
Dame un talismán
La odisea del secuestro político, al parecer superada, acecha de nuevo en Colombia En el spaghetti western Un dólar marcado, una moneda de plata salva la vida de Gary O’Hara (Giuliano Gemma); amortigua el impacto de una bala que va a su corazón. Eso ocurre en el Lejano Oeste. No es real. Más cerca, una agenda personal de cuero salva la vida de Ernesto Samper, presidente de Colombia entre 1994 y 1998. La bala también va a su corazón. Eso ocurre en el aeropuerto Eldorado, de Bogotá, el 3 de marzo de 1989. Es real. Sicarios del cártel de Medellín, fundado por Pablo Escobar Gaviria, alias “El Zar de la Cocaína”, entre otros, disparan a mansalva contra él y el dirigente izquierdista José Antequera, muerto en el acto. Samper, dirigente del Partido Liberal, recibe cuatro de once tiros. Las balas quedan alojadas en su cuerpo; los médicos no se atreven a extraérselas. Sobrevive, de milagro, gracias a la agenda personal de cuero. “Siempre llevé una conmigo y sigo haciéndolo, pero a esa, en particular, le (leer más)