Arma de distracción masiva
Después del asesinato selectivo del general iraní Qasem Soleimani, la representante demócrata Ilhan Omar insinuó que podía tratarse de una “guerra de distracción”. La denuncia de la primera somalí y primera musulmana en arribar a la Cámara de Representantes de Estados Unidos, maltratada por su origen y su creencia por Donald Trump, coincide con otras guerras. La del juicio político de Trump, la de las revueltas reprimidas en Irán por la suba del precio del combustible y en Irak por la destitución del comandante en jefe de la fuerza antiterrorista y, en medio de la convulsión en América latina, la del régimen de Nicolás Maduro contra la reelección del presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Juan Guaidó. Trump parece ser el enemigo número uno del ayatolá Alí Khamenei, pero terminó dándole oxígeno interno y argumentos para las réplicas con el crimen de Soleimani. También parece ser el enemigo número uno de Maduro, pero se convirtió en su mejor aliado cuando legitimó antes que nadie al gobierno interino de Guaidó. Maduro halló en esa validación, (leer más)