El país de los exilios

Tamara Dávila, presa política durante 608 días en Nicaragua, revela en Cuarto de Hora los pormenores de aquel calvario




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El tormento de Tamara Dávila, psicóloga, feminista y defensora de los derechos de las mujeres nicaragüenses, comenzó el 12 de junio de 2021, a eso de las siete de la tarde, en su casa de Managua.

Resultó ser una de las detenidas en el raid contra opositores emprendido por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en vísperas de las fraudulentas presidenciales de ese año. La llevaron a la opresiva cárcel policial El Chipote, donde pasó 608 días en una celda en solitario sin saber si era de día o de noche ni tener noticias de su hija, de cuatro años, durante varios meses.

En prisión, Tamara se impuso una rutina porque estaba convencida de que iba a ser liberada, pero no sabía cuándo, como lo cuenta en Cuarto de Hora, programa de CADAL TV que conduce Jorge Elías.

Un testimonio desgarrador y, a la vez, lleno de esperanza en el restablecimiento de la democracia en el país de los exilios, como Tamara llama a Nicaragua desde los tiempos de la dinastía Somoza.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró en desacato permanente a Nicaragua

Desde el 18 de abril de 2018 más de 300 personas perdieron la vida en Nicaragua a causa de la represión estatal. Ese día, hace siete años, comenzó una violación sistemática de los derechos humanos que aún perdura.

Vanos han sido hasta ahora los llamados de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y de organizaciones no gubernamentales para frenar las detenciones arbitrarias, las desapariciones forzadas, las violaciones del debido proceso judicial y los tratos crueles, inhumanos y degradantes contra personas privadas de la libertad, así como las restricciones a la libertad de movimiento, la privación de nacionalidad y el destierro, entre otras prácticas vergonzosas.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos declaró en desacato permanente a Nicaragua por no respetar sus resoluciones sobre los presos políticos. “Ortega nos encarceló, expatrió y, además, nos desnacionalizó de manera sumaria”, dice Tamara, apiadándose de sus carceleros por ser también víctimas del régimen. España le otorgó la ciudadanía y Estados Unidos, donde reside, el refugio político.

Dirección: Gabriel Salvia

Producción: Lisette Kugler



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