Política

La recesión democrática

La democracia no agoniza, pero tampoco goza de buena salud. En un año en el cual poco menos de la mitad de la población mundial acude a las urnas, el mejor sistema que supimos concebir se ve amenazado por la caída de la participación ciudadana y los resultados impugnados, según el estudio The Global State of Democracy 2024 (El estado global de la democracia 2024), del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA Internacional). Un fiasco en el 47 % de los 158 países analizados por la organización, con sede en Estocolmo, desde 1975. La recesión democrática se acentúa desde hace ocho años. En una de cada tres elecciones, el porcentaje promedio de votantes ha disminuido del 65,2 % en 2008 al 55,5 % en 2023. ¿Desinterés? Algo por el estilo. En dos de cada 10 elecciones entre 2020 y 2024, uno de los candidatos o los partidos derrotados rechazaron el resultado. Preocupante, dada la legitimidad que, se supone, surge de la voluntad popular. En 2023, dice el informe, la democracia tuvo (leer más)

Actualidad

El experimento de Italia

Después de 67 gobiernos en 76 años y de 11 en las últimas dos décadas, Italia se apresta a renovar la estantería con un nuevo gobierno centrado en una figura en ascenso de la ultraderecha, Giorgia Meloni, la primera mujer en la historia al frente del gobierno. La secundan Matteo Salvini, líder de la Liga, formación que aspira controlar la inmigración irregular y no apoya las sanciones contra Rusia, y el inoxidable Silvio Berlusconi, de 85 años, cabeza de Forza Italia, socio menor del bloque que apuró la caída del primer ministro anterior, Mario Draghi, expresidente del Banco Central Europeo. El hombre que salvó el euro no pudo salvar a su propio país del marasmo político. ¿Es un mal endémico o un cambio de época? El euroescepticismo, aplacado por la crisis derivada de la guerra en Ucrania, alteró su libreto. Aborrece a la Unión Europea, pero no quiere sacar los pies del plato. Prefiere modificar el decorado con la recuperación de la soberanía. Esa postura edulcorada le dio crédito electoral a Marine Le Pen, codo (leer más)

Economía

Kriptonita para Super Mario

Trepida Europa. El derrumbe del gobierno del primer ministro de Italia, Mario Draghi, supone mayor tensión en un continente vapuleado por la guerra en Ucrania, la nueva ola de la pandemia, la inminente crisis energética por la dependencia de gas ruso, la mayor suba de tasas de interés en los últimos 22 años, una inflación galopante del orden del 7,6 por ciento en la zona euro, un calor infernal e innumerables focos de incendio a raíz de la sequía por la falta prolongada de lluvias. Italia, miembro del G7, se encamina hacia elecciones anticipadas el 25 de septiembre a pesar de los reparos de la mayoría de sus ciudadanos, hartos de estar atados a un juego de suma cero que crea y quema políticos como si fueran muñecos de cera. Sus vecinos europeos temen que surja de ese juego un gobierno afín a la extrema derecha, tradicionalmente cercana al presidente de Rusia, Vladimir Putin. El incendio político de Italia añade incertidumbre. La diputada Giorgia Meloni, lideresa de Fratelli d’Italia (Hermanos de Italia), partido romano como (leer más)