entre ellos, Argentina. Un supuesto turista se acercaba a alguien y le decía: «Hola, me he encontrado esto en la calle al doblar la esquina. Alguien debió de perderla. Yo tengo prisa y debo irme. ¿Podría usted encargarse, por favor?». Las billeteras, de plástico transparente, podían estar vacías o tener cantidades de dinero en monedas locales que variaban (leer más)

Política

La revancha de Bolsonaro

En Estados Unidos, los demócratas no llaman al presidente Donald Trump por su cargo ni por su nombre. Lo llaman él, como si se tratara de un extraño o, en realidad, de una suerte de okupa de la Casa Blanca. En México, después de un mes de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, los chairos (sus partidarios) desprecian a los fifis (sus detractores, asociados con los gobiernos pretéritos del PRI y del PAN). En Colombia, el presidente Iván Duque instó a sus compatriotas en el discurso de Año Nuevo a “dejar atrás la polarización” después de una campaña electoral, la de 2018, en la cual primó la polarización. Dos bandos, un país. La fórmula no es novedosa. Unos y otros echan leña al fuego y después se preguntan por qué arde. La toma de posesión del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, en poco y nada se diferenció del discurso habitual de Lula. De aquel “nosotros contra ellos” que, como en otros países, incluida Argentina, ensanchó la fisura social. La fragmentación, que se traduce en inestabilidad (leer más)

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La carta de Lula contra Bolsonaro

Finalmente, Luiz Inácio Lula da Silva no será candidato presidencial en Brasil por haber sido juzgado en segunda instancia mientras cumple 12 años de prisión por corrupción. Su sucesor, el excandidato a vicepresidente por el PT, Fernando Haddad, crece en las encuestas, pero aún está lejos de alcanzar al favorito, el candidato de extrema derecha Jair Bolsonaro, convaleciente tras haber sido apuñalado durante un acto de campaña.  “En el nordeste de Brasil, donde el PT es fuerte, los electores más humildes aún no se acostumbran al apellido árabe del elegido por Lula y lo llaman Andrade”, cuenta Marcia Carmo, corresponsal de BBC Brasil en Argentina. A tres semanas de las elecciones más reñidas de la historia de Brasil desde el retorno de la democracia, la incertidumbre está servida Además Una serie de protestas multitudinarias ha sacudido las calles de Rusia las últimas semanas, pero, sobre todo, la popularidad del presidente Vladimir Putin. El motivo del descontento masivo ha sido la reforma del sistema de pensiones para elevar la edad de jubilación de las mujeres a (leer más)

Política

La ultraderecha galopa en Suecia

Después de haber creado el Estado de bienestar y de haber sido el país europeo más generoso con los migrantes, Suecia se ha sumado a tropa de la intolerancia. Demócratas Suecos, nombre paradójico de un partido de ultraderecha, obtuvo en las legislativas casi cinco puntos más que en 2014 y 10 más que en 2010. Los socialdemócratas del primer ministro Stefan Löfven se consolidaron como primera fuerza en el Riksdag (Parlamento), pero, a tono con sus pares de otras latitudes, cosecharon el peor resultado de su historia y difícilmente puedan formar gobierno. El pronóstico: inestabilidad en un momento delicado de la Unión Europea (UE). Los síntomas son parecidos en otros confines, como Italia con el rechazo a los migrantes y los gitanos del vicepresidente Matteo Salvini, también ministro del Interior; Alemania con el arribo al Bundestag (Parlamento) del partido neonazi Alternativa para Alemania (AfD) y “la caza del extranjero” iniciada en la ciudad de Chemnitz, cerca de la República Checa, también impiadosa con los forasteros, así como Austria, Malta, Polonia, Eslovaquia y Hungría. La cuña (leer más)