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Política

Tan lejos de Dios, tan cerca de los Estados Unidos

Más allá de la coyuntura, el éxito o el fracaso de América latina está íntimamente ligado a la suerte de su vecino del Norte Un ciego estaba sentado en la vereda. Sobre sus rodillas tenía una gorra. A un costado, un cartel escrito con tiza decía: “Ayúdeme, por favor, soy ciego”. Daba pena. Un publicista se acercó a él, escribió algo en el cartel y, sin mediar palabra, se marchó. Horas después, la gorra rebosaba en dinero. El publicista regresó. Lo reconoció el ciego por sus pasos. Le preguntó qué había escrito en el cartel. “El mismo mensaje, pero con otras palabras”, respondió el publicista. El cartel decía ahora: “Estamos en primavera y no puedo verla”. La modificación del mensaje, cual moraleja, supone la necesidad de cambiar de estrategia si algo no sale como uno se lo propone. Desde que declararon la guerra contra Irak, los Estados Unidos perdieron la visión de ese país y del mundo: pudo disminuir la violencia entre chiítas y sunnitas gracias al incremento del contingente militar, pero lejos quedaron las (leer más)

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Política

Noticia de un secuestro

En una encrucijada se encuentra Uribe desde que Sarkozy promovió la campaña por la liberación de Ingrid Betancourt En un país imaginario llamado Tecala, un hábil y audaz negociador de rescates (Russell Crowe) regatea con el mediador de la guerrilla para lograr la liberación de un ingeniero norteamericano secuestrado (David Morse), de cuya esposa (Meg Ryan) termina enamorándose. El desenlace de la película Prueba de vida, con tiros y bombas, demuestra el fracaso de su gestión. Más allá del guión, Tecala pretende ser Colombia, pero las autoridades de Ecuador, en cuya selva se rodó, pidieron a los realizadores que cambiaran el nombre del país, de modo de evitarse contratiempos con su vecino. El fenómeno del secuestro comenzó en los setenta en Colombia. En esos años, además de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otros grupos menores, operaba el Movimiento 19 de Abril (M-19). El conflicto, una guerra, llevó al país a tener el mayor índice de secuestros del mundo. Y llevó a la gente, a su vez, (leer más)

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Política

En casa manda él, pero ella toma las decisiones

Si bien la imagen del líder masculino está intacta, se supone que las mujeres no son propensas a caer en la corrupción Le pregunté a Mary McAleese, presidenta de Irlanda, por qué no llevaba cartera como la mayoría de las mujeres: “Siempre llevo a mi marido –respondió con naturalidad–. Martin lleva el dinero, las llaves y todo eso que una suele cargar en la cartera. Yo prefiero llevar solamente a mi marido”. Era broma, pero hablaba en serio. Martin estaba sentado a su lado, impertérrito, sonriente, orgulloso de su papel de primer caballero (o cónyuge de la primera mandataria). En su país, desangrado durante años por la ira del IRA, que una mujer fuera presidenta no era novedoso: Mary Robinson, su antecesora, había sido la primera. Lo del género es relativo, en realidad. No era extraño que Martin llevara en sus bolsillos los artículos de primera necesidad de su mujer. Poder y dinero nunca dejaron de ser asuntos masculinos. En España, con una vicepresidenta primera del gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y un (leer más)

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Política

Dos pájaros de un tiro

Chávez se distanció de España y cortó con Colombia, pero, de pronto, apareció la prueba de vida de Ingrid Betancourt En palabras del Ralf Dahrendorf, “no puede sorprender si muchos llegan a la conclusión de que la democracia significa precios altos, desocupación elevada, bajos ingresos para la mayoría y ganancias especulativas para unos pocos. ¿Para qué ir a votar si éste es el resultado? De hecho, ¿para qué aceptar la democracia?”. No pintó de este modo el eminente filósofo, filólogo y sociólogo alemán, nacionalizado británico, un fresco contemporáneo y original de América latina, enajenada muchas veces por el desánimo y el escepticismo, sino uno de Europa del Este después de la caída del Muro de Berlín y de la desintegración de la Unión Soviética. En esa vasta región, el final de la nomeklatura y de la Guerra Fría inauguró una nueva era. El cambio, propiciado por la doble estrategia de Gorbachov de glasnost (apertura) y perestroika (reforma), pretendió engendrar una revolución. El desafío, empero, era cómo domesticar el poder, no cómo eliminarlo. No hubo entonces (leer más)

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Política

No soy monedita de oro pa’ caerles bien a todos

Las diferencias entre el rey y Chávez resumieron las dificultades que tienen España y la región para vincularse entre sí Al son de una ranchera, Hugo Chávez insinuó apenas arribó a Santiago, Chile, sede de la XVII Cumbre Iberoamericana, que algo tramaba: “No soy monedita de oro / pa’ caerles bien a todos; / así nací y así soy, / si no me quieren, ni modo”, desafinó. Iba a ser la primera gota de una lluvia de agravios e indiscreciones que pretendió que fueran divertidos, pero que, en realidad, no causaron gracia a nadie. En Venezuela, la inminente reforma constitucional, pasaporte para su reelección indefinida y otras delicias del socialismo del siglo XXI, había dejado un tendal de heridos entre estudiantes universitarios que se lanzaron a rechazarla en las calles. Lejos de reparar en ello, cada vez más encerrado en su laberinto, Chávez creyó que el foro iberoamericano era algo así como una reunión de consorcio. Le dijo a su par brasileño: “Lula, ahora que eres un magnate petrolero, ¿por qué no te animas con (leer más)

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Política

Nosotros, que nos queremos tanto

Nunca hubo mejores condiciones para la integración regional y, a la vez, nunca hubo tantos enconos capaces de trabarla Dos amigos observan a una mujer. Dice uno: “Tú la ves descansando sobre el brazo de aquel hombre. Sólo que ayer descansaba así sobre el mío”. Replica el otro: “Y mañana se posará sobre el mío”. Dice uno: “Mírala sentada junto a él. Fue sólo ayer que se sentaba junto a mí”. Replica el otro: “Mañana se sentará a mi lado”. Y así, mientras la mujer bebe de la copa de su pareja, contempla su rostro y susurra a sus oídos, uno memora el pasado y el otro vislumbra el futuro con ella. Hasta que uno concluye que esa mujer es extraña. Replica entonces el otro: “Ella es como la vida, poseída por todos los hombres; y como la muerte, conquista a todos los hombres; y como la eternidad, envuelve a todos los hombres”. ¿Es América latina como la mujer descripta por Gibrán Jalil Gibrán en el cuento Ayer, hoy y mañana? Es, al menos, como (leer más)

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Economía

Algunos somos más iguales que otros

Vista desde España, la región no ha superado la distorsión entre el crecimiento de la economía y los altos índices de pobreza MADRID.– Neo significa nuevo. Neo, en la piel de Keanu Reeves, es el pirata informático que, en la profecía de la saga Matrix, resulta ser el Elegido para salvar a la humanidad de la prisión creada y mantenida por las máquinas. Neo, asociado con el liberalismo o el conservadurismo, espanta como el ajo a los vampiros y las novias. No espantan el liberalismo ni el conservadurismo por sí mismos; espantan el neoliberalismo, versión latinoamericana, y el neoconservadurismo, versión norteamericana. Uno, por el saldo desolador de las privatizaciones en el continente más incontinente del mundo; el otro, por la agresiva política exterior de George W. Bush. Neo a secas no significa nada. Neo, el muchacho inseguro de Matrix, no confía en el destino ni en el Oráculo, sino en Morfeo, su esmerado tutor, y en Trinity, dispuesta a sacrificarse por él. Si Neo fuera América latina, con sus insensatos índices de desigualdad, pobreza, corrupción, (leer más)

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Política

Cortados por la misma tijera

Putin recreó el ambiente de la Guerra Fría con su velada crítica a cualquier intento de intromisión de los EE.UU. en Irán En el ojo de la tempestad desatada por la guerra contra Irak, las amenazas de Irán y la decisión de Turquía de ir contra los guerrilleros del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) en el Kurdistán iraquí, Vladimir Putin trazó una raya con la cual, en realidad, quiso poner a raya a George W. Bush.  Su velada defensa del presunto derecho de Mahmoud Ahmadinejad de avanzar en sus ambiciones nucleares confirmó aquello que sabían la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy: que Irán tiene carta franca de Rusia y China para seguir con sus planes. Putin recreó el ambiente de la Guerra Fría en la cumbre de los países del mar Caspio, realizada en Teherán con el dueño de casa y sus pares de Azerbeiyán, Kazajstán y Turkmenistán. Logró su cometido: desarmó a Bush y debilitó a las Naciones Unidas. Era su turno en la partida bipolar, un diálogo (leer más)

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Política

Tu verdad, mi verdad, la verdad incómoda

Una crisis diplomática se abrió entre los EE.UU. y Turquía por una suma de factores que incluyen el holocausto armenio En defensa de la verdad, el filósofo, político y economista británico John Stuart Mill planteó en 1859, en su tratado Sobre la libertad, que una opinión debía ser debatida a fondo, “frecuentemente y sin temor”, de modo de evitar que se marchitara como “un dogma muerto”. La verdad, concebida como la idea por Platón y como la forma por Aristóteles, descorre el velo de la apariencia. El concepto varió desde la filosofía antigua hasta la contemporánea, pero la verdad no dejó de ser lo que es. Lo inmutable, aquello que no cambia más allá de la discusión y de la interpretación. El holocausto judío existió. El holocausto armenio, como supo llamarlo Winston Churchill, también existió. Dicen que Hitler reparó en él por la rapidez con la que creía que el mundo olvidaba las grandes masacres. Reparó en él para emprender la impiadosa y abominable faena de purificación social en la cual incluyó rusos, eslavos, polacos, (leer más)

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Política

Matar a un elefante

De nada valdrá la intervención de la ONU en Myanmar, ex Birmania, si China no cambia de actitud frente al régimen Promediaba la década del veinte. Eric Arthur Blair era un oficial de subdivisión de la policía de Moulmein, allá lejos, en la baja Birmania, antigua colonia británica. Tronó el teléfono, temprano. Tanteó el auricular: “¡Un elefante está devastando la feria!”, reconoció en el grito la voz de un subinspector birmano. Los elefantes eran empleados para desplazar troncos de teca. Siempre existía el riesgo de que alguno se descarriara y provocara destrozos. Algo usual para un nativo, no para un blanco como él. Montó en el caballo con su Winchester 44, rifle demasiado pequeño para vérselas con un animal tan grande. Iba decidido, no obstante ello, a imponer la ley y restablecer el orden. La mañana era húmeda y sofocante, como toda mañana de la estación de lluvias. En el camino, interrumpido por birmanos alterados, Blair se enteraba de las fechorías cometidas por el elefante: había hecho añicos una choza de bambú, había matado a (leer más)

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Política

Según pasan los daños

Con la amenaza de declarar la guerra contra Irán, Sarkozy subió la apuesta de la reconciliación con los Estados Unidos En 2003, el director de la consultora Mercados Emergentes, Iñigo Moré, disparó desde el portal del Real Instituto Elcano, de Madrid: “¿Qué tienen en común Irak, Irán y Cuba? Lo primero que viene a la cabeza es su enemistad con los Estados Unidos. Pero comparten algo más. Los bancos franceses son sus primeros proveedores de fondos”. Tenía razón: a fines del primer trimestre de ese año, en coincidencia con el comienzo de la guerra contra Irak, los bancos franceses eran los principales dadores de créditos privados internacionales de Saddam Hussein, los ayatollahs chiítas y Fidel Castro, según el Bank for International Settlements (BIS). Los bancos franceses eran, a su vez, los financistas más importantes de otros países poco confiables para los Estados Unidos, como Vietnam, Somalia y Camboya. El vínculo con Hussein, al cual Jacques Chirac honró en más de una ocasión, explicaba el rechazo de Francia, en el Consejo de Seguridad de las Naciones (leer más)

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Política

Rebajas de fin de temporada

Mientras los demócratas buscan la salida, Bush promete un retorno gradual de tropas que no apacigua las iras contra él Desde 1982 primó la fórmula Galtieri: un dictador derrotado en una guerra caía por peso propio, así como su gobierno, y abría la puerta de la democracia. Esa máxima, incorporada como advertencia en represalias contra dictaduras de todo grupo y factor, se repitió en 1999 con Slobodan Milosevic, el gobierno serbio y la antigua Yugoslavia. Cuatro años después, un ejército invasor tumbó al régimen de Irak y, en unos meses, apresó a su líder, Saddam Hussein. Lo ahorcaron sus compatriotas, cultores de la pena de muerte ante  la pasividad de una potencia ocupante que admite, en la mayoría de sus Estados, ese tipo de condena. Si la guerra contra Irak hubiera terminado el 1° de mayo de 2003, como proclamó George W. Bush desde la cubierta del portaaviones USS Lincoln con la frase “Mission acomplished! (¡Misión cumplida!)”, las tropas norteamericanas habrían vuelto a casa. Y santo remedio. No habría sido necesario que, cuatro años y (leer más)

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Economía

Condenados al éxito

Las peores consecuencias del atentado a las Torres Gemelas son la guerra contra Irak y el deterioro de la imagen de los EE.UU. Un martes, según Gore Vidal, crea Alá la oscuridad. Un miércoles, según Le Monde, “nous sommes tous américans (todos somos norteamericanos)”. Un jueves, tantas Torres Gemelas se desploman en Irak como aquel martes en Manhattan. Al día siguiente, el mundo todo, sin distinción de credos ni razas, hace suya la tragedia. En francés, desde París, la veta ambivalente hacia los Estados Unidos, tan arraigada en Europa como en otros confines del planeta, queda en suspenso. O suspendida hasta nuevo aviso. Es un mandato, casi, sentir pena por esos 3000 infelices que nunca supieron por qué, aquella mañana del martes aquel, los aviones cambiaron de rumbo al ras del horizonte. Seis años después, poco antes de las elecciones por las cuales Nicolas Sarkozy sucedió a Jacques Chirac, las tres cuartas partes de los franceses advirtieron en las encuestas de opinión que aquel miércoles,  12 de septiembre de 2001, había sido una excepción. Habían (leer más)

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Política

Separación de bienes y raíces

En medio de las protestas contra Evo Morales, el alcalde de Santa Cruz avivó la polémica con la división de Bolivia Miss Bolivia, Gabriela Oviedo, participante del concurso Miss Universo, tuvo el desparpajo de expresar en 2004 aquello que antes, en su país, se pensaba, pero no se decía. Hizo público lo privado: “Desafortunadamente, la gente que no conoce mucho sobre Bolivia piensa que todos somos indios; es La Paz la imagen que refleja eso: gente pobre, gente de baja estatura y gente india.” En Santa Cruz de la Sierra, agregó, «somos altos, somos gente blanca y sabemos hablar inglés”. En ella primaba la renuencia a aceptar a un aymara chaparrito, de tez oscura y pelo duro, en el Palacio Quemado (sede del gobierno). El aymara chaparrito, de tez oscura y pelo duro, Evo Morales, recogió el guante tres años después en el Palacio Quemado: “Sólo piensan día y noche en cómo tumbar a este indio”. No reparó en el desparpajo de Miss Bolivia, sino en la geografía humana del país. Una geografía humana surcada (leer más)

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Política

La ley del más fuerte

Es más fácil, rápido y redituable, para muchos, ingresar en el mundo del delito que abrirse camino con un empleo formal En Inspección Los Pozos, caserío perdido en la pegajosa selva del sur de Colombia, Martha González esperaba, ansiosa, su día libre semanal para bailar vallenato. Tenía 25 años en 2000. Tenía 25 años y un novio (estaba asociada, en su léxico). Había pasado más de la mitad de su vida en las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Se ufanaba de “ser guerrillera”. No se imaginaba con otra ropa que no fuera el uniforme. Su historia no sonaba descabellada. El ejército había matado a su padre cuando ella era adolescente. Debía optar entre acatar las órdenes de Tirofijo o rezar por la cosecha. El fusil R-15, cruzado sobre una mesa endeble, respondía por sí mismo y partía nuestro diálogo en dos. En esa disyuntiva se ven no pocos adolescentes de zonas marginales en América latina. En Paraguay, uno de cada siete chicos de 10 a 17 años no va al colegio y nueve de (leer más)