Cinco años más para Xi Jinping
La guerra en Ucrania no cuenta, así como tampoco la sociedad larvada con Rusia. Cuenta, más que todo, el poder amasado por Xi Jinping desde que asumió el primer mandato en 2012 como secretario general del Partido Comunista Chino. Diez años después impuso su visión doctrinaria entre los pilares fundamentales de la China moderna, fundada y liderada por Mao Zedong entre 1946 y 1976, y remozada por Deng Xiaoping entre 1978 y 1989. La reforma constitucional de 2018, aprobada por casi todos los delegados del congreso partidario, eliminó el límite de dos períodos y le permite a Xi gobernar cinco años más. El culto a la personalidad cambió el modelo dictatorial de no más dos quinquenios consecutivos por uno prácticamente indefinido. Eterno, en realidad. Xi endureció los controles estatales y no bajó un ápice la tensión con Estados Unidos, estrenada por Donald Trump con la guerra comercial y tecnológica y continuada por Joe Biden con el aumento de los aranceles. Una guerra por la supremacía mundial, ni más ni menos, con mucho negocio de por (leer más)